Las 10 Mejores Series Animadas de Disney Channel
Lanzado el 18 de abril de 1983, inicialmente Disney se había asociado a la estación satelital Group W y a HBO, pero tras varios problemas de acuerdos, fue que Alan Wagner (quien se convertiría en el primer presidente del canal) decidió tomar cartas en el asunto para estrenar su propio canal para televisión de pago. Ha pasado por infinidad de cambios y etapas a lo largo de su historia, desde el cambio de proveedores hasta el uso de estrellas pop adolescentes, pero siempre ha conservado su visión de ser la forma más accesible para atraer a niños y jóvenes de entre 7 y 17 años.
Pese a los continuos fracasos que ha tenido Disney últimamente en todos sus apartados y adquisiciones, el canal de televisión se ha mantenido estable debido al compromiso de los mismos creadores que, aunque han lidiado con los abusos e intromisión de los ejecutivos y estar atados de manos en cuanto al manejo de sus propiedades, han sabido balancear la diversión y el interés de los aspectos socioculturales de cada época. Esto brinda una adaptabilidad que no está tan presente en sus competidores y les ha permitido cambiar según los gustos de la demografía en turno. Incluso, la representación que tanta controversia ha generado encontró un hueco dentro de sus programas, donde se ha integrado de manera natural.
Por esta razón, para cerrar el centenario de la compañía, no hay mejor forma de terminar esta “trilogía de canales” (aquí están los de Cartoon Network y Nickelodeon para los más curiosos), que repasando las 10 mejores series de una de las cadenas de animación más veteranas de la historia. Y considerando la situación actual, el único apartado que le queda a Disney donde todavía conserva algo de calidad y quizás pueda depender para prosperar a futuro.
*Para efectos de este Top, series de otras subsidiarias como Toon Disney, Jetix y Disney XD también fueron tomadas en cuentas*
Bonus – Kim Possible (Bob Schooley y Mark McCorkle, 2002-2007)
Puede que la mezcla entre los típicos problemas adolescentes con las misiones de espionaje sea un poco inconsistente, pero logra ser divertida al priorizar ciertos chistes recurrentes, las escenas de acción y la interacción entre héroes y villanos (en especial el dúo conformado por el Dr. Drakken y Shego, mucho más carismáticos que la propia Kim). Ha envejecido por los clichés, una subtrama romántica ridículamente obvia que nunca se construye y sólo será correspondida hasta el final y el enorme defecto de tomarse demasiado en serio. Aun así, se sostiene como una serie encantadora, graciosa y memorable.
Bonus – The Ghost and Molly McGee (Bill Motz y Bob Roth, 2021)
Bajo la típica premisa de “los opuestos se atraen”, la serie consigue una entrañable combinación de risas, corazón y lecciones de vida con un contexto más oscuro brindado por el mundo sobrenatural, dando pauta al manejo del tema de la muerte con dosis de humor retorcido que nunca se siente chocante por la peculiar amistad entre una hiperactiva y optimista niña tailandesa y un fantasma gruñón y tragón. Un testimonio del poder de la amistad y la comprensión hacia el otro que, aunque algo carente de riesgo en su ejecución, tiene sus momentos memorables que recuerdan a la vieja escuela del canal.
10 – Ducktales (Matt Youngberg y Francisco Angones, 2017-2021)
Muy difícil elegir entre ambas iteraciones, pues cada una tiene suficientes diferencias para atraer a un público diferente. Para muchos, es inevitable ver a la nueva versión de esta serie como superior debido a que tiene una mejor caracterización de personajes (el cuarteto de niños protagonistas ya tiene una personalidad definida) y una historia más enfocada que no deja de lado las dosis de aventura, magia y diversión. Sin embargo, también hay que ser conscientes que no existiría sin la serie original, que aunque ya se siente vieja, transformó a la industria y fue una de las bases principales de la cadena televisiva.
9 – Chip ‘n’ Dale: Rescue Rangers (Tad Stones y Alan Zaslove, 1989-1990)
Darle su propia serie a las clásicas ardillas que le sacaron tantas canas verdes al Pato Donald procrearía un sinfín de clones dentro de la cadena durante sus primeros años, pero pocas pudieron equiparársele. Apegándose a la fórmula de la época donde cada miembro del equipo poseía una personalidad respectiva a su rol (el listo, el fuerte, el líder, el alivio cómico y el que nada más está ahí para verse lindo), se sostiene por el carisma de sus personajes y la inventiva de las ideas implicadas en cada misión (imposible olvidar el episodio sobre los peligros de unirse a un culto). Tan entrañable e ingeniosa para dedicarle un rato.
8 – Amphibia (Matt Braly, 2019-2022)
Siguiendo el camino trazado por Hora de Aventura y Gravity Falls, la historia principal fluye con naturalidad y retrata un mundo vasto e inmersivo que brinda una visión más interesante a un viaje de autodescubrimiento profundamente inspirador. Trata sobre los problemas de crecer y madurar que vienen con el distanciamiento de las amistades, pero también de vivir locas aventuras y disfrutar de su compañía mientras haya tiempo. Lamentablemente, se tarda mucho en iniciar para llegar a lo bueno (al punto de que la primera temporada parece relleno), lo que la relega en cuanto a accesibilidad y retención de interés.
7 – Darwing Duck (Tad Stones, 1991-1992)
¿Cómo puede simpatizarse con un héroe ególatra que lucha contra el crimen sólo por fama y fortuna y es capaz de hacer la misión más peligrosa con tal de verse mejor ante las cámaras? Pues mostrándolo como un perdedor inmaduro que lucha por ser padre soltero en su vida privada, donde el constante duelo interior entre altruismo y narcisismo afecta directamente su desempeño en combate y sus relaciones personales. Un superhéroe muy original que no duda en mofarse del resto de sus congéneres al mismo tiempo que respeta sus orígenes, respaldado por una comedia divertida y unas emocionantes escenas de acción.
6 – Dave the Barbarian (David Langdale, 2004-2005)
La historia ha demostrado que a Disney le cuesta mucho trabajo hacer series de aventura, acción y fantasía, siendo ésta una de las poquísimas excepciones a la regla porque es consciente que es ridícula de principio a fin, y por lo tanto, nunca se toma en serio a sí misma. Puede que su formato episódico y su excusa de historia sean sólo un pretexto para contar chistes, pero tomando en cuenta esto, aprovecha cada oportunidad que se le presenta para sacar grandes carcajadas, dando como resultado una de las mejores comedias de la cadena. Lástima de su prematura cancelación.
5 – Fillmore! (Scott Gimple, 2002-2004)
La mayor diferencia que tiene con respecto a otras series escolares similares (incluso de la misma cadena) radica en su dúo protagónico, un par de delincuentes juveniles que, debido a su trasfondo y expediente criminal, deben laborar como detectives privados para reformarse y rectificar su camino. La serie suele presentar parodias de delitos comunes, pero entre cada misterio, tiene lecciones y conceptos muy maduros que, dentro de su contexto, son identificables para los niños, pero entendibles para los adultos gracias a su ingeniosa escritura, sin mencionar sus ingeniosas referencias a los 70.
4 – Pepper Ann (Sue Rose, 1997-2000)
Llena de personajes carismáticos e identificables, historias divertidas y enredosas y moralejas muy necesarias, el enfoque de la serie se centra en las relaciones familiares y amistosas, pasando de lidiar con el divorcio al ligue, y por más contrastante que parezca, permite un equilibrio de la mentalidad adolescente a través de una perspectiva adulta. Tan divertida como nostálgica en su estilo artístico y temática, se le nota la edad en algunos aspectos (la ausencia de sátira o comentario social puede ahuyentar a algunos), pero su sencillez la hace disfrutable.
3 – Recess (Joe Ansolabehere y Paul Germain, 1997-2001)
La exageración de las típicas historias escolares balancea la comedia absurda con buenas moralejas que profundizan en la jerarquía social, retratando que los niños son más inteligentes de lo que los medios retratan. El grupo de amigos protagonistas está bien diseñado y sus personalidades son realistas, pero también otorga más dimensiones y carácter al resto de la escuela, tanto alumnos como maestros, formando una comprensión precisa de la vida escolar. Tan identificable y atemporal por ser un reflejo de los problemas reales de la sociedad, escondidos debajo de una trama simple.
2 – Gargoyles (Greg Weisman, 1994-1997)
La respuesta perfecta a la serie animada de Batman no sólo le callaría la boca a todos los que piensan que Disney no puede sacar material maduro, sino que tendría un estilo propio e irrepetible dentro de la propia cadena. Llegando a ser más violenta de lo usual, la atmósfera oscura y el toque shakespeariano dan pie a una historia atrapante que tiene sus momentos cursis y cómicos, pero la moralidad neutral permite una complejidad dramática que afecta tanto a héroes como villanos y hace fácil entender su postura. Un digno remanente de una época que ya no existe actualmente.
1 – Gravity Falls (Alex Hirsch, 2012-2016)
Mediante la revelación de pistas en forma críptica, da pauta al surgimiento de pequeños misterios que ocultan uno más grande y digno de Lovecraft. Aunado a la gran variedad de chistes, ideas ingeniosas sobre diversos tópicos y sus carismáticos personajes, logra una combinación que toma la interactividad del presente y la nostalgia del pasado, desembocando en un final intenso y conmovedor. No es tan perfecta como parece (depende de muchas conveniencias para avanzar la trama principal y la caracterización de Mabel y Wendy ha envejecido horrible), pero tiene un poco de todo para niños y adultos, y lo más importante: dura justo lo que tiene que durar.