Las 10 Mejores Películas de Terry Gilliam
Estamos a punto de aventurarnos en el top de uno de los magos más complejos y de surreal concepción dentro del séptimo arte. Animador, dibujante, carpintero, fotógrafo, escultor, pintor, se gradúo de ciencias políticas y de física antes de concebir al arte como una extensión de la naturaleza trágica de la vida, tan irónica como cruenta, tan cómica como injusta. Al joven Terry Gilliam le marcaron tres cosas principales su camino artístico: Kubrick (en especial la cinta Paths of Glory); el trabajo de Melies, mago del cine y con quién sentía gran afinidad al también él ser un compañero de oficio; y finalmente la revista MAD, esta última siendo su principal aliciente para entrar en el mundo del arte a través de varias publicaciones y revistas, donde se toparía primero con John Cleese, que a la larga serían miembros de uno de los clubs más legendarios dentro de la comedia y el cine a través de la historia.
Nacido un 22 de noviembre, la carrera de Terry Gilliam comenzaría de cierta forma en 1969, cuando al vivir mucha pobreza e incertidumbre a través de sus primeas publicaciones (incluso vivió con una cucaracha de mascota a quién dedicaría más tarde una de sus animaciones), llegaría a formar parte del mítico “Monty Python”, conglomerado de comedia que vería su origen en la televisión y en donde Gilliam se destacaría como actor, escritor, pero sobre todo animador, especializándose en la técnica del “cut-out”, misma que se hace a través de recortes y que permite contar una historia más rápido a manera de pequeños sketches.
Desde el comienzo, Terry Gilliam sería el de menor protagonismo delante de cámaras, así como el más incorrecto dentro de aquel grupo de incorrectos gracias a que las ciertas restricciones de la época no se aplicaban a lo surreal de sus aportaciones animadas. Poco a poco el grupo fue madurando y ganando un éxito inconmensurable, dando y revelando la aportación de cada miembro en donde Gilliam despegaría como el más creativo detrás de cámaras, misma capacidad que lo llevaría con el tiempo a ser la figura más prolífica y por supuesto, uno de los símbolos directivos del surrealismo, la aventura, fantasía y la ciencia ficción en los años por venir.
Con tan solo 13 películas como director (la mitad de ellas clásicos en variados géneros), 30 créditos como actor y guionista, y otros tantos como animador, editor, productor, diseño de arte, compositor y hasta sonidista, Terry Gilliam ha cosechado una veintena de premios de entre los que destacan el León de Plata de Venecia, el premio de la audiencia en Toronto, y reconocimientos en Sitges, San Sebastián y el BAFTA.
Celebremos los 84 años de este genio y mago del cine con sus Mejores Películas
10 – Fear and Loathing in Las Vegas (1998)
Por Uriel Salvador
9 – The Man Who Killed Don Quixote (2018)
POR EL FETT
El proyecto más personal y atropellado de Terry Gilliam se ve afectado por un montaje paupérrimo que de cierta manera no deja disfrutar sus muy buenos momentos tanto visuales como narrativos, estos últimos centrados en un pasional retrato de ambición y de crítica hacía el mundo publicitario que se vale del amor de Gilliam hacía el legendario texto. Se entiende el objetivo y las referencias funcionan en este actualizado mundo surreal donde la el director manifiesta el abandono de la cordura como único vehículo de la felicidad, abrazar nuestras pasiones no importando la lógica humana, pero desgraciadamente hay mucho que abarcar en tan poco tiempo, abrazando el caos hacía su segunda mitad. Aún así tiene sus momentos y de cierta manera fue más vapuleada en su tiempo de lo que merecía
8 – Time Bandits (1981)
POR EL FETT
Una armoniosa y entretenida locura salida de la más pura imaginería del genio loco de los Python. Literalmente salida del armario, unos enanos dispuestos a robar tesoros de la historia se disponen a viajar en el tiempo para conocer a personajes históricos mientras cumplen sus fechorías, acompañados de un chico con una desbordada imaginación. Es memorable como Terry Gilliam se divierte como chiquillo en cada pasaje, incluso fungiendo también como un paseo educativo adepto a todas las edades. Resalta la presencia no solo de algunos de los miembros del colectivo cómico, sino de figuras como Ian Holm, Sean Connery y Ralph Richardson.
7 – The Fisher King (1991)
POR EL FETT
El amor es completamente irracional, no hay forma de ponerlo dentro de un contexto lógico y esto es algo que aprende el personaje principal de un loquito de la calle. Al conocerlo se dará cuenta de todo lo que da este hombre por conocer a la mujer de sus sueños, él no puede explicar toda esa pasión casi ridícula por alguien e incluso llega a sentir envidia por ello. Lo que no cae en cuenta es que él ya tiene a esa persona, a la que ha dejado sola por culpa de su trabajo y ambición. Él lo tiene todo y es el momento de disfrutar con locura ese todo, aunque no parezca mucho. Terry Gilliam lo hizo de nuevo, trasladó una historia compleja dentro de su muy personal forma de hacer cine, que no es fácil de entender pero a la que hay que darle hasta tres oportunidades.
6 – The Imaginarium of Doctor Parnassus (2009)
POR EL FETT
La última de Heath Ledger, Terry Gilliam tuvo que adaptarse a la trágica muerte del actor incluso haciendo un acto de magia a su narración y cambiando el rostro del actor en varias ocasiones: Colin Farrell, Jude Law y hasta Johnny Depp. Este forzado recurso se conecta de manera perfecta en lo interno, pues “el imaginario” descrito es un mundo a través del espejo que a su vez es una metáfora y sátira hacía la redención capitalista – empresarial de su accidental protagonista. Puede ser que haya mejores en su filmografía, pero su capacidad como narrador y mago debe ser enaltecida en un ejercicio surreal de locura y gran valor estético, que le recordaron a Gilliam las viejas glorias de aventura de la próxima a mencionar en este top
5 – The Adventures of Baron Munchausen (1988)
POR EL FETT
Tras coquetear de manera sublime y congeniar su mente surreal con la ciencia ficción, Gilliam decidió divertirse y divertirnos con una aventura tan entrañable como sin sentido, que narraban las aventuras de Karl Friedrich Hieronymus, barón de Münchhausen, personaje históricamente real que en su momento decidió relatar sus aventuras y campañas militares de una manera asombrosa, o mejor dicho surreal. Dicha figura fue objeto de Melies en varios de sus cortos, explicando el porqué del interés y la portentosa maquinaria de imaginativa visual de un Terry Gilliam que dirige como pez en el agua, libre de toda atadura y en un segundo sentido, brindando un inmejorable homenaje tanto al barón como a su mago y principal influencia, Melies
4 – Monty Python and the Holy Grail (1975)
POR EL FETT
Con el impulso de su serial, la primera incursión fílmica del Monty (para ser estrictos es la segunda, pero la anterior era un mediometraje de 80 minutos basado en su serie) irrumpió en escena al crear e inmediatamente posicionar un estilo narrativo cómico nunca antes visto o abordado por el lenguaje del cine, en el cual y gracias a la dirección y animaciones de Terry Gilliam (en dupla con Jones), se acuñaba la parodia del caballero británico por antonomasia, tomando por sorpresa su folclor, historia y leyendas, para combinarlas a través ya de una narrativa firme, con un sátira social y actual tan exquisita como explosiva. La química del grupo y su toma de turnos para lucirse es una perfecta maquinaria cómica que convirtieron a esta en una de las más grandes cintas del género
3 – 12 Monkeys (1995)
POR EL FETT
La enseñanza cinematográficamente sobre el término macguffin podría salirse del molde Hitchcock o Tarantino para ser acuñada y patentada aquí, bajo el relato preciso de un Terry Gilliam en su abandono del surrealismo, la aventura y/o la comedia (aunque de esta hay ciertos toques negros exquisitos) y abrazo total a la sci-fi. Un ejercicio obsesivo y de actores trabajando gratuitamente, la dictadura directiva impuesta por el cineasta dio como resultado una fábula de tiempo que con un humor muy ácido, detona nuevamente la característica desesperanza en la obra del hijo creativo predilecto de los Monty Python. Al final todo es un chiste muy macabro, una monería embaucadora anexada a un loop temporal que se tornaría legendario.
2 – Life of Brian (Terry Jones, 1979)
POR EL FETT
La mejor y más hilarante obra de los Python, digna de himnos, cánticos y carcajadas. Jones en solitario en la dirección es el responsable de esta excelsa sátira hacía el espiritualismo y creencias del evangelio cristiano – católico, que bajo su sentido del humor agrio imponen un cuestionamiento complejo y clave en un segundo plano narrativo ¿Cualquiera pudo haber sido el Mesías no? Pobre, pobre Brian. Lo peculiar de este caso es que su humor, tan sano como brillante, no ofende, sino nutre al relato bíblico alejándose del personaje de Jesús y acercándose más hacía la crítica política y social alrededor de los credos, cultos y/o religiones. Quizá sería la película en la que Terry Gilliam menos intervinó en la parte actoral, pero su genialidad viene de parte del brillante guion
1 – Brazil (1985)
POR EL FETT
Pieza fundamental que concibe una de las comuniones más bizarras del género hacía con la corriente surrealista. Un absurdo mundo burocrático y utópico regido por un sistema donde el ser desconectado o ajeno a los procedimientos del mismo es tomado como un paria enemigo del estado, plataforma para la burla del director (y que da destellos de sus orígenes satíricos – críticos y la influencia de MAD) hacia la sociedad hippie y la rebeldía creciente de los 80 bajo los acordes de la pista musical Brasil. Esta ridícula pero genial comunión de Terry Gilliam, es una metáfora brillante y desgarradora sobre el sistema populista, que hacía su conclusión deja escapar su último y trágico chiste hacia dicho sistema social: que el populismo no existe (o no funciona)