Las 10 Mejores Películas de James Coburn

Uno de los símbolos del western por excelencia, quizá su talento dramático se desarrolló ya en su etapa final, pero es indudable que James Coburn fue, es y será una de las figuras más carismáticas y emblemáticas tanto dentro como fuera del género que lo vio nacer.

De ascendencia sueca, Coburn se interesó por la actuación desde  muy temprana edad, actuando en carpas callejeras y algunos teatros hasta su graduación del instituto de interpretación de Stella Adler en Nueva York. Aunque para ese tiempo ya figuraba como extra y con algunos pequeños roles dentro de la televisión, fue hasta 1959 cuando debutó en el cine a lado de Randolph Scott y dentro de uno los llamados mejores ejercicios “de bajo presupuesto” del género western: Ride Lonesome.

De ahí al estrellato, Coburn sería un recurrente pistolero a la orden de cineastas que reconstruirían el western durante las décadas de los 60 y 70, un intervalo de bajo presupuesto y de reacomodo narrativo debido a la progresiva salida de John Ford y John Wayne, y que daba paso a directores que incluirían mucho más violencia y elementos técnicos al rubro tales como Peckinpah, Sturges, Boetticher y por supuesto Leone, con los que Coburn se haría de una relevante constancia.

Con el ocaso del género que le dio la oportunidad, Coburn encontraría suerte también como un eficaz actor de reparto en producciones de suspenso (Charade) y bélicas (The Grest Escape, Cross of Iron), así como también en variadas producciones televisivas. Tendría un retorno triunfal durante los 90, con producciones como Maverick y por supuesto el intenso drama “Afliction”, donde ni él mismo hubiera pensado llevarse el Oscar como mejor actor de reparto en 1997. Seguiría trabajado de manera constante, siendo incluso uno de sus últimos trabajos la voz del empresario “Waternoose”, el monstruo villano de la ya clásica “Monsters Inc.”.

James Coburn moriría de un infarto fulminante al miocardio mientras escuchaba música a lado de su esposa en 2002, como si se tratase de una fugaz ráfaga que le atravesara el corazón. Recordemos al gran James Coburn con sus 10 Mejores Películas

 

Bonus – Ride Lonesome (Budd Boetticher, 1959)

POR EL FETT

Un dato duro que forjó el carácter y férrea personalidad de este héroe perdido de western, fue que luchó y sobrevivió a las dos guerras mundiales; el hermetismo del soldado era notable, pero así también su “macha” presencia, que era suficiente para construir el relato de un mercenario que transportar a un criminal a la cárcel, mientras que el hermano del acusado los persigue. Los pequeños giros de tuerca de Budd Boetticher son un deleite en esta road movie que no necesita trenes, ni persecuciones de mucha espectacularidad, solo diálogos inteligentes, un paisaje y desierto con caballos, y la impresión de una tensión constante en esta persecución de 70 minutos. Aparecen otras dos figuras del género: Lee Van Cleef y James Coburn, este último en su debut en el género

 

Bonus animado – Monsters Inc. (Docter, 2001)

POR EL FETT

Esta hilarante odisea desprende carisma desde sus primeros minutos, conservando ese aire desfachatado proveniente de Toy Story 2, pero aquí con un triple plus: un mejor argumento, un trepidante ritmo que culmina en una de las mejores secuencias en la historia de Pixar (la persecución en la fábrica de puertas); y finalmente una excelente y emotiva construcción de personajes que a través de las voces de Crystal y John Goodman se materializan en una de las mejores relaciones fraternales dentro de la casa animada. Aventurera en estilo y forma, los monstruos y su espontaneidad coincidentemente abrieron las puertas para que Pixar se arriesgara más allá de sus juguetes. James Coburn tiene a su cargo la voz del villano, el Señor Waternoose.

 

10 – Charade (Stanley Donen, 1963)

Por Edgar del Valle

Lo irónico es que la cinta más reconocida de Donen no pertenezca al género musical, sino a una rareza de suspenso y romance poco tiempo después del fin de la época de oro de dicho terreno musical en Hollywood. Una comedia de intriga llena de refinados ambientes que explotó la química de su extraordinaria pareja protagonista, un cruce entre el cine de Hitchcock y el de Ernst Lubitsch, Donen denotaría un manejo dramático y actoral soberbios, en la historia de una mujer que al pretender el divorcio de su marido, es informada que éste fue asesinado por sus cómplices en un robo multimillonario y que es necesario que con su ayuda se recupere el mismo y se detengan a los implicados. James Coburn será uno de los tantos asesinos inmiscuidos en esta telaraña de suspenso y humor

 

9 – Cross of Iron (Sam Peckinpah, 1977)

Por El Fett

Ya en un estado muy deteriorado por el alcohol (dicen que se tomaba cuatro botellas diarias durante la producción), Peckinpah traslada su estilo sangriento y crepuscular del western al bélico, dando un resultado irregular en lo que se refiere a la narración de sus personajes y sus propias actuaciones (muy forzadas, desde el hecho de ser americanos tratando de emular soldados alemanes aquejados por el ejército ruso), pero fastuoso en su exposición de violencia realista y gráfica, además de sus excelentes secuencias de acción, que prácticamente abarcan todo el primer acto del film, sin reparar en la presencia de sus personajes. Polémica, muy fallida, pero un gran vehículo de lucimiento actoral.

 

8 – Our Man Flint (Mann, 1966)

Por Edgar del Valle

Una de esas curiosidades fílmicas – cómicas de las que no se suele mucho hablar, en esta parodia de las películas del agente secreto James Bond, muy en boga en los años 60, James Coburn logra obtener quizá su único papel verdaderamente protagónico, en el cual encarna a un agente cuyas cualidades son verdaderamente exageradas (como el Bond de Roger Moore), que convierten a la cinta en un divertimiento sin mayores pretensiones.  El filme contó con bastante éxito comercial lo que permitió que se realizara una secuela sobre el mismo personaje “In Like Flint” (1967), galardonada con el premio Laurel de Oro 1967 a la mejor representación cinematográfica de acción para James Coburn.

 

7 – Maverick (Donner, 1994)

Por El Fett

Son muy escasas las aproximaciones al género western donde “la pistola” no sea el arma protagonista en cuestión. Sirviéndose del carisma y de su probada química con Gibson, Donner toman las cartas para crear un western que funciona tanto a manera de homenaje como de parodia, y que bien pudiera situarse como un hábil remake de la serie homónima o bien como en una divertidísima innovación al género con todo y su estructura a manera de sketches. El naipe como arma, James Coburn aquí aparece como un apostador de alta alcurnia y militar marítimo, que será parte de una estafa hacía la parte final del film. Mostrando su también nato carisma y vena cómica, su aparición y la de Garner son el hilarante objetivo de este también homenaje

 

6 – Bite the Bullet (Brooks, 1975)

Por Edgar del Valle

Un peculiar western que retoma casi todas las constantes de los grandes del género, sobre una carrera de caballos de 700 millas a través de varios estados americanos, que concentra un gran interés y muchas apuestas en toda la nación. Para no variar nos encontramos a James Coburn en el papel de un antihéroe cínico y sin escrúpulos, capaz de todo con tal de conseguir sus metas. La cinta fue nominada al Oscar como mejor banda sonora y sonido, destacando en su tiempo por su gran reparto (resaltan Gene Hackman, y Ben Johnson) y por su fresca narrativa que escapaba de la típica receta de la pasada década, pero que conservaba de manera pasional y nostálgica todos los elementos y clichés de la misma

 

 5 – ¡Agáchate Maldito! (Sergio Leone, 1971)

Por Edgar del Valle

Perteneciente al subgénero del spaghetti western, y dirigida por Sergio Leone, James Coburn hace de un irlandés veterano del IRA y experto en explosivos, que es usado por un ladrón mexicano quien le hace creer que van a asaltar y banco y finalmente lo utiliza para sacar de la cárcel a unos revolucionarios, por lo que se convierten en héroes, pero también prófugos de la justicia. Filme que permitió al actor mostrar su versatilidad, con un desempeño acorde al de su pareja de créditos Steiger. Sin duda una película divertida con una buena dirección y magníficas interpretaciones, que injustamente ha quedado relegada como “la otra película de Sergio Leone”.

 

4 – The Magnificent Seven (Sturges, 1960)

Por El Fett

A pesar de que Sturges ni en 20 reencarnaciones hubiera alcanzado la genialidad artística de Kurosawa, su mayor virtud recayó en el que él mismo lo sabía, haciendo de Los 7 Magníficos una adaptación fresca y libre que respetó los estatutos de western y los uso para la conveniencia de su relato. Así, el realizador logró en esta versión americana que los 7 personajes lograrán ser más tridimensionales, asignándoles un génesis y una gama de emociones más explicitas, razonables y en algunos casos hasta más justificables que el mismo film del japonés. Divertida y de un gran reparto, James Coburn aquí vería despegar su carrera gracias a la interpretación de un vaquero letal con los cuchillos y de muy pocas palabras.

 

3 – Hard Times (Hill, 1975)

Por Edgar del Valle

Producción estadounidense, dirigida por Walter Hill y protagonizada por Charles Bronson y James Coburn, dos nombres que mantenían un común denominador, y era el haber despegado juntos (y muriendo) en “Los 7 Magníficos”. Partiendo de una premisa muy elemental que es la reunión de un desempleado que se gana la vida en luchas callejeras durante la época de la gran depresión y un promotor de éstas para poder sobrevivir, el director y los actores nos proyectan a una película de acción bastante entretenida. En su papel de como Spencer “Speed” Weed: un oportunista simplista y sombrío promotor de luchas callejeras, con una debilidad enfermiza por el juego, se convierte en el eje central de la trama, mostrando nuevamente su talento para encarnar todo tipo de antihéroe.

 

2 – Pat Garrett & Billy the Kid (Peckinpah, 1973)

Por El Fett

Un Peckinpah engolosinado con la potencialidad estética del western, logró hacer un film que funciona para la música y la fotografía, y no viceversa. Si bien este error al parecer intencional hizo que el film fuera por momentos abrumadoramente largo, las sinfonías de Bob Dylan y el toque del cineasta en cuanto al manejo de la realidad y crueldad en sus diálogos y actuaciones, son características que posicionan a esta cacería como uno de los estandartes más bellamente visuales y cruentos del género, este último factor desde un punto de vista más simbólico que visual, donde la violencia puede alcanzar incluso el mote de hermosa. Interpretando a Pat Garrett, James Coburn logra uno de los más cínicos y despiadados sheriffs que se recuerden, típico del antihéroe que solía personificar.

 

1 – Affliction (Schrader, 1997)

Por Edgar del Valle

Producción estadounidense, dirigida por Paul Schrader contando en el reparto con Nick Nolte, James Coburn, Sissy Spacek y Willem Dafoe,  entre otros. La cinta es un drama psicológico que trata sobre un policía mediocre y menospreciado (Nolte), que mientras investiga un posible asesinato, trata de recomponer su relación con su padre alcohólico y dominante (James Coburn). Aunque ya había mostrado algunas cosas interesantes desde el ocaso del género western, esta película le permitió brindarnos en plena madurez, su mejor desempeño actoral, mostrando su versatilidad y posibilidades histriónicas, y de paso haciéndose acreedor al premio Oscar como mejor actor secundario en la primera y única nominación de su carrera

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Edgar Del Valle    


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