La nueva de Ruizpalacios debería ser exhibida en un Museo
Los museos son fuentes de información sobre historia, arte y cultura y funcionan como espacios para la preservación de la memoria colectiva; por otro lado, el origen de sus piezas en exhibición, de valor incalculable, son resultado de saqueos y robos de otras culturas. El penacho de Moctezuma, por ejemplo, se encuentra actualmente en el Museo de Etnología en Vienna, Austria, a pesar de las protestas nacionalistas de que sea “devuelta” a México. En la madrugada de Navidad de 1985, a meses del temblor, dos jóvenes de 20 años robaron 140 piezas del Museo Nacional de Antropología, volviendo al hecho en el “robo del siglo” para el país. Cuatro años después, devolvieron las piezas. El crimen, sin motivos concretos, fue la inspiración para el nuevo filme de Alonso Ruizpalacios, director capitalino que ganó notoriedad con su filme debut Güeros, quien presenta una historia introspectiva, con un ritmo dinámico y un humor sutil e ingenioso.
Protagonizada por Gael García Bernal, Leonardo Ortizgris, Alfredo Castro, Ilse Salas, Leticia Brédice y Simon Russell Beale, Museo nos presenta a Juan y Wilson, dos mejores amigos que deciden robar piezas invaluables de la exposición maya del Museo Nacional de Antropología. Con este guión, Ruizpalacios y Manuel Alcalá exploran por un lado qué es un museo, el costo histórico, cultural y social de estos recintos en sí y de los objetos que albergan y, por otro, las motivaciones que tiene cada quien, individualmente, para actuar. Es este segundo aspecto el enfoque del filme en lo que profundiza: actuamos impulsivamente y, aún si llevamos planeando algo por meses, nuestras motivaciones pudieran no tener una explicación concreta ni seguimiento más allá del hecho. Las grandes incógnitas de nuestros tiempos –¿Hay motivos detrás de nuestras acciones? ¿Qué versión de la historia es la correcta? ¿Es ésta distinta a la real? ¿Podemos confiar en ella?– se presentan con maestría en el filme, y nos queda la angustia de saber que no hay respuesta correcta ni concreta, sólo infinidad de versiones que, quizás, requieran de un recinto para consolidarse.
El peso del filme recae en García Bernal, quien realiza una honesta interpretación de un joven en plena crisis existencial, mientras que Ortizgris hace un buen complemento como el inseguro y tímido Wilson. Por otro lado, Beale realiza un breve y memorable papel como un coleccionista extranjero radicado en playas mexicanas. La edición de la película es sumamente dinámica, mientras que su sonido nos da escenas impecables.
Magistral, arriesgada y reflexiva, Museo es una ambiciosa cinta sobre el segundo evento más impactante en la Ciudad de México durante 1985 que se perfila a ser de lo mejor del año.