Las 10 Mejores Películas de Delphine Seyrig

Nacida el 10 de abril de 1932 en Beirut, hija de padres franceses, Delphine Seyrig sería fácilmente reconocida dentro del medio, ya sea por su figura alargada o su característica voz. Sin embargo, tardaría mucho en aparecer en el cine, tendría pequeños papeles en cine y una carrera consolidada en el teatro antes de ser descubierta por Alain Resnais, responsable de darle su primer rol importante en una de las mejores ganadoras del León de Oro. De ahí colaboraría con directores de la talla de Luis Buñuel, Fred Zinnemann y François Truffaut.

No obstante, con los años se hartó de interpretar personajes hipersexualizados y en afán de denunciar al sistema, Delphine Seyrig se posicionó a favor de los derechos de las mujeres. Comenzó a colaborar más con directoras que compartieran su misma postura como Marguerite Dumas y Chantal Akerman, siendo ésta última la encargada de inmortalizarla en el papel por la que siempre será recordada. Además, esto la motivaría a incursionar brevemente en la dirección con un par de proyectos audiovisuales a manera de protesta.

Ícono de la Nouvelle Vague y figura referente del activismo feminismo, Delphine Seyrig falleció el 15 de octubre de 1990 de un cáncer de pulmón. En conmemoración de su aniversario, recordémosla con sus mejores películas.

 

Bonus – India Song (Marguerite Duras, 1975)

POR URIEL SALVADOR

Muy lenta, inconexa y contemplativa por momentos, pero esta película no deja a nadie indiferente, pues tiene la capacidad de sorprender al espectador como de repelerlo. Por la aproximación feminista y de liberación de la mujer que propone Marguerite Duras, es fácil ver que Delphine Seyrig se acopla fácilmente al personaje de una mujer perseguida por los fantasmas del colonialismo, lo cual permite que la narrativa resultante se desarrolle como un sueño melancólico para quienes sufren fisiológicamente. Si bien la intención es desarrollar y sustentarse en una base teatral, el letargo visual la hace muy difícil de ver, así que solo es recomendable para sus fans

 

10 – Peau d’Âne (Jacques Demy, 1970)

POR URIEL SALVADOR

Sólo la bella e incomparable Catherine Deneuve podía encarnar a Piel de Asno, la princesa más olvidada del folclor europeo. Sorprende que Jacques Demy se tome en serio adaptar el cuento original, no sólo porque su estilo visualmente colorido encaja con el mundo mágico que presenta, sino que recrea la atmósfera de una película de Disney y la mezcla de humor blanco, negro y anacrónico disfrazan el tema del incesto con delicadeza. No llega a la altura de sus musicales clásicos, pero es una obra muy curiosa que contrapone el orden establecido. Delphine Seyrig hace una breve aparición como la misteriosa hada madrina.

 

9 – Golden Eighties (Chantal Akerman, 1986)

POR URIEL SALVADOR

Este homenaje de Akerman a Jacques Demy utiliza una estética colorida y un tono alegre para ocultar un mundo donde el amor se torna artificial por el consumismo, y en donde la privacidad es inexistente, el chisme se propaga como un virus y el romance es tan pasajero como las vivaces, pero todo aderezado con caricaturescas coreografías. Puede que el ritmo más ligero y accesible edulcore mucho la narrativa, pero también revela a una Chantal más relajada y animada, que propaga mucha pasión en cada diálogo y anécdota de un grupo de empleados y clientes de un centro comercial. Uno de ellos es Delphine Seyrig, quien se reencontrará con un antiguo amante que la pondrá a dudar de sus decisiones pasadas.

 

8 – Muriel (Alain Resnais, 1963)

POR URIEL SALVADOR

Es inevitable cuestionar si esta propuesta es ingeniosa o pretenciosa (y puede que sea ambas). Por un lado, Alain Resnais despliega un limbo de rareza que hace creer que el presente es apenas una anécdota breve sobre la influencia del pasado, la capacidad de conocerse a sí mismo y la fiabilidad de la memoria. Por otro lado, la historia es áspera en cualquier aspecto, dando como resultado que la trama sea confusa, difícil de seguir y deje muchas frases a medias y preguntas sin respuesta, sin embargo, al menos logra ser algo diferente a lo ya acostumbrado y que hace pensar en el bucle infinito que es el tiempo. Delphine Seyrig ganaría la Copa Volpi por su participación en esta película.

 

7 – Hijas de la Oscuridad (Harry Kümel, 1971)

Por El Fett

Veáse aquí a una de las obras más particulares sobre el mito vampírico, basado en la que es considerada la mayor asesino en serie de la historia, la condesa húngara y monarca de Transilvania, Erszébet Bathori, de la cual se cuenta asesinó a más de 600 jóvenes para darse un baño de sangre y conservar su belleza. Ahora bien, trasladada a la década de los 60-70, este thriller vampírico ve en Delphine Seyrig la personificación de belleza y maldad pura necesaria para actualizar a tan siniestro personaje, en una narrativa que transcurre entre el suspenso y el romance erótico (lésbico), que la llevó incluso a ser prohibida en variados países. Una película de culto que merece ser descubierta, como dato curioso Tony Scott se basó visualmente en ella para años después hacer “El Ansía”

 

6 – The Day of the Jackal (Zinnemann, 1973)

Por El Fett

El mismo nivel de suspenso de High Noon trasladado a un thriller de asesinos y espionaje dio como resultado uno de los más apremiantes ejercicios del género, y en donde Zinnemann, fiel a su tradicional narrativa, hace que el espectador se interese en un resultado ya conocido debido a la creciente progresión de tensión y una estructura fenomenal de sus personajes que se desenvuelven en un complejo juego mental y que va más allá de la típica trama del gato y el ratón. Como dato curioso, se filmaría un remake en 1997 con Bruce Willis y Richard Gere, el cual es un ejercicio anticuado comparado a la maestría de Zinnemann, una cualidad mayor si tomamos en cuenta la diferencia de 25 años

 

5 – Besos Robados (François Truffaut, 1968)

POR URIEL SALVADOR

Secuela de Los 400 Golpes que, aunque no está al nivel de su antecesora, tiene uno de los mejores tratamientos sobre el amor juvenil. François Truffaut otorga un tono ligero y alegre y un ritmo vivaz, que enfrenta a Antoine Doinel (Jean-Pierre Léaud sabe adaptarse a la nueva edad del personaje) a la dificultad por encontrar y conservar un trabajo y su incapacidad de relacionarse con las mujeres (debido a los traumas dejados por su madre). De ahí la importancia de Delphine Seyrig como una especie de femme fatale que cubrirá el rol maternal para hacerlo sentir más cómodo frente a la imprevisibilidad de la juventud.

 

4 – El Discreto encanto de la burguesía (Buñuel, 1972)

Por Kim Tobías

Una cinta en la que el director muestra las convenciones de la sociedad con su particular toque surrealista, la historia trata sobre un evento aparentemente común, un grupo de amigos se buscan reunir para cenar, pero ocurre una confusión que parece solo ser un error en la hora de la cita pero que cada vez se va tornando más superrealista y que poco a poco se va mezclando con los sueños de los mismos protagonistas, que incluso incluyen cenas interrumpidas. Un filme bastante ingenioso, con el toque de sátira social debido para resultar en una comedia clásica del cine surrealista. Se podría decir que es la versión ligera y francesa de “El Ángel Exterminador”

 

3 – El año pasado en Marienbad (Alan Resnais, 1961) 

Por El Fett

El epítome de la revolución fílmica a raíz de la corriente conocida como la “nouvelle vague”. Resnais logra la pieza más elegante y significativa de dicho movimiento debido al refinamiento de su propio estilo, en un relato complejo y hermoso contado a en su totalidad a través de flashbacks que son oníricamente originados de los recuerdos de dos amantes que se reencuentran un año después, y que al congeniar sus memorias, chocan al no remembrarlas de la misma manera ni con la misma pasión o intensidad (al menos no en el mismo momento). Su legendario montaje y fotografía responden de manera excelsa a las necesidades de proyección de dichos recuerdos, sueños o perspectivas, así como su narración que sencillamente se convierte en una poesía sobre las(os) mismas(os).

 

2 – Sois belle et tais-toi! (Delphine Seyrig, 1981)

POR URIEL SALVADOR

Frustrada con la industria y harta de hacer personajes de florero, Delphine Seyrig se arriesga a dirigir este documental y se acerca a actrices de la talla de Jenny Agutter, Maria Schneider y Jane Fonda para hablar y entender su percepción sobre el machismo y la misoginia que impera en la meca del cine y cómo les impone lo que se espera de ellas. Sin tapujos expone lo que era bastante conocido en ese momento y causa que su enojo sea genuino y, sin embargo, también lo es la tristeza de callarse y humillarse para hacer realidad sus sueños. Uno de los mejores proyectos de temática feminista que hoy en día es más relevante que nunca.

 

1 – Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles (Chantal Akerman, 1975)

POR URIEL SALVADOR

Más allá de la controversia causada por ser nombrada “la mejor película de la historia” (algo exagerado y que sólo la hará más divisiva de lo que ya es), retrata las consecuencias del silencio y el aislamiento por períodos prolongados. Chantal Akerman limita el diálogo y usa tomas largas para plasmar por 3 horas el entumecimiento mental causado por la cotidianidad, logrando que uno sienta lo mismo que estas personas encerradas en un círculo vicioso donde la muerte es quizás el único camino de escape. Una experiencia más común de lo que podría pensarse porque esa vida de autómata es el mundo entero para muchos, ejemplificada en una Delphine Seyrig que emana una naturalidad alarmante.

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Acerca del autor

Uriel Salvador     twitter.com/UrielSalvadorGS

Escritor, analista, crítico, gamer, investigador, actor (especializado en doblaje), fotógrafo. Pero ante todo, soy un amante del cine.


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