Las 10 Madres sin tantita madre del Cine

Acorralado a crear un top nuevo sobre madres cinematográficas en nuestro blog santuario (ya hay muchos sobre las mejores mamás), y motivado por la petición de una asidua lectora, me he dado a la tarea de investigar a aquellas madres sin madre, culeras, hijas de puta pues, que han desfilado en la pantalla grande causando estragos y gritos de terror entro todos nosotros hijos de su madre, despertando en pequeña o en gran medida nuestros “mommy issues” ¡Oh sí! Porque por alguna extraña razón no todas las mamis son seres desbordantes de amor incondicional que aguantan todos los berrinches, desplantes e irresponsabilidades de sus vástagos, sino toda la antítesis de aquella canción que clama “que nos dieron su vida, su amor y su espacio”, entes cuasi satánicos que dejan a su paso traumas irremediables y monstruos aberrantes como Macauly Culkin, por ejemplo.

Por mi parte me es un poco difícil concebir a la figura de la madre como una hija de la chingada como los especímenes de a continuación, siendo la mía y la mayoría de las de ustedes (quiero suponer, y si no vayan a un psicólogo en chinga), criaturas hermosas, luchonas, responsables, quizá también un poco histéricas, regañonas y exageradas ¡Esta bien! Pero como diría un sabio proverbio mexicano “¡Pero qué razón tenía nuestra madre!”. Por eso y por darnos su tiempo, vida, trabajo, comida, chanclazos, canas y lágrimas ¡Gracias y muchas felicidades madres! En especial a todas nuestras mamis lectoras, colegas autoras y a todas sus madres… con todo respeto.

Y a las malas madres darles prisa ¡He aquí a las 10 madres más despreciables que ha visto el cine!

 

Bonus Tv. Evelyn Harper (Holland Taylor, Two and a Half Men, 2003 – 2015)

La serie cómica que mantuvo un excelente nivel mientras Charlie Sheen se interpretaba así mismo (las primeras 8 temporadas), vio en el personaje de su madre, una arpía inmobiliaria extremadamente independiente, la razón de todos los vicios y traumas de los adultos niños Harper’s, incluso siendo el elemento que durante la evolución de la historia se fundamentaba todo el trasfondo de sus protagónicos. Lo cierto es que en esta muy divertida serie, Taylor robaba cámara en todos los capítulos centrados en “mommy issues”, con un nivel de conveniencia que rayaba en lo que nosotros llamamos como “una verdadera perra” (That Bitch!). Negativa, brutalmente honesta y fríamente calculadora, quizá no sea tan despreciable al hacerse cargo de sus chiquillos incluso en su etapa adulta, pero eso sí, siempre tenía que haber una razón detrás

 

10. Kate McCallister (Catherine O’Hara, Home Alone, 1990)

¿Quién olvida a su hijo en casa? ¿En el aeropuerto? ¡No una! ¡Sino dos veces! Metafóricamente hablando, este fue el principio del fin para el vicioso Caulkin, como si los traumas de Kevin sobre siempre ser ignorado y olvidado por su madre se hubieran trasladado a su vida personal. En la clásica comedia navideña de Columbus, el carisma de la madre noventera O’Hara representa de manera muy ligera una de las irresponsabilidades matriarcales más graves en la historia: olvidar a tu escuincle y dejarlo a merced de peligrosos criminales ¡Esta bien! Es una comedia, pero se imaginan ustedes que hubiera pasado si los ladrones no fueran unos imbéciles, si Tim Curry se hubiera convertido en payaso hijo de la chingada come niños, si hubieran secuestrado al infante en la gran manzana  ¡O peor aún! Si se hubiera convertido en un niño actor drogadicto… esperen.

 

9. Joan Crawford (Faye Dunanway, Mommy Dearest, 1981)

Solo hay una cosa más mala que Joan Crawford como madre, esta película, la cual fue acreedora no solo a 5 Razzies, sino que también se terminó llevando el premio a la peor película de la década para el mismo certamen y hasta fue considerada como la peor de los últimos 25 años. Una cinta que lastimó la figura de la ya por sí no muy querida y polémica actriz, y en la que se retrató de manera narrativamente infame la relación que Crawford llevaba con su hija frente a la ineptitud de poder ¿o querer? equilibrar su vida matriarcal y la de una carrera llena de excesos, sexo y alcohol ya en plena decadencia. Por muy horrorosa que sea esta cinta, lo cierto es que la actuación de Dunaway raya tanto en lo ridículo como en lo impactante, dejando ver a la legendaria actriz como una verdadera histérica hija de puta.

 

8. Rosemary Woodhouse (Mia Farrow, Rosemary’s Baby, 1968)

¿Víctima de las circunstancias? La ingenua Rosemary bien podría calificarse como una de esas madres que dan todo por su hijo, aunque esto incluya defenderlo de una escondida secta satánica que al parecer inmiscuye a todos sus allegados, los cuales se la han ingeniado para alquilar su vientre para la llegada de un invitado especial. Entonces ¿Por qué la magnífica actuación de Mia Farrow podemos encontrarla por aquí? Por la sencilla razón de que Rosemary, agotando todos sus trucos de amor maternal, accede a ser la progenitora del mismísimo Satán ¡Hijo de su chingada madre! Uno de los mayores clásicos de terror en manos de un Polanski en estado de gracia, desgraciada e irónicamente un año antes de que la real y terrorífica amenaza infernal tocara a su puerta en la figura de Charles Manson.

 

7. Amelia (Essie Davis, The Babadook, 2014)

Una madre con severos traumas sin resolver puede convertirse en una figura muy peligrosa, más aún si le agregamos el elemento de un niño muy imaginativo e hiperactivo y el inesperado duelo en la pérdida paternal. En uno de los ejercicios de terror más originales, oscuros y mejor narrados de los últimos años, nos encontramos ante una rica simbología metafórica íntimamente relacionada con los la psicología maternal, sus obstáculos hacia la educación y un manejo del duelo que podríamos definir como uno de los menos adecuados. Creo que aún es un poco temprano para revelar más datos, dado el origen independiente de esta joyita australiana (Disponible en Netflix), sin embargo podríamos resumir que madre jodida mentalmente jode al hijo doblemente.

 

6. La mamá de Stifler (Jennifer Coolidge, American Pie, 1999)

Gusto culpable de los pies a la cabeza, uno de los últimos gritos del cine juvenil noventero con cierta decencia y mucho divertimento, vio en la voluptuosa mamá del bully de la escuela, Stifler,  una de las fantasías mojadas más frecuentes en los adolescentes… la de una madurita. Sin embargo, aun cuando la susodicha sea la progenitora del insoportable cabrón de la escuela, cualquier macho respetable en su moral juicio conoce la regla: ¡No te metas con la jefa! Regla de oro rota en este menester de excesos sexuales y sandeces teenagers en mucha parte gracias a la coquetería  de una ciertamente mala y muy caliente madre interpretada por la secundaria y pobremente cómica Jennifer Coolidge, que aquí luce sus mejores dotes para conquistar al intelectual de este grupo de inadaptados.

Mención aquí honorífica a la original mala madre sensual por excelencia, pero que a gusto de su servidor fue solo más un desliz que una bad mom ¿O que piensa Señora Robinson?

 

5. Eva Khatchadourian (Tilda Swinton, We Need to Talk About Kevin, 2011)

¿Otro pinche Kevin? ¿Mucha casualidad? ¡No lo creo! Además de esta tonta curiosidad, la directora Ramsay provee a este oscuro y soberbio drama del simbolismo religioso de la primera madre “Eva”, al ser esta responsable de la crianza de su cabroncito Caín, un reflejo de la cruel dualidad de la humanidad. El cuestionamiento aquí es ¿Hasta dónde es culpa de una madre que no quiere criar a su rarito crio que este se convierta en una bestia? Un justo planteamiento que la directora y la fastuosa interpretación de Swinton dejan en el juicio de cada espectador,  frente a esta enfermiza relación y sistema filio – maternal. Una ficción sobre muchas de las realidades en nuestra actualidad, con hijos de puta armados en las escuelas debido principalmente a la ausencia, comprensión y educación por parte del hogar y la familia.

 

4. La madre de Pedro (Estela Inda, Los Olvidados, 1950) / Coral Fabre (Regina Orozco, Profundo Carmesí, 1996)

Las madres mexicanas no se salvan de esta malaria. Este empate, ambos relatos de ficción basados en hechos reales (Aunque el de Buñuel generaliza mucho este hecho), representan dentro de lo mejor del cine mexicano a la madre como principal arma de la inmundicia social, tan causa como consecuencia. En un primer plano tenemos a la madre que no quiere al producto de su violación, diferenciándolo, apartándolo y al final empujándolo hacia un cruel destino en las calles del México más repugnante. El arrepentimiento llegará muy tarde.

En el segundo puesto tenemos a la asesina, una mujer insegura que abandona a sus hijos y mata a los de otros para poder conservar su mórbida y obsesiva relación con otro ente igual de funesto. Una interpretación inolvidable de la perdida Regina Orozco.

 

3. Madre Bates (Anthony Perkins, Psycho, 1960)

¿A qué límites de locura tuvo que llegar esta madre para apoderarse de su enfermazo y fragmentado junior? Uno de los iconos maternales más siniestros de la historia es también gracias al amo del suspenso, una figura inerte que solo vive gracias al trastorno mental causado en su vástago. Si analizamos dicho elemento en este excelso libreto, primero habrá que preguntarse si ha habido otro igual en la historia del cine; la respuesta es no, y es por ello que es tan único y aún igual de perturbador. Decenas de referencias en la cultura pop, desde los Simpsons hasta la actual serie Bates Motel (que según sus seguidores ha bajado mucho de nivel), el esqueleto y doble personalidad fue y es tan impactante, que dicha media ha fomentado el trasfondo de esta a lo largo de 6 décadas. Ahora sí que al pobre Norman le dieron en toda su madre.

 

2. Margaret White (Piper Laurie, Carrie, 1976)

No hay nada peor que una madre psicótica, excepto una madre psicótica, esquizofrénica, fanática religiosa y asesina ¡Todo sea por el reino de los cielos! Margaret tiene todos los elementos para acomodarse en el primer lugar en este tipo de féminas dementes (Pero espérense al de este ranking): duelo sin superar, la palabra de Dios tergiversada, cero entendimiento sobre el ciclo menstrual, nula capacidad de educación parental y por supuesto, una hija telequinetica, víctima de abuso escolar, que casualmente necesita con urgencia de la confortabilidad de una madre… bien pinche zafada. Una de las pocas adaptaciones que ha hecho justicia a los textos de Stephen King, más allá del terror, Carrie se convirtió en himno de horror psicológico en la relación madre – hija, culminando con uno de los finales más crudos y a la vez apacibles del rubro. Lástima de remake, el cual terminó por reinventar la complejidad simbólica en otro idiota ejercicio teenager.

 

1. Mary (Mo’Nique, Precious, 2009)

La frase “Sufro como Precious” se acuñó y se ha posicionado en el repertorio oral de todo ser no gracias a la víctima, sino a la agresora mega hija de puta de su madre. De una sórdida actuación, la “one hit wonderMo´Nique ofrece una de las actuaciones de reparto más impactantes y tristemente realistas de la historia al situarla como una mujer que venga el desprecio de su marido con el maltrato físico y psicológico hacia su hija, misma que fue abusada sexualmente por el susodicho. Como dicen en mi pueblo “Tanto peca como el que mata la vaca como el que le estira la pata” ¿Y dónde quedó la madre? Aunque nunca fue un gran film, la interpretación de la originalmente comediante, específicamente con ese tan abominable como catártico monólogo, le dan en un final de fotografía el primer lugar en este repertorio de madres sin tantita madre ¡Felicidades! Se ha ganado el desprecio eterno de la audiencia al usar a Precious como sinónimo de nuestra tristeza

 

¡Feliz día de las Madres!

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


2 Comments

  • Creo que el nombre de la actriz de Los Olvidados es Estela Inda, tambien escrito como Stella, el apellido creo que te lo amolo el autocorrector… aunque su personaje fue base para el papel de la madre que si, se convirtio en la madre manchada que no nota que su hijo se amuela hasta que ya no puede echarse para atras… como ese eterno melodrama del chamaco con garrotillo que arriesga su vida por comprarle flores el diez de mayo T_T.. y si.. como odie a esa mujer…

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