La Frontera Invisible: Ustedes no son humanos, son soldados

Este documental data del 2022, pero por distintos problemas de distribución, ha pasado por muchos problemas para su estreno desde entonces. No es sino hasta el día de hoy que parece ya tener todo arreglado para salir. Un pequeño triunfo para su directora Mariana Flores Villalba, en especial al retratar el ejército desde un punto de vista diferente. “La Frontera Invisible” es un punto más a favor del buen cine mexicano.

Más que una historia, “La Frontera Invisible” se asemeja más a un conjunto de anécdotas sobre el día a día de un grupo de soldados y reclutas en la Isla Socorro (el punto más lejano que todavía pertenece a territorio mexicano), y con ellos se entiende el enfrentamiento al que son sometidos. No solamente el clima y la intemperie a la que están expuestos, también el estricto régimen que deben cumplir y la soledad extrema, saber que no volverán a ver a su familia por mucho tiempo (ni siquiera en días festivos) y que sólo cuentan con la compañía entre ellos. La isla representa un paraíso que en realidad es una prisión, desprovista de vida humana más allá de la presencia de las fuerzas armadas.

Gran parte del sostén radica en la fotografía de Claudia Becerril Bulos, que plasma y contrasta la dureza natural con tomas imponentes del clima (incluyendo tormentas eléctricas y huracán) con la tranquilidad del estado de Colima. Tiene composiciones bastante interesantes que recuerdan al trabajo de Gianfranco Rosi y Chantal Akerman, dotando a la historia de un ritmo un tanto contemplativo que, aunque se siente lento, lo aligera con referencias a “Full Metal Jacket”. Esto complementa su función principal como testimonio de la deshumanización que se vive en las instituciones militares, una especie de aislamiento que no está completamente exento de la violencia que ocurre en el país, sólo que está presente de otra manera.

La calma presente en “La Frontera Invisible” también hace que uno sea testigo de la vida común de los soldados. Así, el compartir anécdotas personales, ver su entrenamiento y hasta realizar rituales más comunes como la limpieza de las instalaciones o ir a Misa los acerca más a la comprensión. Sin embargo, hacía más falta indagar en sus motivaciones y trasfondo, pues hace que la convivencia parezca más una rutina inconexa (ni siquiera tienen nombre, por lo que el entendimiento está ahí, pero no la humanización, y por lo tanto, cuesta más empatizar con ellos). Por si fuera poco, el cuidado técnico, por muy impresionante que sea, evidencia más la ausencia de un hilo conductor y hace parecer que quizás sea demasiada forma con muy poco fondo.

Una mirada muy distinta al ejército de lo que suele pensarse, pero también hacía falta pulir el humanismo planteado para que no quedara tan escueto. “La Frontera Invisible” tiene sus méritos en el apartado técnico y es innegable que quiere dar una voz propia entre tanto producto genérico, con un poco más de cuidado en el guion y la construcción de personajes pudo ser mejor. Sigue funcionando como una obra con una atmósfera un tanto nostálgica que retrata con naturalidad la encasillada realidad de aquellos hombres que sacrifican su libertad y humanidad.

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Acerca del autor

Uriel Salvador     twitter.com/UrielSalvadorGS

Escritor, analista, crítico, gamer, investigador, actor (especializado en doblaje), fotógrafo. Pero ante todo, soy un amante del cine.


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