Las 10 Mejores Películas de Mervyn LeRoy
Mervyn LeRoy creció y se desarrolló a la par de la evolución Hollywoodense. Desde jalar cables, aquel joven quizá nunca pensó convertirse en uno de los símbolos directivos más versátiles y claves dentro de los nacientes y distintos géneros, incluso siendo parte como director en variadas producciones gracias a la confianza de los estudios hacía con su labor
Recordemos a esta gran y olvidada figura directiva con sus mejores películas
Bonus – Mister Roberts (John Ford, Mervyn LeRoy, 1955)
POR EL FETT
Curiosidad dentro de la filmografía de Ford, que compartió crédito en el banquillo con el también prolífico Mervyn LeRoy. Una comedia bélica muy entretenida y con grandes valores de diseño y producción, que como dato curioso le permitió a Lemmon conseguir el estrellato en apenas su cuarta película, haciéndose de su primer Oscar a mejor actor de reparto. Evidentemente llamaría la atención por su sagacidad y naturalidad humorística, en una mancuerna y faceta poco conocida tanto de Henry Fonda como de James Cagney. Aunque quedó como un título menor en la filmografía de ambos directores, su mayor valor es su ágil adaptación al lenguaje fílmico, teniendo en cuenta que venía de una obra de teatro
10 – The Wizard of Oz (1939)
POR EL FETT
El primer y reconocido clásico del género fantástico, fue la chispa de su composición estética la que la posicionó como uno de los primeros films en lograr un contraste onírico e hipnotizador a través de su extravagante paleta de colores, la cual a través de su(s) director(es), logró un equilibrio con su entrañable y familiar contraparte narrativa que esconde en un segundo plano una compleja y hasta cierto punto oscura metáfora. Como si se tratase de una verdadera leyenda, el estatus de culto de la cinta no solo se mantiene, sino que resulta progresiva a través de varias circunstancias que datan de distintas épocas. Por cierto, Fleming no era su verdadero director, tampoco George Cukor (que completó algunas escenas), sino fue Mervyn LeRoy el que le dio su corte final
9 – Latin Lovers (Mervyn LeRoy, 1953)
POR EDGAR DEL VALLE
Comedia romántica sobre el muy conocido tema de la muchacha rica que busca el amor verdadero, encontrándolo en un hombre pobre pero muy bueno. Una cinta solo para divertir, lo que consigue con las actuaciones de la bellísima Lana Turner y Montalbán es una extraordinaria y cálida química que perduraría la comedia sofisticada y el romance dentro del Hollywood clásico. Montalbán con este papel, se comenzaría a posicionar como uno de los galanes latinos por excelencia en el suelo americano, mientras que Turner lo amadrinaría con su ya conocida pose de sensual diva. Así mismo, la cinta emprende un valor musical bastante elogiable, sumando a la versatilidad directiva de Mervyn LeRoy
8 – Madame Curie (1943)
POR EL FETT
Versión edulcorante, pero dramáticamente muy efectiva sobre la relación entre los Curie, esposa y esposo científicos que a la larga significaría el encumbramiento de la “Madame” como una de las figuras más famosas en su ramo. El romanticismo narrativo tan peculiar dentro de las producciones que emergieron durante la Segunda Guerra hace que la química ya probada entre Greer Garson y Walter Pidgeon (de Mrs. Miniver) derroche naturalidad y admiración (a pesar de que la historia real quizá no haya sido así). Un gran ejemplo de como Mervyn LeRoy podía sacar del convencionalismo por encargo dramas acordes a las necesidades del estudio, siendo un muy buen ejecutor de clichés con alta calidad
7 – Gypsy (1952)
POR EL FETT
Suavizada pero al mismo tiempo estilizada por la verdadera Gypsy Rose Lee, famosa artista escénica y del striptease, el musical de Mervyn LeRoy brilla al hacer brillar a una Natalie Wood compenetrada (y asesorada) hacía con el relato, llevando a cabo junto a su director un encantador preámbulo en cuanto al desarrollo y estructura de aquella leyenda del vaudeville. Aderezada con excelentes números musicales y la participación siempre grandiosa de Karl Malden, es de admirarse la capacidad directiva de LeRoy al trabajar bajo las reglas de varios género fílmicos, creciendo de la mano de la época dorada de Hollywood. La cinta se haría de varias nominaciones al Oscar y a los Globos de Oro
6 – Waterloo Bridge (1940)
POR EL FETT
Para pasar el trago amargo de ese fastuoso anti romance en Gone with the Wind, la audiencia fue capaz de ver a Leigh ahora en su faceta más romántica en este excelente drama bélico situado de bella y trágica manera entre las dos guerras mundiales. Una cinta infravalorada e injustamente olvidada, es inequívocamente la tercera mejor actuación de su carrera irónicamente en una faceta en la que a pesar de sus cintas con Olivier y su trabajo teatral, le era ajena al menos en cuanto a la imagen que se forjó con la audiencia: la de la mujer enteramente romántica. Dirigida de manera brillante, Mervyn LeRoy fue capaz de cambiar la percepción del público frente al pronto encasillamiento de Leigh, forjando un fantástico relato romántico
5 – Quo Vadis (1951)
POR EDGAR DEL VALLE
Película que nos traslada a la época romana del imperio de Nerón, en donde encontramos a un militar romano que se enamora de una esclava cristiana, que con el tiempo lo conduce a su fe. Un clásico del cine religioso de todos los tiempos, con las actuaciones principales de Robert Taylor y la hermosa Kerr, en una superproducción que se convirtió en éxito de taquilla y de público. Aunque no ha envejecido bien del todo, queda como un remanente de calidad actoral y de espectacularidad dentro del cine épico, regalándole a Mervyn LeRoy otro género que presumir (fantasía, terror, drama, thriller de corte gansteril, romance, comedia, musical y ahora la aventura épica).
4 – Johnny Eager (1941)
POR EL FETT
Plena decadencia social en la unión americana, donde lo gánsteres y el juego se apoderaban del entorno y así poder difuminar la realidad de la Guerra. En este contexto aparece el gran personaje mafioso de Johnny Eager, el cual lleva una vida doble, pues por un lado es un hombre de familia humilde, y por el otro, el amor y señor de los juegos. El excepcional guion utiliza a otro personaje clave (el de Van Heflin, que lo llevaría a ganar su único Oscar), para que la audiencia se sienta identificada con este discurso dual de la moral. Así mismo, entre juegos, engaños, misterios y crimen, emerge la figura central de Turner, punto de inflexión de un tour reflexivo y oscuro entre los rincones de la mafia estadounidense.
3 – Random Harvest (Mervyn LeRoy, 1942)
Por El Fett
¿Recuerdan esa película llamada The Vow donde Rachel McAdams pierde la memoria? Bueno, pues esta no es igual, pero guarda cierta similitud y es mucho mejor actuada, montada, más trágica y romántica. La historia de una cantante y un soldado con amnesia de la Primera Guerra Mundial que formalizan un romance pese a la pérdida de memoria de él, se torna en un melodrama de alto impacto y calidad cuando tras tres años de estar juntos él vuelve a recobrar la memoria, ahora perdiendo los recuerdos con su nuevo amor. La actuación de Greer Garson es proverbial, luciendo además más bella que en ninguna otra cinta, pero la ejecución de tensión romántica de Mervy LeRoy se cuece aparte, dando algunos de los momentos más desgarradores en el romance de los años 40
2 – The Bad Seed (1956)
POR EL FETT
Formidable mezcla de thriller y terror psicológico que a pesar de ser la cinta por antonomasia en torno a “niños(as) asesinos(as)” incluso mucho antes de la concepción del término “asesino serial”. Por desgracia y con el pasar de los años ha caído en el desconocimiento del gremio cinéfilo. De una excelencia histriónica incluso para la época (dado que WB decidió transportar el elenco original de la obra de teatro en la que se basa), quizá el mayor valor de esta semilla maldita recaiga en el curioso trabajo de Mervyn LeRoy , el cual acostumbrado a narrar historias de mujercitas y de niñas en tierras mágicas con caminos amarillos, dota a este relato de esa “inocencia” infantil, pero ahora retorcida, en lo que es una progresión de suspenso muy infravalorada
1 – Little Caesar (1931)
POR EL FETT
Fundamental pieza para comprender el origen y arquetipos del cine de trama gansteril y que incluso podría ser considerada de manera oficial como la madre de todo el género (aunque ese mismo año, solo con meses de diferencia, estrenaría también “The Public Enemy”). Más allá de ese distintivo, es su origen en la novela de W.R. Burnett de donde se desprende el mito de ser una adaptación basada en el alzamiento de Capone, que aquí logra materializarse a través de un maravilloso Edward G. Robinson como el primer y gran mafioso fílmico apodado como el “Pequeño Cesar”. La mano directiva de Mervyn LeRoy también sorprende por su crueldad visual, irrumpiendo con una narrativa muy arriesgada y adelantada a su tiempo.