Las 10 Mejores Películas de Jon Voight

Aunque ustedes no lo crean, el origen actoral de Jon Voight se remonta al teatro musical, más en específico en la obra “Sound of Music”, siendo reemplazo en variadas ocasiones del personaje masculino principal. De ahí a que le comenzaran a llover varios castings durante los 60, donde mayormente se desempeñaría en la televisión.

Sería hasta 1969 cuando Voight ganara un espacio inamovible en el cine al protagonizar la trágica ganadora del Oscar, Midnight Cowboy, con la cual marcaría de manera oficial su entrada a una década de los 70 de ensueño para su carrera.

Dedico este top a Don Edgar del Valle, colega de Cinescopia que se encuentra de vacaciones, ya que Jon Voight es uno de sus actores favoritos.

 

10 – Heat (Michael Mann, 1995)

Un imperativo del cine criminal, 24 años antes que Scorsese, Mann juntaría a Pacino y De Niro para ejecutar una de las mejores cintas de acción y thrillers policíacos por excelencia. Si bien el trepidante ritmo y suspenso impreso por Mann es equiparable a la ráfaga de balazos incesantes en aquella legendaria secuencia del robo al banco (considerada por la crítica como la mejor secuencia de acción de los 90), es también gracias a la madurez y química actoral que la película pudo sobresalir como uno de los pilares del subgénero. Aunque de un papel menor, la presencia de Voight destaca como el padrino criminal en cuestión, robándose cámara en cada una de sus escenas a lado del propio De Niro.

 

9 – The Champ (Franco Zeffirelli, 1979)

Un drama paternofilial un tanto manipulador, rescatado por la solvencia histriónica de un Voight como un boxeador que se enfrenta a su mayor lucha hasta ahora: el regreso de su esposa y madre de su hijo, después de que esta los abandonara hace siete años. Zeffirelli logra por momentos un retrato complejo del duelo y redención personal, cuando el boxeador, lejos de ser un “ejemplo”, luche también contra sus propios demonios simbolizados por el alcoholismo y una carrera en declive. El regreso de su pareja servirá, más allá del arrebato paternal, en una excusa para resurgir. Gran química con una también grandiosa Faye Dunaway, este relato fue uno de los dramas más mediáticos de su década, aunque ha envejecido un poco mal

 

8 – Conrack (Martin Ritt, 1974)

Drama educacional y de tema racial, donde Voight interpreta a un maestro poco convencional que es destinado a una comunidad negra, olvidada y muy pobre; sus métodos no serán tan bien aceptados, comenzando así un choque de ideales y valores sociales muy en la línea de lo acostumbrado por Martin Ritt, un narrador del “pueblo”. El film se sostiene gracias a la naturalidad y fuerza interpretativa de Voight, mientras Ritt esquiva todas las artimañas manipuladoras en cuanto al mensaje moralino de la película. En definitiva esta esta es una película (basada en la propia autobiografía del personaje principal) que debió haber causado mayores nominaciones o reconocimientos para el actor

 

7 – Mission: Impossible (Brian De Palma, 1996)

En cada ocasión que una Misión Imposible es expuesta yo me pregunto: ¿Y dónde quedó el tratamiento de thriller de espionaje de aquella gran e infravalorada primera parte dirigida por  De Palma? ¿En qué momento pasó esto a ser una serie de secuencias de acción donde poco importaba el guion y el desempeño actoral? Quizá con excepción de lo hecho por  Bird en 2011, la realidad es que todas las secuelas de esta saga han caído en una debacle progresiva y proporcional a las (pocas) arrugas de Tom. ¿Habrá alguien dentro de estas nuevas generaciones que recuerde el film de 1996 que originó esta franquicia? La ejecución de De Palma es impecable, siendo uno de los mayores cambios a la serie el tratamiento del villano, un gran y siniestro Voight

 

6 – The General (John Boorman, 1998)

Ganadora de la mejor dirección en Cannes, este fue una de las pocas películas donde Voight pudo sostenerse durante la década de los 90, época difícil para él entre muy malas decisiones, churros comerciales y bodrios. Muy divertida, intensa y de un excelente ritmo, Boorman construye un entorno ideal para que lo real se transforme en algo sumamente natural, creando una empatía y conexión inmediatas con el capo, Martin Cahill, irlandés que durante dos décadas se posicionó como la figura mafiosa más famosa y peligrosa, con nexos policiales y terroristas dentro del IRA. La personalización de este “antihéroe” lograda por Gleeson crea una extensión de solidaridad hacía con la audiencia, pero son los diálogos con el policía de Voight los que enaltecen el guion e historia

 

5 – Ali (Michael Mann, 2001)

Su última nominación al Oscar vendría por la excelente interpretación de Howard Cossell (aunque le debería de dar la mitad de crédito a los del departamento de maquillaje, pues Voight resulta irreconocible), escritor y periodista deportivo que se convertiría en su momento en uno de los principales socios mediáticos y de la prensa para Muhammad Ali. Preciso y dando cátedra de ese talento que lo llevaría al clímax de los 70, desgraciadamente para Voight esto supondría su última relevante actuación en el rubro dramático, pues para ese entonces ya comenzaban a asomarse varios bodrios como villano o como “presidente”, participaciones que incluso podrían llegar a meros cameos

 

4 – Runaway Train (Andrey Konchalovsky, 1985)

Quizá uno de los datos más curiosos y desconocidos del cine de acción de los 80 repose en esta excelente aventura de escape y supervivencia, que con todo y sus excesos se ha convertido en un clásico de culto gracias a su impresión de suspenso y por supuesto a su fuente original, un libreto de Akira Kurosawa. La mitad de la calidad narrativa ya estaba hecha, lo que llevó a este thiler de acción a ser considerado a tres Oscar, uno de ellos sobre la actuación protagónica de Jon Voight, que también aquí encontraría un vehículo para construir la otra vertiente de su carrera en los años posteriores: el del cine de explosivos, balazos, espionaje y/o acción ¿Se acuerda de Máxima Velocidad? Pues bueno, esto es mucho, mucho mejor.

 

3 – Deliverance (John Boorman, 1972)

Una de las mejores combinaciones entre cine de aventuras y terror, uno muy gráfico y que en su momento significó un revulsivo visual y narrativo al mostrar en el ámbito comercial de Hollywood una cacería humana con mucha sangre, acción y mutilaciones incluidas. Aunque Boorman a veces duda de su propio potencial como cinta de horror, es en las actuaciones donde recaen los mayores valores de la cinta, siendo Burt Reynolds y Jon Voight aquellos que mejor se compenetran con su personaje, proyectando la literal “pesadilla” que experimentarán. La cinta también es muy astuta al denotar cierta crítica hacía la invasión de reserva, un tópico siempre satanizado por la sociedad y que aquí se manifiesta en un excelente excedente

 

2 – Coming Home (Hal Ashby, 1978)

Dramononón de alta intensidad emocional y de una complejidad argumental que de inmediato lo aleja del melodrama para adéntranos en temas mucho más profundos, fiel al estilo del excelente Hal Ashby. Voight interpreta a un veterano de Vietnam, que ahora inválido de su cintura para abajo, se ve envuelto en un pasional romance con una enfermera del hospital (grandiosa Jane Fonda), la cual está casada con otro combatiente de la guerra (Bruce Dern) que no tardará en “regresar a casa”. Este triángulo amoroso de consecuencias trágicas otorgó a Voight el único Oscar y los mayores reconocimientos de su carrera. Fonda haría lo propio en dicha gala, así como el excelso guion de este anti romance con tintes críticos a las consecuencias de la guerra

 

1 – Midnight Cowboy (John Schlesinger, 1969)

Uno de los relatos más extrañamente trágicos del que uno puede ser testigo y tomando en cuenta los estándares del Oscar, sin duda una de sus más extrañas ganadoras, totalmente fuera de su molde. Déjeme explicarle el porqué. Hay un cierto halo de inocencia que rodea a todo este relato de prostitución masculina y que incluso en su tiempo se atrevió a retar el estatus quo social y la narración al romper por momentos la cuarta pared; dicha falsa inocencia será corrompida por otro elemento inerte de la “idiotez”, la idiotez de dos parias – socios autodestructivos que marchan en sentido opuesto de la redención para encontrar su final, un sueño alejado, imposible y surrealista, tal y como sus pobres y miserables vidas. Una dura joya, con un durísimo final.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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