Las 10 Mejores Películas con Cronología Invertida
Un recurso narrativo más usado y reconocido en la literatura, la estructura de la cronología invertida es simple: relatar una historia comenzando por el final y terminando por el inicio. El principal propósito de este concepto es revelar en el origen de todo y entender las acciones que llevaron a los protagonistas a dónde están, pues al ya conocer las consecuencias del futuro, el viaje al pasado ayuda a empatizar con los personajes por los errores cometidos a lo largo del tiempo. A primera vista puede parecer simple en concepto, pero la ejecución es más difícil de lo que parece porque implica hacer una planificación detallada sobre los eventos de la historia para lograr el efecto.
Mientras que la literatura tiene exponentes como Philip K. Dick y Martin Amis, y el teatro tiene a Harold Pinter, en el cine este recurso no ha sido del todo aprovechado por los detalles antes mencionados (de ahí a que se limite a flashbacks o saltos de tiempo), pero eso no significa que no existan ejemplos que ponen a prueba la capacidad de comprensión y retención. Si bien Christopher Nolan se volvió el director más conocido por popularizar esta narrativa y usar el concepto del tiempo en su filmografía, también hay representantes europeos y asiáticos que han salido bien librados a la hora de explorar y experimentar en este formato. Lo más irónico es que la principal influencia y cúspide de esta técnica es tan desconocida como su director y país de origen.
Con el estreno de “The Life of Chuck”, que guarda este efecto como su elemento principal, vale la pena recordar y reverencias a las mejores y más mediáticas películas que han usado la cronología invertida a través de la historia, teniendo en cuenta además de su calidad qué tan bien implementaron dicha técnica.
Bonus – Betrayal (David Hugh Jones, 1983)
POR URIEL SALVADOR
Adaptación de la obra teatral de Harold Pinter que expone los vaivenes de un triángulo amoroso y que pretende exponer sus fantasmas con la terapia de contar una infidelidad. Pero a medida que avanza, la historia se vuelve plana y artificiosa porque el recurso principal se siente muy básico, descuidando el trabajo de cámara al verse demasiado teatral. Sin embargo, esto lo compensa con la vibra lingüística que traslada los diálogos del material base con precisión y la interacción entre Patricia Hodge, Jeremy Irons y Ben Kingsley. Más una curiosidad por el tipo de narrativa escogida que por su calidad, pero es tolerable y competente.
10 – My Tomorrow, Your Yesterday (Takahiro Miki, 2016)
POR URIEL SALVADOR
Como si Your Name hubiera tenido un hijo con Tenet, una de las expresiones más dulces sobre el significado del amor en su estado más puro, desde el primer encuentro hasta la maduración de esa pasión y la inevitable partida. Quizás el concepto pudo quedar mejor aterrizado con una mayor concisión de sus ideas, pero la división de cada perspectiva ayuda a entender cómo suceden los eventos de la historia según su línea temporal, y con ello, el peso de las decisiones tomadas en la vida. 2 amantes que nunca podrán estar juntos por circunstancias del tiempo, y ante un panorama tan estricto y poco alentador, lo mejor que pueden hacer es aprovechar cada segundo de su compañía.
9 – Two Friends (Campion, 1986)
POR URIEL SALVADOR
A menudo ignorada por ser una película para televisión, el verdadero debut de Jane Campion utiliza la narración invertida para explorar las amistades femeninas y el sofoco de una sociedad que las valora sólo su apariencia. Transmite con naturalidad la monotonía de la vida cotidiana de unas chicas que aún no están listas para dejar el hogar, pero se achican por un mundo que no está diseñado para que destaquen. Quizás las actuaciones denotan novatez y la estructura narrativa está un poco forzada, pero es un inicio prometedor para la directora. Después de todo, ¿cuántas películas para televisión pueden presumir haber competido en Cannes?
8 – 5 x 2 (Ozon, 2004)
Por Uriel Salvador
Narrada en forma inversa, François Ozon explora una relación matrimonial desde su divorcio hasta el momento donde se conocieron, no sólo como método para examinar qué fue lo que erosionó a este matrimonio al punto de la desconfianza, sino también para intentar preservar la intimidad y pasión de aquel primer encuentro. A veces el recurso principal no siempre parece necesario y hay algunas escenas tan gráficas que pueden disuadir a algunos, pero la pericia del director por tomar una estructura narrativa tan atrevida es digna de admiración, pues deja el análisis abierto con sugerencias y ambigüedades sutiles.
7 – Irreversible (Gaspar Noé, 2002)
POR DR. DARK
Experimento fílmico destacado por su narrativa que literalmente va del fin al principio, pero especialmente conocida por presentar una de las más explícitas y violentas escenas de violación en la historia. Narra los fallidos esfuerzos de dos hombres por dar con el responsable de la salvaje golpiza propinada a Alex (Mónica Bellucci) y castigarle. Polémica en cada una de sus tomas indigeribles para el espectador común, la violencia que casi sobrepasa la decencia. La escena en cuestión es perturbadora, y en donde uno desea voltear la cabeza para dejar de mirar la violación brutal y deshumanizada hacia una excelente Monica Bellucci. Varias mujeres aun no pueden volver a ver esta película.
6 – The Life of Chuck (Mike Flanagan, 2024)
Por Uriel Salvador
Contada en 3 actos bien diferenciados que usan la cronología invertida como principal recurso narrativo, una vez entendida la principal estructura, se comprende el principal mensaje que quiere transmitir. Ya sea uno de los apocalipsis más originales, un baile que simboliza la alegría de vivir o un coming-of-age que renueva el concepto del multiverso, Mike Flanagan revela la única certeza de la vida, y en apenas 15 minutos, le entrega a Tom Hiddleston la mejor actuación de su carrera. Una invitación a presenciar la mente humana como la mejor hermosura de nuestra existencia, y con ello, que el final de una vida es el final de un mundo, y tal vez del universo entero, si esa vida es tu universo.
5 – The Sweet Hereafter (Egoyan, 1997)
Por Jose Roberto Ortega
El accidente de un autobús escolar, que culmina con la muerte de 14 niños, se convierte en una demanda colectiva ante la que la comunidad y los sobrevivientes no coinciden, reaccionando de formas distintas ante la angustia y la ira que genera la situación, buscando encontrar sentido a la tragedia. Las relaciones disfuncionales entre padres e hijas se tratan magistralmente a través de dos personajes: el abogado del caso, quien poco a poco desenmaraña los secretos de la comunidad y con Nicole, una joven de 15 años, testigo clave, quien ha sufrido abusos en el seno familiar. Atom Egoyan aborda el tema con una alta carga emocional y dotando a la historia de empatía y sensibilidad, con un tono oscuro y apoyado en una partitura impecable con toques medievales, lo que le valiera el Gran Prix del Jurado en Cannes y nominaciones al Óscar como Mejor Guión y Mejor Director
4 – Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Michel Gondry, 2004)
POR EL FETT
En una fábula que enfrenta al avance tecnológico contra un concepto abstracto del humano semi dogmático: el destino, el eterno resplandor refiere a ese halo ideológico que se erige y vence al objetivo tecnológico, siendo Carrey la víctima humana de dicha evolución, escapando de él mismo para encausar a través de su trágico Joe, una de las mejores odas románticas y de SF de todos los tiempos. La capacidad dramática que Carrey imprime a su conmovedor personaje, es el cimiento en el que Kaufman manifiesta nuevamente su ciclo de toxicidad no solo ahora ante el mundo artístico, sino ante las relaciones humanas, construyendo otra extensión de su ser y posicionando a Joe como un ser sumamente empático e identificable dentro de las referencias románticas de la cultura pop de al menos dos generaciones (X y Y)
3 – Peppermint Candy (Lee Chang-dong, 1999)
Por Uriel Salvador
Lee Chang-dong recorre 20 años de la historia de Corea, y a través del suicidio de un hombre, explorar el trauma que dejaron eventos como la Masacre de Gwangju y la Crisis financiera asiática. Pero la historia no se ciñe a su discurso sociopolítico, sino que la cronología invertida aporta una retrospectiva sobre los sentimientos, el paso irrevocable del tiempo, la conciencia del fracaso, la nostalgia por el primer amor y el recuerdo de una inocencia arrebatada por el mundo. Cargada de simbolismos y junto con la grandiosa actuación de Sul Kyung-gu, es una tragedia sin retorno altamente pesimista donde la sociedad antagoniza al individuo hasta desmoronar una vida que tenía mucho potencial.
2 – Memento (Nolan, 2000)
POR EL CINE ACTUARIO
Hace muchos ayeres, un joven Christopher Nolan nos dio una película de suspenso que, si bien no era innovadora en eso de contar historias con estructura atípica, fue un revulsivo en temas de edición, fotografía y narrativa ¡impecables! Pero los aplausos no solo fueron por la limpieza en el sentido técnico, sino por transmitir la percepción directa de lo que acontecía en la mente de Leonard, una persona que producto del dolor ha bloqueado recuerdos demasiado traumáticos, y de esa construcción de la cinta de “meternos en sus zapatos” es que genera el suspenso. La falta de información no es un “truco sucio” para hacer que funcione el thriller, lo cual hace que la experiencia se siente más orgánica. Por desgracia esos tiempos han quedado atrás
1 – Happy End (Oldrich Lipský, 1967)
Por Uriel Salvador
Un experimento muy original que desafía la lógica argumental al desarrollar toda la trama a partir del desenlace. Todo tiene sentido en la imaginación de Oldrich Lipský ya que en realidad cuenta 2 historias que adquieren un significado diferente y fácilmente comprensible en ambas direcciones por un montaje excelso. Sin embargo, también sirve como una metáfora sobre las malas decisiones hechas en la vida y cómo diferentes caminos ligados al destino pueden llegar al mismo resultado. Su único defecto yace precisamente en su virtud, pues su ingenioso concepto puede volverse cansado después de un rato, pero como es muy corta, se digiere rápido por su fina vulgaridad y magistral mordacidad.
Bonus corto – La ruta natural (Álex Pastor, 2004)
Por Uriel Salvador
Siguiendo la misma línea de Lipský, pero en un tono más serio, esta historia viene encuadrada entre colores fríos y una melancolía continua que apenas es atenuada por breves instantes de felicidad. Crea una atmósfera relajada y conmovedora, pero incierta en la que el valor de las cosas y los eventos de la vida tiene un significado inversamente proporcional a la normalidad, en gran parte por la narración en off. Con un ritmo fluido que nunca decae, es una reflexión sobre las ganancias y pérdidas que ocurren a lo largo de nuestra existencia, culminando con un último montaje rebobinado tan profundo como sus pensamientos.