La Leyenda de Hércules: Licuado de Historia Antigua
El día de hoy he decidido asumir un reto: El presenciar un comiquísimo batidillo de conceptos erróneos sobre la historia y la mitología y no morir de risa. Al menos, en la oscuridad de la sala de cine, logré reprimir el impulso de reir a mandíbula batiente ante tan descarado ejercicio de estereotipos.
Es cierto, el cine no documental es precisamente eso, un cine que no está comprometido con mostrar la realidad. No obstante, en mi humilde opinión el tomar licencias artísticas en favor del arte es muy diferente a evidenciar una ignorancia supina sobre el tema a tratar. Por degracia, La Leyenda de Hércules (2014) es una clara muestra de lo irrisorios que pueden ser los resultados de una película si en ésta no se invirtió al menos un poco de rigor académico (cuando menos el indispensable).
Claro está que ejercicios cinematográficos celebrados tales como Corazón Valiente (Mel Gibson, 1995), Gladiator (Ridley Scott, 2000) o hasta The Last Samurai (Edward Zwick, 2003) no se distinguieron precisamente por su rigor histórico, pero además de ser obras de calidad respetaron la escencia del contexto histórico que retrataron sin caer en demasiados anacronismos. Inclusive 300 (Zack Snyder, 2007), con sus espartanos semidesnudos en lugar de portar armaduras y sus guerreros persas ataviados como ninjas, por lo menos se adhirió a la leyenda sobre la supesta ley espartana que prohibía a sus soldados rendirse. La Leyenda de Hércules, sin embargo, transita por caminos casi paródicos en cuanto a la recreación histórica, que acompañada de una dolorosa falta de originalidad termina por colapsar la trama por completo.
Licuado Histórico: Todas las civilizaciones antiguas eran iguales ¿o no?
La película nos narra la vida del príncipe Alcides, cuyo verdadero nombre es Hércules (El ex hada-vampiro “Emmet”, Kellan Lutz), semidiós hijo de Zeus y la reina Alcmene (Roxanne McKee), guerrero sagrado elegido para terminar con la tiranía de su padrasto, el cruel rey Anfitrión (Scott Adkins). Su lucha tendrá como objetivo derrocar al malvado rey y reclamar a su amada, la princesa Hebe (Gaia Weiss), mientras enfrenta también las intrigas de su medio hermano Íficles (Liam Garrigan).
Caido en desgracia y vendido como esclavo, en compañía de su amigo, el capitán Sotiris (Liam Mcyntre), Alcides/Hércules habrá de abrirse paso en las arenas de gladiadores para finalmente cumplir su destino… ¿Les suena familiar? Y ¿qué tal les parece que Sotiris no tiene más anhelo que reencontrarse con su esposa e hijo? Si las similitudes no son lo suficientemente descaradas, habrá que sumarle al blandengue príncipe Íficles, interpretado por un actor palido y de ojos verdes puesto casi a modo para ser parecido a Cómodo, el sádico pero lloroso antagonista de Gladiador.
Es justo en este punto donde nos preguntamos en qué época estamos ubicados. La estética en general recuerda demasiado a la antigua Roma (total, Grecia y Roma son igualitas) e Íflicles es todo un Cómodo con varios kilos menos. Los soldados griegos visten cual legión romana, al igual que los antagonistas egipcios, que no son idénticos a sus contrarpartes sólo por que tienen un tono de piel más oscuro y portan cascos con la forma del dios Anubis. Agregemos el coliseo en miniatura con todo y un remedo del esclavista de Gladiador, Antonio Próximo, para no dejar escapar detalle.
Y por si fuera poco, tenemos cierta escena que sin duda remite a la historia de Sansón y Dalila. Claro está que tal episodio forma parte del Antiguo Testamento, pero ¿qué diablos?, total hay quien dice que Sansón es la versión judía de Hércules (a quien, por cierto, ni de broma pudieron llamar Heracles, su nombre griego) para que la Biblia fuese más atractiva. Nomás les faltó Zeus ofreciendo las Tablas con los Diez Mandamientos para que el carajal histórico/místico quedase completito.
Mitología o supuesta versión histórica… Pues las dos!!!
Supuestamente, La Leyenda De Hércules pretende ofrecer una versión “histórica” sobre algún héroe de La Antiguedad que más tarde sería divinizado por sus seguidores. De allí la omisión a los legendarios Trabajos de Hércules, salvo algunas referencias. Intento que claro está no prospera pues efectivamente se muestra el origen divino del héroe y sus poderes sobrenaturales. Es así que la película se queda a medio camino pues no se decide en su tono, al mostrar una versión completamente alejada de la historia mitológica pero sin despojar al personaje de su calidad de semidios. Ser mitológico poderoso o guerrero libertador, lo cierto es que se nos ofrece una tibia versión de ambos.
No es un documental… ¿al menos divierte?
Con actuaciones acartonadas y caricaturizadas, escenas de batalla genéricas y efectos especiales apenas aceptables, La Leyenda de Hércules es el perfecto ejemplo de una película dominguera: sólo recomendable si no existe una actividad mejor para invertir el tiempo libre. Diálogos planos, estereotipados, asociados a una historia de amor esquemática y de intrigas palaciegas poco imaginativas nos ofrecen una película entretenida a secas, que al menos no nos invitaría a dormir en la comodidad de la sala de cine.
Destaca su música, nada extraordinaria pero que sí embellece el contexto. También, para los entusiastas de las artes marciales, son de resaltar los combates individuales, que encontrase con las batallas campales son una buena muestra de las técnicas de lucha empleadas en la antigua Grecia y que Roma heredó. Lamentablemente, el abuso de la cámara lenta da al traste con estas buenas secuencias. Al final, estos elementos no salvan a este producto de la absoluta mediocridad.
Conclusión
Pobre Kellan Lutz, quien en su primera oportunidad para desprenderse de aquella polémica saga vampírica Twilight vino a dar a este desastre cinematográfico que sospechosamente pertenece a la misma casa productora de tan tristemente célebres películas. Con un Hércules musculoso pero demasiado bonachón (En serio, luce más imponente el brilloso Emmet que este Hércules, superado incluso por el Aquiles metrosexual de Brad Pitt en Troya ), le quedará demasiado camino para ser desligado del papel que le dio popularidad. Una película mediocre y casi paródica, que bien pudo ir directo a formatos caseros para su difrute dominical. Hagan lo que hagan, evítenta, si no quieren terminar en el Infierno, Hades, Gehena, Naraka… total, son lo mismo.
Gaia Weiss as Hebe
Scott Adkins as King Amphitryon
Roxanne McKee as Queen Alcmene
Liam McIntyre as Sotiris
Renny Harlin
6 Comments
Absurdez total, tomaron toda la historia y mitología griga y se limpiaron el trasero con ella, Herodoto y compañía deben de estar retorciéndose en sus helénicas tumbas.
Saludos
Pobres griegos!! A su terrible situación económica hay que sumarle la constante parodia a su mitología. Un poco de respeto al menos, pues!!!
Dado que es Hercules y no Heracles deberia de ser Roma y no Grecia; asi que la vestimenta romana estaria justificada. Mas si la pelicula lo citua como Griego ya es una pendejada monumental.
Es verdad, estimado. El nombre Hércules siempre se usa aun y cuando se ubique en Grecia, pero no caen en tan escandalosos anacronismos. A menos que me equivoque, “Heracles” sólo se ha utilizado en Saint Seiya, con aquel personaje cuyo ataque se llamaba “Meteoro de Heracles”, jajajajaja. Saludos y mil gracias por comentar.
eres un ñoñazo