Las 10 Mejores Películas de Richard Widmark
El 26 de diciembre de 1914 nace el actor estadounidense Richard Widmark, reconocido por su participación en películas del cine negro y del viejo oeste, sobre todo por sus papeles de antagónico.
Richard Widmark, estudió interpretación en la Universidad de Lake Forest y posteriormente trabajo en la radio, para continuar su carrera en el teatro. Debuta en el cine en el filme: El beso de la muerte, por la cual se hace acreedor a una nominación al premio Oscar como mejor actor de reparto y gana un Globo de oro como nueva estrella del año.
Durante las décadas de los 40, 50, y 60 Richard Widmark actuó bajo la dirección de:Jules Dassin, Elia Kazan, Edward Dmytryk, Stanley Kramer y John Ford, entre otros. Entre sus películas encontramos títulos como: “Noche en la ciudad”, “El rata”, “Pánico en las calles”, “El Álamo”, “Vencedores o vencidos” , por mencionar algunas.
Richard Widmark falleció el 24 de marzo de 2008 y para recordarlo cinco de sus mejores apariciones en la pantalla grande,
Bonus – Murder on the Orient Express (Lumet, 1974)
Por El Fett
A pesar de que el texto de Agatha Christie parece condenado a nunca contar con una adaptación que iguale la calidad de su narrativa literaria, la obra de Sidney Lumet es la que más se acerca a dicho objetivo gracias a su sapiencia dentro del género thriller, y la notable elegancia con la que va tejiendo el misterio mientras lidia con la galante aparición de un reparto de ensueño (Bacall, Bergman, Connery, Perkins, Redgrave, Bisset, Cassel, Richard Widmark, entre otros), encabezado por el sobrio, carismático y sofisticado Poirot de Finney, que para muchos entrega la mejor encarnación del detective incluso por arriba de la del muy querido Ustinov. Lo mejor de esta adaptación es sin duda su manera de plantear el giro final, algo que por ejemplo el inútil de Branagh nunca pudo hacer.
Bonus – Garden of Evil (Henry Hatthaway, 1954)
POR EDGAR DEL VALLE
Si algún genero manejaba de manera magistral este director era el Western, esta cinta es una muestra de ello. Con el protagonismo de sus actores favoritos: Gary Cooper, Susan Hayward, Richard Widmark, Hugh Marlowe y Cameron Mitchell. Una mujer contrata a uno hombres para que salven a su marino que encuentra atrapado en una mina que se encuentra en una zona sagrada para los apaches. Muy buena dirección de fotografía y manejo de los paisajes que se nos presentan en esta cinta filmada en technicolor y cinemascope, con buenas actuaciones y con el característico mensaje de la época: Todos los indios son malos y todos los hombres blancos son nobles.
10 – The Alamo (John Wayne, 1961)
Por El Fett
Una cinta con demasiados claroscuros, primeramente por estar dirigida por un John Wayne que claramente no era para ada un buen director (incluso John Ford tuvo que salir al quite para regrabar unas secuencias por petición de su amigo), y en segundo lugar porque se siente demasiado pesada no solo por su duración (de 199 minutos se recortó a 160), sino por el contexto histórico manipulado y patriotero en lo que respecta a este penoso episodio (para México) que causaría la consecuente independiencia de Texas. Lo que lo salva es ver lo bien que se lo pasa Wayne y compañía en el plano actoral, también logrando grandes momentos – secuencias western y de acción. Richard Widmark carga el protagónico junto a Wayne
9 – Two Rode Together (Ford, 1961)
POR EL FETT
Una de los westerns más cómicos y despreocupados de John Ford, que en un accionar directivo casi en automático, encausa una aventura que por momentos logra auto homenajear sus primeras y mejores obras. Otra odisea por el salvaje oeste en donde un cínico comisario y un teniente del ejército, les es encomendada la misión de negociar con los “pieles rojas” sobre la liberación de algunos rehenes blancos. La capacidad de saltar del drama racial hacía la comedia y viceversa, es obra de Ford y de un Stewart en su típico pero irresistible arquetipo de vaquero, junto a la rudeza de un Richard Widmark que ejerce una buena química en pantalla. Como dato a resaltar, es una de sus obras (junto con The Searchers) mejor fotografiadas.
8 – Yellow Sky (Wellman, 1948)
POR EL FETT
William A. Wellman fue un director adelantadísimo a su época, siendo quizá su principal aporte la deconstrucción del género western para situarse en al menos dos ocasiones entre lo mejor del rubro. Esta pieza es un claro ejemplo, una adaptación de “La Tempestad” de William Shakespeare donde el cineasta no solo mezcla el noir y un intenso arco dramático, sino también esboza las primeras imágenes de lo que podríamos calificar “crepuscular”, con una violencia gráfica no común para la época con todo y la inclusión de una femme fatale. El relato siempre crece en intensidad, suspenso y “tempestad”, conservando también ese pesimismo de la Guerra, tanto por su año de filmación como por su época narrada, después de la Guerra Civil. Richard Widmark como el villano de la historia está genial
7 – Pickup on South Street (Fuller, 1953)
POR EL FETT
Una mezcla extraña pero aún así funcional que combina noir, con comedia y tintes de thriller de espionaje, y en donde Samuel Fuller deconstruiría el género a través de su ya característica y constante inyección de tensión. Si solo tuvieramos que enlatecer un elemento de su filmografía, sin duda sería ese ritmo adrennalínico en el que siempre está pasando algo, y en donde la propia narrativa no dejará descansar al espectador en lo que aquí es una seguidilla de infortunios que acosarán aun ratero de poca monta al robar por accidente el bolso de una mujer que contiene una cinta buscada por el Gobierno. Mama mucho del cine de Hitchcock, pero aún así se conserva como una de las piezas más originales del noir
6 – The Last Wagon (Delmer Daves, 1956)
Por El Fett
Road movie western bastante entretenida y particular, pues se trata también de una aventura “teenager” donde un grupo de jóvenes sobrevivientes a un ataque de apaches, son resguardados por un misterioso y supuesto criminal con pasado comanche, en su paso por el “cañón de la muerte”. Romance, tragedia, acción y un clímax digno de la espectacularidad que Delmer Daves promete desde su cierta inyección de tensión al principio de la trama, Richard Widmark logra uno de sus personajes y protagonistas más recordados con el “Comanche Todd”, un antihéroe que de apoco se va ganando el corazón de la audiencia y de algunas jovencitas. Quizá cuente con muchas conveniencias narrativas, pero hay momentos de verdadera y gran aventura
5 – Broken Lance (Dmytryk, 1954).
POR EDGAR DEL VALLE
Western, protagonizado por Spencer Tracy, Robert Wagner, Jean Peters, Richard Widmark y Katy Jurado. Un ranchero de Arizona (Spencer Tracy) dirige sus propiedades y educa a sus hijos de forma tiránica. Cuando está a punto de morir, su hijo mayor se rebela contra él y se adueña del rancho. Por su espléndido rol como la hija de un jefe indio que contrae segunda nupcias con el ranchero, y que debe de luchar contra los prejuicios que hay en contra de su raza, Katy Jurado recibió una nominación a los premios Oscar, siendo la primera en recibirlo en la historia. Un fino western, de buena producción y de encargo para Edward Dmytryk, que luce por sus grandes interpretaciones
4 – Warlock (Edward Dmytryk, 1959)
Por El Fett
Western que, si se hubiera engolosinado menos en su duración y relleno “romántico”, hubiera sido provisto de mejor ritmo, ejecución y por lo tanto de mejor posición entre lo mejor del género. Sin embargo, puede ser un deleite para los amantes del género por el curioso caso del cambio de arquetipos entre sus protagonistas que, si bien ya habían experimentado cada quien el heroísmo o villanía, aquí logran una conjunción enérgica en cada una de sus interacciones y más duelos morales que pistolas dentro del relato de un pueblo que se encuentra apenas adoptando la ley. Henry Fonda como un pistolero Marshall que actúa fuera de la ley, impulsivo y cuestionable, Anthony Quinn como un truhan traicionero, pero con buen corazón, y Richard Widmark como el verdadero protagonista, un ladrón convertido en sheriff que defenderá la injusticia.
3 – Madigan (Dom Siegel, 1968)
Por El Fett
Un clásico del cine policíaco que permitió a Richard Widmark encumbrarse en el que quizá haya sido el papel más mediático de su carrera, incluso encausando una posterior mini serie a manera de precuela. El porqué es sencillo, y es que el carisma del actor como este héroe policía, rudo, sin protocolos y con una devoción hacía la ley y hacía a atrapar malosos, además de ser el mejor arquetipo de Don Siegel, permitió tanto a la película como a la serie trabajar casos en donde la dualidad moral – laboral del policía eran el punto de conflicto y verdadera tensión, siendo los casos solo un recurso para desarrollar el descenso y choque entre sus personajes, en especial con su rígido jefe, un excelente Henry Fonda con quien Richard ya tenía una química probada. El final es tan trágico como genial
2 – Judgment at Nuremberg (Kramer, 1961)
Por El Fett
Una de las más poderosas cintas americanas sobre juicios y dilemas morales en la historia. No solo es espléndida en su narrativa de tres horas, sino que también resalta su valía histórica al relatar con mucha entereza el juicio de los jueces nazis encargados de la limpia étnica durante la Segunda Guerra Mundial. Kramer hace que su duración se diluya en una ágil impresión de tensión dramática constante, también relegando su credibilidad en un impresionante ensamble actoral encabezado por su fetiche Spencer Tracy y un impresionante. Richard Widmark como el militar fiscal, es escencial para comprender la dualidad del juicio. Stanley Kramer, un cineasta que no tenía miedo a proyectar temas tabúes y complejos sobre el racismo, la religión, la ciencia y como en este caso, los dilemas judiciales de la época.
1 – Night and the City (Dassin, 1950)
POR EL CINE ACTUARIO
Pilar del cine negro de los años 40 y 50, Dassin nos traslada al submundo de la vida nocturna de Londres donde un perdedor intentará hacerse millonario a costa de fracturar la relación entre el luchador grecorromano, Gregorius y su hijo Kristo, aprovechando que sus visiones alrededor del deporte son diferentes. Con una trama en constante intensidad derivado de un personaje principal tramposo, torpe y desesperado, el manejo de una cámara claustrofóbica y una edición atrapante, generan una tensión constante. Richard Widmark logra la mejor actuación de su carrera como el paria estafador en una tensa odisea donde su vida corre peligro cada maldito segundo. Una joya