La Estrada comparte su Top 5 de películas más… perturbadoras?
El cine innegablemente es un arte, un medio de comunicación o simplemente un medio de entretenimiento. El amor a este arte nos lleva a algunas veces tirarnos de cabeza y ver obras para lo que hace falta más que estómago… verdadero valor. Existen películas, ya no serie B ó XXX, sino que alegremente ostentan su nada honrosa a ojos mojigatos clasificación z (a veces incluída en la serie B, debatan), que harían sonrojar al cine de ficheras que inundó las salas mexicanas en la década de los 80 (gracias una muy obtusa Margarita López Portillo) ya por el tema, ya por la mala calidad de la producción o por su arrojo para plasmar en la pantalla películas que logran hacernos sentir incómodos o que se escurren lentamente hasta el mismo núcleo de nuestra moralidad lo suficiente para saber que lo que estamos viendo es políticamente incorrecto, pero al mismo tiempo sabemos que el director y su séquito desea hacer un punto, mostrarnos otra realidad.
Algunas una verdadera obra de arte, otras simplemente un asomo de lo que el mal gusto puede llegar a hacer.
Acá pues mi cuota sobre un top 5… nada cómodo.
En primerísimo lugar pondría a la ya muy conocida Pink Flamingos, del director y escritor John Waters. OJO, es un tema sólo para adultos, y adultos con un criterio demasiado amplio, un altísimo nivel de tolerancia y a la frustración. Pink… no es mas que una secuencia de absurdos y una oda al “humor” más escatológico que pueda existir, producto de una delirante imaginación de Waters y el deseo irrefrenable de Divine (Harris Glen Milstead) por ser famosa(o), y una enfermiza relación con un larguísimo historial de abuso psicológico de Waters hacia Divine que halla su culminación en este filme.
Tomar un hecho desgraciado que pudiera ocurrir a cualquiera y recrearlo con agresividad explícita, es una forma de retratar el impacto que una agresión de cualquier naturaleza tiene en nuestra vida, ¿quién no después de un asalto o un robo a nuestra casa experimenta secuelas permanentes, traducidas en un sentimiento de inseguridad e invalidez perpetua? Sin miramientos y sin decoro alguno, el director argentino Gaspar Noé cuenta paso a paso la caída en picada de una pareja parisina cuando la novia es atacada por un “padrote” al cruzar un puente peatonal por la noche. Dejando de lado el impresionante plano secuencia de 5 minutos utilizado para recrear una violación, el nivel de violencia y sentido de indefensión que provoca la cinta es supino. Narrada en cronología inversa y bajo la corriente de cine “dogma”, Irréversible es una cinta que trata sobre las ilusiones y la destrucción de la vida.
Antes que Aleksandr Sokurov fuese el ganador absoluto del Festival de Venecia en 2011 filmó Father & Son (2003), una hermosa historia de amor entre padre e hijo y el momento de partir. Father & Son irrumpe en la intimidad de una familia formada tan solo por estos dos hombre que aceptan jugar sus respectivos roles, el proveedor y el joven deseoso de conocer el mundo. Con tomas de verdad maravillosas y un diálogo que descansa más en la innegable empatía que fluye entre los actores que en palabrería que no vendría al caso, esta historia nos sumerge en una especie de sueño que representan las memorias de la infancia. Entonces, ¿poqué es incómoda? en verdad no lo sé, quizá sea la cercanía entre estos seres solitarios que en ningún momento tiene tintes sexuales, pero que sí acentúa el escaso acercamiento físico que a menudo observamos hacia nuestros seres más queridos. Incómoda sí, pero en todo aspecto positivo.
Paternidad irresponsable, búsqueda de identidad en crisis de un padre de familia entrado en sus 30. Sin trabajo estable, sin oficio, sin nada que ofrecer, adultos jugando a ser niños, niños teniendo niños… adultos robando niños. Un filme de Ben y Joshua Safdie de 2009.
No es lo mismo comerse una queca que unos chiles en nogada, la espera aumenta las expectativas y bien hemos aprendido que toda espera tiene su recompensa. A un ritmo extraordinariamente lento la genial directora Isabel Coixet (My Life without Me, 2003) se toma su tiempo para presentar a Hanna (Sarah Polley) , quien tras una explosión en una plataforma petrolera en alta mar es convocada para cuidar Josef (Tim Robbinns), el único herido a bordo. Hanna casi no habla, y Jeff más que cuidados necesita saber, conocer a Hanna, quien ha construido una muralla impenetrable contra el mundo exterior, por lo que no será fácil llegar al centro su corazón, que es el centro de sus miedos. Como toda espera tiene su recompensa el momento en que Hanna se abre de tajo también abrirá una ventana hacia la podredumbre y bajezas que es capaz de hacer el ser humano contra sus semejantes. Momento por demás incómodo.