Las 10 Mejores Películas de Thomas Mitchell
El 11 de julio de 1892, nace el actor y guionista estadounidense Thomas Mitchell, recordado como uno de los grandes actores de carácter del cine estadounidense, primer actor que consiguió la “triple corona” de la actuación (un premio Óscar, un Emmy y un Tony).
Se inicio en el periodismo y pronto empezó a escribir algunas piezas teatrales del genero de la comedia. En 1913 se convirtió en actor de teatro, participando en obras de su coautoría como: “Pequeño accidente”. Que sería llevada en tres adaptaciones al cine.
Su primer papel cinematográfico acreditado fue en la película de 1923 “Six Cylinder Love”, pero fue la película “Horizontes perdidos” (1937) dirigida por Frank Capra la que lo impulsaría a ser uno de los actores de reparto más solicitados de su época.
Ese mismo año sería nominado al Óscar al mejor actor de reparto por su trabajo en la película “Huracán sobre la isla” dirigida por John Ford.
En años posteriores apareció en cintas clásicas como: “La diligencia”, nuevamente de la mano de Ford, lo la cual gano un premio Oscar como actor de reparto, “Caballero sin espada”, “Solo los ángeles tienen alas”, “El jorobado de nuestra dama” y “Lo que le viento se llevó”.
En los años 40 y 50 continuó apareciendo en cintas como: “A la hora señalada”, “Que bello es vivir”, entre muchas otras. Posteriormente trabajo en televisión, murió finalmente de cáncer a los 70 años en 1962.
Recordemos a este estupendo actor, hoy inevitablemente olvidado por las nuevas generaciones, con cinco de sus participaciones cinematográficas:
INTRODUCCIÓN POR EDGAR DEL VALLE
10 – Only Angels Have Wings (Hawks, 1939)
POR EL FETT
Si una película sirvió para que Grant comenzara su metamorfosis como actor de comedia ligera a papeles más demandantes fue este culebrón – joyita de Howard Hawks, que conserva no solo el equilibrio entre la aventura romántica y el drama, sino también ese halo del Hollywood clásico que incluso encantó a Cannes considerándola para la Palma de Oro. Como un piloto de avión que se enamora de una corista en algún lugar de Sudamérica, independiente al interesante discurso y visión social de Hawks hacía la zona latina, Grant y Arthur crean una potente química que brillaba por su naturalidad dada la época. En un segundo plano tenemos un reparto de ensueño comandado por Thomas Mitchell y Rita Hayworth
9 – The Black Swan (Henry King, 1942)
POR EL FETT
80 minutos de trepidante aventura catapultarían a O’Hara al estrellato comercial y de paso le ganarían también otro mote dentro de la industria: la de la reina pirata, gracias a uno de sus primeros roles protagonistas repleto de audacia y ternura, dos características que la acompañarían después durante su etapa “romántica”. En Power, Maureen también encontraría un tremendo socio aventurero, con registros más carismáticos que el propio Wayne, pero que desgraciadamente se apagarían rápidamente con el fallecimiento del actor en 1958. Por su parte, Thomas Mitchell tomará parte del bando heróico, siendo el lugarteniente “Tom Blue”, pirata retirado y mano derecha de Tyrone Power
8 – The Hunchback of Notre Dame (William Dieterle, 1939)
POR EL FETT
Film de enorme importancia e influencia no solo para la adaptación literaria – fílmica, sino también para asentar las bases de la fantasía dentro del cine sonoro, siendo esta la primera del “Jorobado” en contar con dicho privilegio. La puesta en escena es formidable, así como también la caracterización de Charles Laughton como Quasimodo (y que también lo presentaría con su pupila, de debutante Maureen O’Hara), la cual sería nombrada como una de las mejores actuaciones en la historia, sirviendo también como elemento de educación actoral en muchos institutos a través del tiempo. Thomas Mitchell tendrá un papel de suma importancia como el líder de los gitanos, Clopin
7 – High Noon (Fred Zinnemann, 1952)
POR EL FETT
Estamos ante uno de los pocos ejercicios que desarrolla su relato en tiempo real, virtud que provee al realizador el uso de toda su pericia para enfatizar durante 84 minutos la espera y consecuente llegada de un tren lleno dela angustia e incertidumbre de un sheriff abandonado por su pueblo, y que debe enfrentar en soledad a sus atacantes cuando todos le han dado la espalda. Lo increíble es que Zinnemann logra el efecto empático deseado, donde el espectador desea acompañar al asolado héroe en su destino; con esos planos a detalle que desnudan las emociones y rigen el tiempo (el reloj de la estación como elemento visual es fastuoso) la vivencial tensión crea uno de los mejores western. Thomas Mitchell tomará parte como uno de los cobardes líderes que darán la espalda al valiente Gary Cooper
6 – It’s a Wonderful Life (Frank Capra, 1946)
POR EL FETT
El cuento de navidad por excelencia y una de las más grandes fábulas del cine, la narración y la tan potente como emotivas dirección e interpretación hacen que a diferencia de Mr. Smith Goes to Washington, este relato de vena fantástica permanezca vigente a más de 70 años de su estreno. Así mismo la caída y resurrección de su personaje es una de esas experiencias que traspasa el lenguaje para convertirse incluso en una experiencia terapéutica y/o humana, misma en la que ambos (Capra – Stewart) se encuentran peculiarmente inmersos por su reciente experiencia en la Guerra. Un clásico de todos los tiempos. Mitchell también fue uno de los actores favoritos de Capra, que vuelve a participar aquí con uno de sus memorables personajes.
5 – Mr. Smith Goes to Washington (1939)
POR EL FETT
Capra – Stewart simbolizan la fábula humana y patriótica gringa, siendo esta el punto más alto (y moralino) del idealismo fílmico – político. Quizá haya envejecido dentro su contexto de crítica hacía el sistema de corrupción y su enamoramiento nacionalista, sin embargo tanto la actuación de Stewart como el tono “humanista” y hasta fantástico de Capra la hacen permanecer como una rica curiosidad más adepta a los primeros valores narrativos de Hollywood. Así mismo la convicción de estas dos figuras hace que el relato evite cualquier toque sensiblero, dando como resultado un emotivo relato que busca enaltecer al “hombre promedio”. Mitchell destaca en otro pequeño papel, mostrando su gran versatilidad.
4 – Moontide (Archie Mayo, 1942)
POR EL FETT
Una cinta que curiosamente fue abandonada a mitad de su rodaje por Fritz Lang (por una riña pasional) y que retomaría con mucha suerte Archie Mayo, en uno de los primeros esbozos del cine noir aún cuando este ni siquiera había sentado sus bases (pero que comenzaría su teorización a partir de cintas como esta). Misterio después de una noche de parranda, la culpa por un supuesto asesinato y la aparición de una mujer suicida en un puerto, son los ingredientes perfectos para desarrollar esta telaraña pasional donde Jean Gabin, Ida Lupino, Claude Rainsy Thomas Mitchell (que aquí se aleja de su arquetipo de buen tipo) brillan al servicio de dos directores. Una cinta muy olvidada e infravalorada .
Gone with the Wind (Victor Fleming, 1939)
POR EL FETT
Toda superproducción debería apuntar a llegar a ser “Lo que el viento se llevó”, una ostentosa pieza de producción y calidad artística embelesada no solo por sus conflictivos valores directivos, sino también por una de las más fieras y legendarios químicas del cine, que a 80 años de distancia y gracias al talento debutante de Leigh y al apadrinamiento cínico de Gable, se convertiría en uno de los símbolos del anti-romance por excelencia, perfectamente estructurada e interpretada. De actuaciones, producción y ambientación elevada, es el pivote actoral que carga con el interés y el sarcasmo para aminorar la carga dramática. Nuevamente apareciendo en un clásico, ahora como el padre de O’Hara, con otra muy respetable actuación, siempre a la altura de su notable labor actoral. Pequeño personaje, pero trabajado con gran sobriedad.
The Hurricane (John Ford, 1937)
POR EDGAR DEL VALLE
Un drama romántico que se desarrolla en una isla de los mares del sur que sufre permanentemente de la presencia de tifones, siendo una colonia francesa sometida además a un gobierno autoritario. La cinta ha permanecido en el anonimato y como una curiosidad directiva de John Ford, pero a pesar de parecer algo ajeno a su estilo western – dramático, el director es capaz de encausa runa aventura de supervivencia que no solo servirá de influencia para otros relatos por venir, sino que también cuenta con escenas de efectos bastante adelantadas a su tiempo, siendo los ciclones la verdadera amenaza. La interpretación de Mitchell es algo para recordar y que le permitió conseguir su primera nominación a los premios Oscar como mejor actor de reparto.
1 – Stagecoach (John Ford, 1939)
POR EL FETT
El “primer gran western” moderno, y aquel que no creó, pero si institucionalizó el conocido plano americano mientras Wayne detiene aquella vertiginosa diligencia. Ford tomó una idea original de Ernest Haycox y la convirtió en una odisea trepidante donde destacó por qué fue, es y será uno de los grandes almirantes del cine, teniendo un manejo magnifico del drama, romance, suspenso, acción y comedia al ensamblar a este equipo actoral de 9 integrantes, en lo que resulta ser una de las químicas más entrañables del cine; personajes dispares y encantadores que buscan un lugar y un nuevo sueño en esa peligrosa diligencia que recorre lo salvaje, y que el cineasta sabe cómo estructurar y equilibrar en un duelo de clases y personalidades que enmarcan esta gran aventura. Fue su actuación como el borrachín Doc Boone colaborando con John Wayne, la que dio a Mitchell el Óscar al mejor actor de reparto.