La Noche Devoró al Mundo: “Náufrago”, existencialismo y zombies

“Yo sí sobreviviría durante un apocalipsis zombie” es algo que muchos hemos escuchado decir al amigo que sabemos moriría primero al inicio de un verdadero apocalipsis zombie. Pero como ha visto dos o tres episodios de “The Walking Dead” sin quedarse dormido, cree que solo con tener una katanna a la mano y un look sucio/badass es todo lo que necesita para salir a las desiertas calles y abrirse paso por entre las hordas de los no-muertos para hallar un santuario en dónde vivir por siempre. Y claro está, también sabe que hay que cuidarse muy bien de no ser mordido ni infectado, proteger su cuerpo a toda costa de convertirse en el plato principal del nefasto vecino zombie. Pero, ¿acaso está consciente nuestro amigo que lo más importante que debe proteger es su mente? ¿De qué manera podría sobrevivir la sanidad de su psique a un evento de bíblicas proporciones? Sólo imaginen la cantidad de traumas a los que estaría sometido en caso de tener la fortuna de no morir luego luego (y más si sabemos que el vato lloró viendo “Luis Miguel”). La percepción de la “sobrevivencia a katannazos” es gracias a que en todas las películas y series hechas del tema, los personajes viven los shocks como por 50 segundos, hacen una cara heroica y logran moverse a lo que sigue porque la trama tiene que avanzar. Una película sólo dura dos horas y no pueden mostrarnos al héroe llorando y gimoteando como por hora y media, ¿verdad? Pero entonces, llegaron los franceses y dijeron “hold my wine” y nos mostraron de forma exitosa ese otro lado humano y emocional detrás de una pandemia zombie con el filme “La Noche que Devoró al Mundo” o “La nuit a dévoré le monde” para que suene más sensual.

Basada en la novela de Pit Agarmen y dirigida por Dominique Rocher, la historia nos lleva a conocer a Sam (Anders Danielsen Lie), un desdichado músico al que le va de mal en peor. Primero tiene que ir al departamento de su ex a recoger unas cintas que dejó ahí. Al llegar se topa con un fiestón al que por obvias razones no fue requerido y, para acabarla de amolar, tiene que soportar al nuevo ligue de la que hace no mucho fue su pareja. Que pinche noche está teniendo el pobre. Por fin, en el único cuarto solitario del departamento, Sam halla sus preciadas cintas, se sienta a esperar a la ex para otra plática interminable y se queda dormido. Como lo dice el título, todo cambió esa noche. El sol se levantaría solo para ver la resaca más grande que la humanidad jamás tuvo. Como en “The Walking Dead”, al despertar todos eran zombies. Con un comprensible miedo a salir, Sam buscará la manera de sobrevivir lo más que pueda con todo lo que el inmueble y sus vacíos departamentos tengan para ofrecerle. El mundo ha caído en un mar de muerte y el edificio será su isla santuario.

Todos vimos cómo a Tom Hanks poco a poco se le iba la canica al tener que vivir en una absoluta soledad. Tal vez nos parecía incluso una broma el haberlo visto crear a un compañero a través de un balón de volleyball, pero el aislamiento extremo tiene serias repercusiones sobre la psique de cualquier persona. Somos seres sociales y necesitamos interacción constante con los demás, aunque a veces nos tomemos tiempo a solas. Sam entró a la habitación para apartarse de la gente de la fiesta y, sin querer, acabó aislado del resto del mundo por siempre. En una desgarradora y real actuación por parte de Anders Danielsen Lie, seremos testigos de los estragos que el confinamiento tendría sobre cualquiera. La transformación del actor es impresionante, realmente se percibe en su aspecto y facciones un verdadero desgaste físico y emocional. Al igual que a Tom Hanks, lo veremos hacer cosas “extrañas” pero que la neta también acabaríamos haciendo de estar en una situación similar. ¿Quién no ha hecho cosas raras estando solo por unas horas? Una vez me pinté todo los brazos con marcatextos por andar de ocioso y en otra ocasión ¡casi veo una película de Adam Sandler! La soledad es capaz de llevarnos a hacer cosas que en nuestros cinco sentidos jamás pensaríamos, pero todos tenemos un límite, un fondo que tocar para darnos cuenta que nuestra cordura está en riesgo y hacer algo al respecto. Sam, nuestro desdichado héroe, vivirá un largo proceso en el cual comenzará a cuestionarse su nueva visión de si mismo y del mundo.

La cinematografía y caracterización de los no-muertos son bastantes buenas. “La Noche Devoró al Mundo” no tiene que recurrir al cliché de tener que mostrarnos al zombie más grotestco para que nos interesemos en la historia. Las tomas panorámicas resultan escalofriantes al ver una de las ciudades más populadas del mundo inmersa en un silencio que más bien se siente como un respiro profundo que nunca es exhalado. Se evita el uso de colores estridentes y alegres ya que todo está frío y muerto. Tiene bien logradas escenas de tensión que no pueden faltar en cualquier flick zombie y su buena dosis de sesos desparramados sin que resulte grotesca para comerte unos nachos llenos de salsa.

“La Noche Devoró al Mundo” resultó ser una novedad dentro de su saturado y choteado mercado cinematográfico. No me atrevería a llamarla la mejor película de zombies que he visto (ese lugar está tomado por “Shaun of the Dead” y “The Girl with All the Gifts”) pero sin lugar a dudas es algo diferente a lo que estamos acostumbrados. Es un film que trasciende de la pantalla dejando una enseñanza con ella: ¿De cuántas maneras no nos aislamos? ¿Cuántas situaciones no tratamos de evitar por largo tiempo por miedo a lo que pueda suceder? Tal vez no existan los zombies, pero más mortífero es nuestro temor a dejar nuestra zona de comfort, de no salir a ver qué hay más allá. Entiendo que buscando nuestro santuario corramos el riesgo de toparnos con una horda hambrienta, pero debemos luchar para vivir en verdad y no sólo vivir a secas. Esta es sin duda, la película de zombies más existencialista que habrás de ver.

Etiquetas:  

Acerca del autor

El Markovich   @ChocolateBono  

Observador de la escena humana dentro y fuera de la pantalla. El cine y el chisme son de mis cosas favoritas, así que heme aquí. Yo sólo doy mi opinión, al final tú decides.


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

*

*