Las 10 Mejores Películas de Jean-Paul Belmondo
Jean-Paul Belmondo, no solo uno de los estandartes del cine francés, sino también del ámbito internacional al ser la representación actoral masculina sin duda más famosa de la nouvelle vague, trabajando bajo las órdenes de Chabrol, Truffaut y sobre todo Godard, en lo que significó su clímax artístico entre las décadas de los 60 y 70.
De cuna aristócrata y artística francesa, Jean-Paul Belmondo comenzaría su carrera a finales de los 50, no tardando mucho para hacerse de un lugar dentro de la nueva corriente cuando Godard le diera el protagónico en la ahora de culto “Sin aliento”, junto a la musa Jean Seberg.
A través de su naturalidad y talento no solo se iría convirtiendo en uno de los mejores actores franceses, sino que también se iría ganando el mote de “el rostro más feo y seductor de Francia”, debido a esa chispa y pose de “Don Juan” que mantendría dentro y fuera de la pantalla.
Para la década de los 70 Jean-Paul Belmondo dejaría la “nouvelle” para instalarse dentro de producciones de acción y de comedia, ampliando su leyenda ahora en el ramo comercial dentro de su país.
Retirado desde 2008 y fallecido el 6 de septiembre del 2021, recordemos al gran Jean-Paul Belmondo con sus 10 Mejores Películas
Bonus – Casino Royale (John Huston, 1967)
POR EL FETT
La primer sátira sobre James Bond es mala, por momentos muy, muy mala, sin embargo su existencia se convirtió en un desfile de estrellas que permitió a la audiencia ser testigo de algunas facetas cómico – paródicas de sus actores favoritos del Hollywood clásico ya entrados en años (William Holden, Charles Boyer, Orson Welles, Woody Allen, David Niven, Deborah Kerr, George Raft, Jean-Paul Belmondo y el mismo John Huston). Por supuesto lo mejor de la cinta es Peter Sellers como Bond, James Bond, en otro despliegue de locura físico – verbal que Huston no puede sostener más allá de 30 minutos del metraje. Años después llegaría la mejor parodia llamada “Austin Powers”, enterrando a este experimento fallido
10 – Stavisky (Alan Resnais, 1973)
POR EDGAR DEL VALLE
Por esta cinta protagonizada por Jean-Paul Belmondo, sobre jugador de cartas y traficante internacional conocido como El Bello Sacha y dirigida por Alain Resnais, Charles Boyer ganó el premio del Festival de Cannes como mejor actor de reparto, por su destacada actuación en esta película basada en hechos reales. A la larga y bajo el tono directivo de Resnais, esta cinta ha llegado al culto por ser más un experimento de corte criminal que un thriller per se. Cabe mencionar que esta fue la penúltima película de Charles Boyer, que se suicidaría en 1978 debido a la muerte de su esposa. Independiente a la desgracia, el actor se despidió en lo más alto
9 – Les Miserables (Claude Lelouch, 1994)
Por El Fett
La muy atropellada y actualizada versión de Lelouch del clásico literario cuenta a pesar de su pretenciosa puesta de dos valores indiscutiblemente geniales, le primero, la producción nacida de su propia adaptabilidad a la Segunda Guerra Mundial, cambiando varios elementos en el entorno, pero respetando la esencia del relato y personajes; el segundo, indiscutiblemente sus actuaciones, las cuáles también responden a dicha remasterización narrativa cambiando ciertos modismos, pero de nuevo, no la naturaleza de lo escrito por Victor Hugo. Jean-Paul Belmondo ya en los finales de su carrera hace una interesante reinvención del protagonista del clásico relato
8 – La ciociara (Vittorio de Sica, 1960)
Por El Fett
Una de las mejores películas de la post guerra y el neorrealismo, tan conmovedora como brutal y muy adelantada a su tiempo con respecto a la proyección de la fortaleza femenina. Aunque Loren despliega lo que es una de las mejores actuaciones femeninas en la historia, un naciente Belmondo personifica un disminuido pero aun así simbólico elemento masculino para no solo equilibrar la fortaleza de Loren, sino también servir como contrapunto de la maldad “masculina” que funge como la principal amenaza de esta tensa odisea – escape de la guerra (y que consumará hacía el final de la película con la crudísima secuencia de la doble violación a madre e hija). Una pequeña pero sustancial actuación de un aún debutante Jean-Paul Belmondo
7 – Le doulos (The Finger Man) (Jean-Pierre Melville, 1962)
Por El Fett
Una de las críticas que Jean-Pierre Melville recibió alrededor de su obra recaía en la romantización del criminal, lo cual es un aspecto superficial e ignorante a la hora de analizarla, pues vale constatar que Melville no buscaba la humanización, sino la exploración de su cinismo, maldad y motivantes detrás no solo de sus crímenes, sino de sus cuestionables interacciones humanas repletas de violencia, no una gráfica, sino más psicológica y fundamentada precisamente en la deshumanización, Quizá no haya mejor ejemplo de dicho manifiesto que esta cinta, propositivamente confusa desde su montaje, pero que maravilla gracias a su seguimiento íntimo de la falta de moral, la traición (poner el dedo) y el rompimiento del código de honor
6 – Una mujer es una mujer (Jean-Luc Godard, 1961)
Por El Fett
Triple acta: el debut de Karenina bajo la dirección de Godard, el afianzamiento del director tras su supremo debut dentro de la nueva corriente, y el inicio de la química de Jean-Paul con Anna, los cuáles crearían una de las parejas mpas entrañables dentro de la nouvelle, el cine francés y la historia. Tal vez la película más divertida de Godard en lo que se podría definir como la expresión más básica de la nouvelle: el romanticismo, la comedia, y esos momentos de extrema espontaneidad en los que el director exhibía la pasión por su musa ¿y muso? Obviamente el valor principal radica en la encantadora Karina como la stripper que quiere tener un bebé, pero el triángulo amoroso en la que Jean-Paul Belmondo se ve incluido, marcaría también un hito hacía el mundo sobre la libertad y el poder femenino en Europa.
5 – El Profesional (Georges Lautner, 1981)
Por Edgar del Valle
Película que narra la historia de un agente del servicio secreto francés que es comisionado para asesinar al dictador y enemigo de su país a un pequeño país de África. La situación política cambia y su labor se trunca, es detenido y es desconocido por sus superiores. Logrando escapar de su prisión, regresa a Francia para cobrar venganza. Aventura que le permitió a Jean-Paul Belmondo un cambio total de registro (ahora como héroe de acción y distinguido también por ejecutar sus escenas de riesgo) y ser conocido por una nueva generación de espectadores al convertirse en un gran éxito comercial y mundial. La cinta fue nominada a mejor banda sonora (Ennio Morricone) en los Premios César.
4 – León Morín, Sacerdote (Jean-Pierre Melville, 1961)
Por El Fett
Religión y escepticismo, dogma y tentación, la ganadora del León de Oro es un retrato intimista sobre la emancipación de la espiritualidad de parte de una madre viuda que, frente a la invasión alemana a Francia y a su impotencia social y económica, gusta de retar intelectualmente al recto cura de la parroquia en un peligroso encuentro intimo que trascenderá el confesionario para despertar el deseo, no tanto carnal (aunque la seducción está implícita), sino relacional entre estas dos almas en conflicto: una por la presencia del enemigo, y otra sencillamente por la presencia de aquella “amiga” mujer. De grandes diálogos y desplegando cierta parte salvaje de parte de una extraordinaria Riva, la química entre la francesa y Jean-Paul Belmondo es extraordinaria
3 – Borsalino (Jacques Deray, 1970)
Por El Fett
El llamado “hombre más guapo” junto al nombrado “el más simpático” del cine francés; Delon y Jean-Paul Belmondo constituyen una historia fraternal tan grandiosa como trágica dentro del bajo mundo del hampa francesa. Un retrato que al igual que su amistad, está provisto de momentos que logran familiarizar al espectador no con el crimen, sino con la hermandad creada por estos dos parias en su escalinata hacía el poder. Su distintivo recae en que Deray logra llevarla de un tono de comedia negra a un violento y profundo estudio de la mafia francesa, algo pocas veces revisitado e incluso quizá siendo la más famosa dentro de dicho tópico. La ambición no logrará destruir su amistad, pero si lo hará el destino.
2 – Sin Aliento (Jean-Luc Godard, 1960)
Por El Fett
Primera película de Godard; pocos son los momentos tan evidentes dentro de la historia del cine que marcan un antes y un después, y este definitivamente es uno. Quizá no sea la primera de la nouvelle vague, pero fue la que estableció y simbolizó su porvenir con un estilo autoral sin precedentes y que, de manera irónica, tomaba ciertos elementos (y hasta símbolos y figuras) del occidente para deconstruir el propio thriller- noir y convertirlo en esta nueva ola de libertad, auto descubrimiento y naturalidad. Jean-Paul Belmondo y Seberg protagonizan esta historia de criminalidad y romance que mostraría un nuevo camino a los cineastas europeos, criticando incluso el modus vivendi de los americanos en una rica tangente simbolizada por la fémina.
1 – Pierrot El Loco (Jean-Luc Godard, 1965)
Por El Fett
Como lo dicta el canon, estamos ante la que quizá sea la mejor y más mediática cinta de Godard, pero también muy probablemente frente a la más icónica de la nouvelle vague. La desfachatez con la que esta relatada (y actuada) dicta la quintaesencia de la corriente francesa, enmarcando con ese beso entre Anna y Jean-Paul Belmondo (que se ha convertido en parte de la cultura pop) su momento más coqueto, entrañable y romántico dentro de las bases establecidas por su naturalidad y progresión de hechos. Una aventura romántica, gansteril y road movie, este drama de manera inmediata alcanzó el estatus de culto, y tal y como su título lo indica, es una entrañable y legendaria locura de principio a fin.