La Purga por siempre: Un aburrido y absurdo estreñimiento

Yo no sé si el título es una advertencia o una amenaza, pero esto ya se alargó y para mal.

El tema sigue siendo el mismo: una noche de doce horas donde se pueden cometer todos los crímenes imaginables impunemente. No hay policía, ni bomberos, ni servicios médicos. Todo esto en un “utópico” Estados Unidos donde han decidido que, como dicen en mi pueblo, “una vez al año no hace daño”, y así se desahoga la violencia social y supuestamente el resto del año reina la paz y la armonía. Resultados que nunca han sido comprobados en toda la saga.

Bueno, en esta ocasión estamos en Texas, en un rancho muy tejano donde vive una familia blanca, y como buenos tejanos, tienen contratados unos cuantos muchos indocumentados latinos. La trama se centra en la pareja formada por  Adela (Ana de la Reguera) y Juan (Tenoch “acabemos con el racismo” Huerta). Adela es cocinera en un restaurant y Juan ayudante en las caballerizas. Juan, en un evento de rodeo, le gana a Dylan Tucker (Josh Lucas), que es el hijo del dueño del rancho, suceso de detona que desde su posición de patrón del rancho comience a molestar al latino y que haya roces entre ellos. Esa noche es la Purga, así que el señor Tucker (Will Patton) les reparte a todos los trabajadores el bono por la misma, que les sirve para poder sobrevivir esa noche, ya que después de muchos años de esta actividad y muchas protestas, ahora todo indica que van por los migrantes (¡no-po-di-a-sa-ber-se!). Llega la noche, cada quien donde puede se resguarda tratando de sobrevivir. Sin embargo, en un nada inesperado giro de tuerca, la cosa se sale de control y la purga sigue, o sea, ya no respetan la ley y empieza, o mejor dicho, continúa el caos.

No es necesario que les siga contando como se desarrolla la trama porque esta llena de clichés, de brincos obvios inesperados; desde el principio sabes quien la libra y quien muere y para sorpresa de nadie no hay nada nuevo en esta entrega, que se torna tan obvia como aburrida.

Hay detalles tan inverosímiles como ver mexicanos hablando entre ellos en inglés. Adela está tan obsesionada con hablar inglés que aún en los momentos cruciales ¡piensa y maldice en inglés! eso si, hay que agradecer que las pocas veces que hablan español, si se entiende.

Las actuaciones son de “lo que hay que hacer para pagar la renta”, siendo la única destacable Ana de la Reguera repitiendo su papel de heroína latina que ya la habíamos visto hacer en “Army of Death”. Tenoch Huerta todo el tiempo está en… Tenoch Huerta, no es simpático, tiene solo dos expresiones en la cara y las usa mal. Cero química entre estos dos, se ve que ni amigos son en redes sociales. Protagonizan la tan conocida escena de decirse “te amo” antes de posiblemente morir más seca y poco creíble que se haya filmado hasta ahora.

Los personajes se desarrollan muy poco, bueno, tampoco hay mucho que desarrollar, casi todos pueden morir en cualquier momento y sería mejor ver las balaceras, pero ni eso está bien hecho. Son escenas en la oscuridad mal filmadas. Hay una en particular que se supondría que es crucial y está tan mal dirigida que no sabes quién mató a quién, solo ellos que la vivieron. El final es muy genérico, con tomas tipo “pónganse, así como lo vi en otra película y sacar un cartel parecido”.

La formula ya se agotó, ya cayó en absurdos hasta dentro de lo absurda que es. Tratan de hacer una critica o reflexión de la violencia en el ser humano, pero no lo logran porque caen en todos lo lugares comunes del género. La típica de Nosotros los buenos, ustedes lo malos ¡Aburrido!

 

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