Las 10 Mejores Películas de Nicholas Ray

Nacido y finado en la desgracia. En el intermedio de su vida y clímax artístico, Nicholas Ray se convirtió en un excelente y eficaz, difícil de encasillar en estilo, pero óptimo para cualquier género, encausado un par de joyas y algunas de las cintas comerciales épicas más recordadas.

Viviendo en la gran depresión y con solo 100 dólares en su bolsillo, encuentra trabajo en un grupo de teatro donde es descubierto por Elia Kazan, el cual lo tima bajo su tutoría y le otorga algunos créditos como su asistente de dirección mas cercano. Tras algunos trabajos bajo la estricta batuta de Kazan, Ray consigue comenzar a dirigir sus propios largometrajes encomendados por el estudio, de donde saca buenos partidos.

Tras esta escalinata de éxitos, se le encomienda cuidar y dirigir al niño rebelde de Hollywood, James Dean, en lo que se convertiría en uno de los dramas juveniles por excelencia. Al morir Dean, Ray sentiría una culpabilidad enfermiza, poco a poco cayendo de en el alcohol, drogas y la locura.

La picada de su carrera comenzaría a la par del fin de Dean, originado en un espiral de auto destrucción que incluiría la ludopatía, adicción que lo llevaría a perder todo su dinero. Reverenciado incluso por cineastas por Wim Wenders, es hora de recordar a un olvidado y excelente director con sus 10 mejores películas.

 

10 – 55 Days at Pekin (1963) 

POR EDGAR DEL VALLE

Olvidada película bélica y de aventuras protagonizada por Charlton Heston, David Niven y Ava Gardner. En 1900 en China, las embajadas en Pekín se verán comprometidas en una revuelta por parte de las fuerzas nacionalistas. El embajador inglés se une a los miembros de otras delegaciones para resistir el acoso. Fuera de lo políticamente ideológico del argumento, Nicholas Ray cumple de manera correcta con una buena dirección dentro de una producción ostentosa que a la larga se convirtió en un fracaso taquillero y de crítica, pero guarda cierto encanto gracias a su trío actoral. Quizá fue la película más extravagante del director, que le permitió seguir con su intento en el cine épico tras su Rey de Reyes

 

9 – The True Story of Jesse James (1957)

POR EDGAR DEL VALLE

Hunter (Frank) y Robert Wagner (Jesse) protagonizan la historia de los hermanos James, quienes después de la guerra civil de los Estados Unidos (1861-1865) intentan en vano encontrar trabajo, por lo que inician una vida delictiva que los condena a estar siempre al margen de la ley y por la que son perseguidos permanentemente. Buen trabajo de los protagonistas en esta obra menor de Nicholas Ray, pero aún así de buena manufactura y que sobresale por  brindar una cuestionable humanidad al forajido, distintivo narrativo de la cinta con respecto a las otras varias adaptaciones de la historia de este Jesse James y su familia criminal. A destacar también la actuación de Jeffrey Hunter.

 

8 – King of Kings (1961)

POR EDGAR DEL VALLE

Película que se convertiría en un clásico del cine bíblico, infaltable en la programación de Semana Santa, que presenta la vida de Jesucristo apegada a los textos religiosos, con papel protagónico de Jeffrey Hunter que lo catapulto la fama, pero que también acabo con su carrera, al encasillarlo en el personaje. Con la sobresaliente actuación de Robert Ryan en el papel de San Juan Bautista, Rey de Reye fue la primera de las películas sonoras de grandes estudios, de gran presupuesto y en inglés que mostraron el rostro del personaje. Nicholas Ray de manera espiritual intentaría revivir su carrera, mostrando que era capaz aún de hacerse cargo de una producción a gran escala.

 

7 – Party Girl (1958)

POR EDGAR DEL VALLE

Con la actuación de Robert Taylor, Cyd Charisse, Lee J. Cobb, y John Ireland, en los papeles principales, se narra la historia de un abogado que brinda sus servicios a uno de los jefes de la mafia, al cual pretende dejar, pero que es amenazado con hacer daño a su amada si lo hace. Todo un destello de cine de color, con maravillosas coreografías que la convirtieron en su momento en un gran éxito de crítica y taquilla. Prácticamente esta sería la última cinta al nivel y en el tono que nos tenía acostumbrado Nicholas Ray, pues de aquí en adelante todo iría progresivamente para abajo, con algunas entretenidas producciones, pero lejos del talento narrativo demostrado aquí y en sus anteriores films

 

 

 

6 – Bigger than Life (1956)

POR EL FETT

Otra gran aproximación emocional y psicológica de Nicholas Ray al propio Nicholas Ray, y es que tras el fallecimiento de James Dean, y ante su progresiva caída auto destructiva en las drogas, el director se inmiscuiría en otro relato dramático muy personal sobre la adicción de un medicamento hasta ese momento poco probado: la cortisona, y en donde James Mason logra una fantástica actuación con un profesor que, al ser diagnosticado con una enfermedad, caerá en el uso constante de esta droga que irá destruyéndolo no solo laboral sino también mental y relacionalmente ¿Será esto una auto profecía de su porvenir? La realidad es que a partir de aquí, Nicholas Ray no sería el mismo

 

5 – Knock on Any Door (1949)

POR EDGAR DEL VALLE

Un abogado liberal (Humphrey Bogart) que ha surgido de los barrios bajos asume la defensa de un joven delincuente acusado de asesinar a un policía. Cinta que proporciona momentos de incertidumbre y tensión, gracias a la habilidad del director para no tomar partido sobre el resultado de esta. Tensa película, con grandes dosis de crítica social a un mundo donde vemos y no actuamos, donde todos somos culpables de cualquier delito. Bogart también encontraría en Nicholas Ray otro socio directivo, pues su arquetipo se acomodaba perfectamente al estilo autodestructivo del cineasta, llevándolo unos años después a una de sus mejores películas juntos

 

4 – On Dangerous Ground (1951)

POR EL FETT

Gran y desconocida obra del cine negro que confirma a Nicholas Ray como un portento poco referenciado del género. Quizá la maestría de esta obra se deba a la proximidad psicológica que el propio director comparte con su trágico protagonista, un detective hastiado del mundo y la sociedad que, frente a un nuevo caso de asesinato, se ve envuelto emocional y personalmente tanto con la víctima, sus familiares y el principal sospechoso. La magistral banda sonora de Bernard Herrmann enmarca un maravilloso ejercicio de tensión y redención en donde un magnífico Robert Ryan será la extensión histriónica y simbólica de la visión pesimista de Ray. Gran pieza que hay que re valorar

 

3 – In a Lonely Place (1950)

POR EL FETT

Si algo caracterizó a las mejores obras de Nicholas Ray, es el pesimismo con el que retrataba a las relaciones humanas, ya sea en el noir, el western o el drama, el director imprimía un toque muy abrumador hacía la naturaleza humana y sus constantes caídas en la soledad y la depresión (no es coincidencia que Ray haya sido víctima de esto de manera personal). Producida y protagonizada por Humphrey Bogart, la historia de un guionista que no puede adaptar una obra, y que a la par se convierte en el principal sospechoso de un asesinado, es una rica amalgama entre noir y thriller que es exquisitamente desarrollada por su director para adentrarnos en la solitud, ese deseo inexpresable de querer estar solo, pero al mismo tiempo añorar la compañía

 

2 – Johnny Guitar (1954)

POR EL FETT

Western de tendencia feminista que debe todo su éxito a la fuerza actoral de Joan Crawford, la cual encarna a una empresaria que aquí funge como la nómada de oscuro pasado, en lo significa un interesante vuelco narrativo del género sin que este pierda los valores del “cowboy sin nombre”. Siendo el primer estatuto de tal fuerza femenina dentro del rubro, Crawford se erige como la contraparte del macho, desaliñado y rudo pistolero, siendo una pintoresca, elegante, indomable y estética hembra. El valor interpretativo, base de este injustamente olvidado western, se complementa con la lucha de egos histriónicos de un también soberbio Sterling Hayden en lo que para algunos significa la versión western de Casablanca, sin una Ilsa, pero con un Johnny.

 

1 – Rebel without a cause (1955)

POR EL FETT

Posiblemente Nicholas Ray y James Dean hayan creado en aquel 1955 las primeras reglas del “coming of age”, envuelto en un intenso drama sobre la atormentada juventud en su afán por la búsqueda de pertenencia e identidad. Si, quizá James Dean sea el símbolo eterno de aquella rebelde juventud y el arquetipo por antonomasia del resquebrajamiento emocional de su y las generaciones por venir, obviamente afectadas tanto por el incierto entorno social como por los traumas parentales que enfrentan en algún punto de su vida. Irónico y trágico también que Dean al parecer quedó varado en ese intermedio de maduración, pasando a convertirse en esa leyenda “con causa” de una muerte aparentemente “sin causa”.

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Acerca del autor

Edgar Del Valle    


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