Las 10 Mejores Películas de Jim Broadbent
Fenomenal actor británico, nacido del telón teatral cómico de Londres, herencia de sus propios padres, los cuáles eran escultores y actores apasionados y aficionados, que fundaron uno de los grupos callejeros de teatro más famosos de la ciudad.
Con más de 200 créditos entre el cine y la televisión, y con una veintena de premios que reconocen su talento y versatilidad, celebremos al veterano Jim Broadbent con sus mejores películas}
10 – Brazil (Gilliam, 1985)
POR EL FETT
Pieza fundamental que concibe una de las comuniones más bizarras del género hacía con la corriente surrealista. Un absurdo mundo burocrático y utópico regido por un sistema donde el ser desconectado o ajeno a los procedimientos del mismo es tomado como un paria enemigo del estado, plataforma para la burla del director hacia la sociedad hippie y la rebeldía creciente de los 80 bajo los acordes de la pista Brasil. Esta ridícula pero genial comunión es una metáfora brillante y desgarradora sobre el sistema populista, que en su conclusión deja escapar su último y trágico chiste hacia dicho sistema: el populismo no existe (o no funciona). Jim Broadbent en uno de sus primeros papeles aparecería como un cirujano plástico muy particular, y en donde hasta la fecha es difícil olvidar “sus tratamientos”
Paddington y Paddington 2 (Paul King, 2017)
POR EL CINE ACTUARIO
Un oso peruano y de modales finos, que tras un derrumbe en su hábitat de origen decide embarcarse como polizón a Reino Unido donde intentará adaptarse a las complicaciones de este país y su cultura. Paddington pronto se dará cuenta de que el sueño ¿Británico? no es como se lo prometieron. Un personaje icónico al nivel Winnie Pooh, tan educado y carismático que es el único personaje animado a quien la ex-reina Isabel II recibió un su palacio. Todo un gentleman, sus dos películas ya son consideradas de culto. Sobre todo la segunda, una de las mejores aventuras familiares de los últimos 24 años. Jim Broadbent interpreta en ambas al anticuario, viajero y entrañable Mr. Gruber
Bullets over Broadway (1994)
POR EL CINE ACTUARIO
La historia de un autor de obras de teatro fracasado que para conseguir éxito y financiamiento tiene que contratar a la novia del productor que no es más que un gánster, sirve como crítica de Woody Allen a la industria comercial haciendo ver a esta como una mafia que impone a sus consentidos, se mete en la ideas creativas pero que al final tristemente se convierte en la única vía en qué los menos afortunados pueden sobresalir. Añadiendo a eso, habla bastante del inexplicable proceso creativo de una obra y de cómo termina por ser el arma para salirse del sistema. Mención aparte todos los actores (John Cusack, Dianne Wiest, Rob Reiner, Jim Broadbent, Chazz Palmintieri, entre otros) están en modo crack.
7 – Harry Potter and the Half-Blood Prince (David Yates 2009)
POR EL FETT
El problema de la saga de Harry Potter se llamó Voldemort, un villano plano y con pocos motivos de existir más que el de ser el “más malo”. Esto en las películas, pues en las novelas este sería el libro que se encargaría de dar mayor tridimensionalidad al personaje. Yates en su segundo turno en la saga olvida ese pequeño detalle, y decide centrarse en las relaciones adolescentes y en la conexión de Harry Potter con Dumbledore. A pesar de las fallas narrativas obvias, hay varias secuencias muy disfrutables dentro de este capítulo 6, en especial cuando estas refieren a la participación de Jim Broadbent como el Profesor Horace, sin duda el MVP de esta atropellada cinta
6 – Richard III (Richard Loncraine, 1995)
POR EL FETT
Es un regocijo admirar el máximo talento teatral de todos los inmiscuidos al servicio de una adaptación tan peculiar y exacta como esta, que a pesar de ser por momentos narrativamente torpe y de un ritmo muy cuestionable, basta con su labor actoral para disfrutar una de las mejores simbiosis entre cine y teatro. Una versión modernizada y muy bien llevada de la clásica novela de, Shakespeare, pero que en lugar de una Inglaterra medieval se nos transfiere a los años 30, cuando estalla la guerra civil y las dos familias más poderosas se enfrentan por el poder. Aunque McKellen logra quizá su papel dramático más destacado, la también presencia cínica y siniestra de Jim Broadbent redondean un tercer acto de ensueño
5 – The Iron Lady (Lloyd, 2011)
POR EL CINE ACTUARIO.
Iron Lady, podemos decir con todas sus letras, que es una película mala, con una dirección flojísima y un guion horrible sacado del Hallmark Channel, pero como selección europea de medio pelo, siempre puede haber un crack (o varios) que marquen la diferencia. Streep muestra su lado más duro a nivel histriónico, interpretando un papel fuerte y de carácter a la par que funge como el hilo narrativo. Los grandes actores saben dar buenos papeles en escenarios favorables, pero los actores titánicos pueden cargar en sus hombros una película entera. A pesar de su gran interpretación, su sombra no se cierne sobre su reparto, sino que lo abraza e invita a tener su propio nivel, algo nada complicado para un Jim Broadbent, que aquí demuestra el porqué es uno de los mejores actores de reparto
4 – Gangs of New York (Martin Scorsese, 2002)
POR EL FETT
Una cinta propositivamente pintoresca y un poco exagerada que ha crecido con el tiempo, y que más allá de recrear el origen americano de una de las pasiones de Scorsese en cuanto al tópico de la mafia, representa una de las narrativas más complejas y peculiares en torno al tema paternalista, sustentada en una de las más grandes actuaciones (al menos patriarcales) de todos los tiempos a manos del ya retirado Day-Lewis. Oscura y ambiciosa, el violento entorno planteado por el director le permite desarrollar de forma fastuosa las emociones de sus protagonistas, enfrentados por una accidental unión que será tanto el trasfondo como el punto de partida pata su brillante y tenso clímax. Jim Broadbent da una excelente actuación, representando el cinismo de la política aún en aquellas épocas
3 – Topsy-Turvy (Mike Leigh, 1999)
POR EL FETT
Una cinta un poco excesiva en su exposición visual y duración, sin embargo, el viejo lobo de mar de Mike Leigh emprende un ambicioso proyecto dramático – musical, basado en la obra y conflictos de los legendarios artistas londinenses Gilbert y Sullivan, famosos en los finales del Siglo XIX por sus óperas cómicas, siendo precursores de la producción del entretenimiento. Con vistosos números, la narrativa se centra en el enfrentamiento creativo de estos dos, dejando de lado los clichés de estructura de personajes tan típicos de los biopics. Las actuaciones de Corduner y de Jim Broadbent brilla por su naturalidad, adaptándose a la espectacularidad del pintoresco relato y de paso regalando a Broadbent varias nominaciones (y su obvia selección para Moulin Rouge)
2 – Moulin Rouge (Baz Luhrmann, 2001)
La excéntrica locura de Luhrmann era una apuesta arriesgada en una época en la que los musicales no eran atractivos para la industria, sin embargo el homenaje bohemio a los valores románticos del París de la belle époque, una trágica historia de amor, un magnífico soundtrack con versiones extravagantes y atrevidas, y la química entre McGregor y Kidman que traspasa la pantalla, demostraron en conjunto, a público y crítica que Baz tenía razón en confiar en su proyecto. Jim Broadbent regaña una interpretación tan cómica como entrañable como el dueño del Moulin Rouge, que debajo de aquel sentido capitalista, esconde un verdadero amor y cuidado por su protegida. El número de “Like a Virgin” da mucho cringe, pero es fastuoso.
1 – Iris (Richard Eyre, 2001)
POR EL FETT
Es una historia de amor que se construye sobre el lienzo de una biopic, y quizá de ahí destaca por encima de sus símiles, al estructurar primero su romance y las personalidades que la conforman, y después la relevancia de su figura: la escritora y filósofa irlandesa Iris Murdoch. Simple y poderosa, la degradación mental que sufre la protagonista se da desde dos arcos temporales; el primero, el presente, donde se magnifica el romance y la figura del “esposo” (un brillante Jim Broadbent en el papel que le dio su Oscar) funge como el apoyo ante la enfermedad; la segunda, el pasado, donde si bien se construye la historia de Murdoch como novelista, el director presta mejor atención a cuidado a su objetivo: el origen de aquel amor excéntrico entre este par de bohemios