La Rebelión De Los Godínez no se alza contra la mala comedia
Si bien el cine mexicano está viviendo una segunda época de oro con una increíble diversidad de producción de cine e historias hechas en distintas partes del país, es fácil ignorarlo con el tipo de películas que predominan en las salas de cine. En particular, el género de la comedia es difícil: pareciera que “no hay mercado” para humor inteligente con el éxito de comedias de Omar Chaparro y la incursión al cine de populares “comediantes” de Twitter. De repente sí llegan buenas cintas a nuestras salas, pequeños milagros que nos dicen “quizás sí existe la posibilidad de salir de la esfera chilanga, presentar una historia original y actualizar el humor discriminatorio característico de la mayoría de las comedias mexicanas”. Lamento confirmarles que La Rebelión de los Godínez, ópera prima de Carlos Morett, no es una de ellas.
Omar Buendía (Gustavo Egelhaaf) es un joven listo que tiene el gran sueño de formar su propia compañía de tecnología; sin embargo, no sabe bien cómo llegar ahí. Tras una emergencia familiar, decide tomar un empleo formal en una compañía de tecnología un tanto anticuada, donde enfrentará diversos retos que podrían encaminarlo (o no) a cumplir sus planes. El guion de Morett y Omar M. Albores no tiene una idea clara de qué exactamente quiere contar, así que mezcla una historia de autodescubrimiento y superación ambientada en una oficina en Santa Fe, un leve thriller de espionaje corporativo o una comedia de situación que explote el humor en la cotidianidad, lo cual podría funcionar si alguna de esas tramas estuviera bien desarrollada. El humor simplista refuerza estereotipos de clase y pareciera estar desconectado tanto de las brechas generacionales como de las dinámicas de oficina en una empresa tecnológica mientras abusa de groserías como fuente de humor. Los diálogos pierden toda gracia y fuerza con las terribles actuaciones del reparto, complementado por Bárbara de Regil, Mauricio Argüelles, Anna Carreiro y César Rodríguez.
Sin nada nuevo qué ofrecer, Rebelión de los Godínez cae ante todos los vicios de las comedias mexicanas y no tiene ni una canción en el karaoke que la redima.