Las 10 Mejores Películas de Marlon Brando
Llamado el actor más grande de la historia por Roger Ebert y catalogado por muchos de los mejores histriones como la principal influencia artística de su carrera (entre ellos Dean, Newman, Pacino, De Niro, Nicholson), un día como hoy pero de 1924 nace el legendario Marlon Brando en Omaha, Nebraska.
Un hijo del teatro y del cine, su tormentosa infancia y juventud marcada por la bipolaridad de su madre (una actriz) y el rechazo de su padre (un productor), hicieron que Marlon adquiriera una personalidad renegada desde sus estudios, misma que a través de la guía de una de las más destacadas profesoras de interpretación, Stella Adler (que se manejaba bajo el método Stanislavski), y del director de teatro, cine y primer tutor del actor, Elia Kazan, pudieron encausar para que el joven Brando pudiera desarrollar un talento muy adelantado a su época, con registros y matices dramáticos que destacaban por sobre muchos de sus compañeros de reparto.
Llegando directamente al estrellato fílmico bajo la tutela de Kazan y su doble interpretación detrás del telón y cámaras en “Un Tranvía llamado deseo”, Brando extendería su reinado actoral desde principios de los años 50 hasta mediados de los 70, confirmado que su talento solo era comparable no solo a su recia y problemática personalidad, sino también a su gran labor humanitaria a favor de las razas indígenas nativas de Estados Unidos, hispanos y afroamericanos, marcha social que lo llevó a rechazar su Oscar e independizarse del que llamaba “hipócrita sistema de Hollywood”.
A la larga sus excesos y traumas lo llevarían de ser un icono sexual y el actor más solicitado en la industria, a ser uno de los más evitados y con físicos más demacrados, reduciendo su constancia hasta el momento de su muerte en 2004, dejando 47 títulos como actor y una fastuosa curiosidad como director.
Ganador de 32 premios, entre ellos 2 Oscar, 4 Globos, 1 Emmy, 3 BAFTA, 1 galardón a mejor actor en Cannes, una Concha de Oro del Festival de San Sebastián ¡y hasta un Razzie! (regalo de la abominable Isla del Doctor Moreau de 1996), recordemos al mejor al llamado mejor actor dela historia con sus 5 Mejores Películas.
10 – Superman (Richard Donner, 1978)
Fundamentación e idealización del “superhéroe”, como obra primicia el libreto de Puzo y la dirección de Donner comprenderían hace más de 40 años que para poder adaptar todos los elementos fantásticos y de ciencia ficción que convergen en las fuentes originales, el viaje del héroe tenía que consistir en que este se creara como alter ego al hombre y no viceversa, fundamento principal de su mitología y concepción religiosa de cualquier tipo de “súper”. La aventura de estos personajes comenzaría entonces gracias a la obertura con Brando, la partitura de Williams y el inolvidable icono de Reeve. Brando de cierta manera dignificaría el relato con su presencia millonaria, engalanando la presentación de Superman y del subgénero
9 – ¡Viva Zapata! (Elia Kazan, 1952)
En apenas su tercer film y segundo al mando de su mentor, Brando se confirmaría como el más emblemático actor de “El Método” al que Adler y el mismo cineasta turco gustaban de encausar. Si bien es una cinta de contrastes debido a las libertades históricas (que lucen muy ajenas a la cultura mexicana) y ese maquillaje por momentos perturbador de Brando como “mexicano”, es precisamente su registro dramático el que dota de credibilidad y de emotividad no solo al afamado guerrillero mexicano, sino también al conflicto político – bélico en torno a este. Acreedor al mejor actor en el Festival de Cannes, Viva Zapata será la película más floja y sobrevalorada de Kazan, recordada únicamente por el completo salvamento actoral por parte de su pupilo.
8 – Ultimo tango a Parigi (Bernardo Bertolucci, 1972)
Cinta que le abrió la puerta a la internacionalización, pero que también se la cerró en varias industrias al ser prohibida durante casi 10 años. Si bien esta sexual y potente obra puede recaer en desequilibrios narrativos más sujetos a la explosión del morbo que la narrativa, Bertolucci la carga de un inquietante ritmo y misterio al dejar a sus dos personajes como dos extraños sujetos y poseídos solamente por la pasión. Irónico es pues, que a pesar de su exceso, la cinta haya sido mejor recibida en la mocha América que en Europa, en mucha parta gracias a un Brando increíble, víctima de la exteriorización de la ya mencionada y peligrosa peculiaridad artística de su director y que aquí si traspasa la delgada línea. Odiada por algunos, reverenciada por otros.
7 – The Chase (Arthur Penn, 1966)
Por Edgar del Valle
Gran película dirigida por Penn y con un reparto que incluía a Marlon Brando, Angie Dickinson, Jane Fonda, E.G. Marshall, Robert Duvall y Redford en uno de sus primeros papeles. Un crudo drama sobre la vida rural sureña de los Estados Unidos y su gran fanatismo existente: un hombre (Redford) que ha escapado de la cárcel vuelve a su pueblo, pero sus habitantes emprenden su cacería como si se tratará de una diversión más. Solo el sheriff (Brando), un hombre íntegro y cabal tratará de evitar su linchamiento. La película no recibió el reconocimiento debido en su momento por parte del público y la crítica, pero con el tiempo se ha tornado en un filme emblemático gracias su visión deshumanizada de la sociedad americana
6 – Julius Caesar (Joseph L. Mankiewicz, 1953)
Una de los mejores dramas épicos de todos los tiempos, lo que logra Mankiewicz a partir de los textos de Shakespeare y sobre la historia del dictador romano, es dar una clase narrativa centrada en la estructura de sus personajes, los cuáles son diseccionados como elementos cuasi educativos para comprender el autoritarismo político desde su manifestación más básica. Un Marlon Brando imponente y brillante, esta obra se situaría dentro de su gran clímax como actor, un año de antes del Nido de ratas y uno después del melodrama del tranvía de Kazan, obviando el por qué quizá estemos hablando del mejor actor en toda la historia. No hay desperdicio, cada detalle de producción, diálogo y plano aquí es meticulosamente cuidado
5 – Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979)
Su último gran papel embonaría de manera onírica y perfecta con su estado emocional y mental de aquellos días. Firmado el contrato para repetir con el director que lo había resucitado en el 72, y negándose en primera instancia a viajar a Filipinas, finalmente Brando llegó en condiciones físicas no apropiadas para el papel, por lo que Coppola tuvo que filmarlo “entre sombras”, recurso que a la larga incrementaría el culto hacía el film y personaje en lo que resultaría una excelsa alegoría hacía la caída demencial y la oscura naturaleza en el final de ese camino hacía las tinieblas establecido por la novela de Joseph Conrad. La inmersión de Brando en el personaje quizá vaya más allá de su “método” en aquellos días, perturbándonos aún con esa línea final: ¡The Horror!
4 – One-Eyed Jacks (Marlon Brando, 1961)
Bien podría considerarse un documento histórico dada la extrañeza no solo de su labor, sino de su talento detrás de cámaras. Imaginemos su personalidad, multipliquémosla por 2 horas y media e impregnémosla del protagonismo western como el antihéroe bandido de noble corazón; si bien esto luce tan arriesgado como descabellado, la locura es que funciona de manera espléndida dentro de un cuadro fraternal de traición y venganza que parece pasar en la mitad de tiempo de lo que marca metraje, causa del disfrutable ritmo directivo y carisma del actor. Y hablaremos de Karl Malden como el perfecto socio actoral (aquí villanazo), pero como dato curioso, la hermosa y trágica mexicana Pina Pellicer también aparece aquí (y cumple años también este día, 3 de abril)
3 – A Streetcar Named Desire (Elia Kazan, 1951)
Del teatro al cine, aunque ya había sorprendido a todos en su debut con Fred Zinnemann en The Men (1950), sería en la primera intervención fílmica bajo las órdenes de su tutor, donde Brando demostraría ser quizá la leyenda histriónica más joven y temprana en la historia. Nótese como en este culebrón de gran nivel cinematográfico y vena teatral (la habilidad de Kazan por transformar un solo escenario en una cátedra de dinamismo y planos es excelsa), el único en no ganar su Oscar fue el novato actor (Malden, Hunter y Leigh se llevarían galardones), sin embargo este no solo se encuentra al nivel, sino que por momentos la propia Vivien se ve rebasada por él ¿será que vio reflejada a su madre en la conocida bipolaridad de la actriz? Ojo con Malden, que al parecer será el único histrión que pueda soportar ese nivel de actuación.
2 – The Godfather (Francis Ford Coppola, 1972)
Por la propia insistencia de Coppola y el auto maquillaje de Brando, un segundo aire llegaría para el actor en lo que significó una muy temprana debacle emocional que afectaría su persona y carrera, sin embargo y a través de Vito Corleone, no solo Marlon dejaría plasmado su semblante en la eterna cultura pop, sino que también serviría de influencia en el cambio de antorcha y batuta hacía Al Pacino, un nuevo actor que narrativa y míticamente nacería de las entrañas del padrino Brando ¿El personaje secundario más emblemático de la historia? (quizá al lado de The Exorcist si sea algo avalado) Lo que es cierto que cada minuto en el que aparece en pantalla, el lenguaje cinematográfico se rinde en su totalidad hacía su imponente precia e inconmensurable talento
1 – On the Waterfront (Elia Kazan, 1954)
Un himno eterno que evoca la desesperación y la depresión económica reflejada en los bajos mundos del hampa y el sindicalismo, tanto Kazan como Brando comulgan para dar un testimonio tan veraz y emotivo sobre la esperanza y revocación humana. Una de las piezas clave del cine y del género gansteril en específico, las tomas en los techos y su impresión existencial alrededor del papel de Brando, permite al actor denotar una intensidad progresiva sin igual e incluso nunca alcanzable nuevamente por él mismo, en una traducción exquisita de la recesión laboral y la violencia americana. Romántica, emotiva, cruenta, de nuevo Marlon se ayuda de Karl Malden y de Lee J. Cobb para alcanzar un nivel histriónico que aún en la actualidad impacta y sorprende.
2 Comments
Llamar turco a Elia Kazan es un insulto aunque hubiera nacido en Turquía. Era armenio, emigrante a Estados Unidos huyendo del genocidio de su pueblo por los propios turcos. Equivale a llamar nazi a un judío superviviente de Auschwitz.
Oh ok