Las 10 Películas más representativas de Corea del Sur.
Aunque el cine coreano tiene una historia vasta desde finales de la Segunda de la Guerra Mundial, la época oscura que vivió el país alrededor de los 70’s hizo que muchos de sus filmes clásicos se perdieran. La censura impuesta por el presidente Park Chung-Hee generó que las películas de este país fueran una propaganda gubernamental, lo que hizo que el cine coreano extraviara su pasado y su presente momentáneo. Por fortuna, en 1980, con la caída de un gobierno autoritario, de a poco comenzó a alivianarse la censura hasta el punto de que los creadores comenzaron a tener más libertad creativa.
De ahí en adelante Corea del Sur se convirtió en un monstruo cinematográfico a nivel artístico y comercial, siendo contendiente en muchas de los festivales más prestigiosos y a su vez generando éxitos taquilleros de la mano una generación dorada de creadores (Park Chan-Wook, Bong Joon-Ho, Lee Chang), que ha ido conquistando fronteras llegando incluso a ganar un Oscar en la categoría de Mejor Película, convirtiéndose en la primera película no hablada el inglés en hacerlo.
¿Qué le depara el futuro a esta industria? No tenemos una bola de cristal, pero si Hollywood no se pone las pilas, Corea del Sur podría robarles el trono de la potencia fílmica mundial a nivel comercial (porque en calidad ya los alcanzó)
En lo que esto sucede les presentamos las 10 películas más representativas de este país.
Parasite (Joon Bong-hoo, 2019)
POR EL CINE ACTUARIO
A pesar de ocurrir en un contexto social que podría ser distinto al espectador, el tema de la diferencia entre clases sociales no fue estigmatizado, sino revelado desde ambos lados de la balanza. Al final del día, Bong removía esos tabús para mostrar que esta escala social no era más que un elemento producto de los instintos (primitivos) de conservación y supervivencia, y es en esa narrativa donde se construye un ambiente de tensión en el cual sentimos que algo no anda bien y que tarde o temprano esos instintos saldrán a la luz y terminarán por desatar lo peor de cada uno. Pero el mayor mérito no solo radica en que haya dado un retrato de las clases sociales acertado, sino que pudo poner de acuerdo en mucho tiempo a toda la crítica.
Oldboy (Park Chan Wook, 2003)
POR EL FETT
Ganadora del Grand Prix, el primer reconocimiento de Cannes para Corea del Sur llegaba de la mano de una de las propuestas fílmicas y de culto más retorcidas y originales de al menos las últimas dos décadas. Tan trasgresora como lo marca el límite de su impactante giro de tuerca, Park Chan-wook no deja respirar ni un segundo a su espectador, concibiendo un thriller de matices muy oscuras pero también críticas hacía los abusos físicos y emocionales de la juventud. Obviamente y como todo coreano, dicho misterio será diluido a través de una comunión entre suspenso, acción y hasta momentos de comedia accidentada que se vuelven el manjar de aquellos “extraños” placeres fílmicos, donde al parecer el espectador será tan culpable como su protagonista.
3-Iron (Kim Ki Duk,2004)
POR MANUEL ESTEBAN GAITAN
Quizás sea “Hierro 3”, también conocida como “El Espíritu de la Pasión“, el filme más sobresaliente de Kim Ki Duk, donde narra la historia de un joven que es repartidor y ocupa temporalmente casas en donde sabe que sus habitantes estarán ausentes, y que como consecuencia de esto conoce a una joven que vive encerrada por culpa de un marido que la maltrata, y con la cual sentirá un vínculo especial de forma inmediata. Kim Ki Duk se sirve de este relato para plasmar su estilo que lo hizo reconocido, con una puesta visual puntillosa, utilización de simbolismos múltiples y silencios y escasez de diálogos.
The Handmaiden (Park Chan Wook, 2016)
POR EL FETT
Para algunos(as) autores de Cinescopia, una de las mejores y más importantes películas de esta década; este erótico y mórbido thriller es un maravilloso ejercicio de suspenso capaz de tensar su hilo a lo largo de sus 140 minutos bajo sus truculentos recursos tan misteriosos como sexuales. La venganza, símbolo principal de su filmografía, esta vez hace una comunión perfecta con el elemento exótico en este pasional romance lésbico que también regala una revancha femenina contra aquel bando “opresor” y sistémico de su cultura en un desarrollo que incluso se siente por momentos hasta “surreal” gracias a algunas secuencias tan mórbidas como espectaculares. Una joyita del cine moderno, Park Chan-wook regala unas cátedras del mejor suspenso.
Las estaciones de la vida (Kim Ki Duk,2003)
POR EL CINE ACTUARIO
De la mano de una fotografía refinada y de la historia de 2 monjes que viven en un monasterio aislado, Kim Ki Duk (del que hoy se celebra el aniversario de su natalicio) utiliza estos elementos para sumergir en una narrativa llena de simbolismos al espectador, en un viaje a través de su propia conciencia, trasladándose a través de primicias existencialistas, y haciendo énfasis especial al crecimiento y la madurez. Aunque tiene algunos vicios de las películas de índole contemplativo, y no sea una película sencilla debido a su metáfora, su narrativa sólida, y su excelsa dirección la colocan como una de las mejores películas que dio el cine coreano, fallecido en 2020
Memories of Murder (2003)
POR TEDDYE ZAPATA
Inspirado vagamente en los asesinatos ocurridos en la ciudad de Hwaseong durante los años 80’s, el director surcoreano construye en su segundo largometraje un thriller de crimen que empieza siendo una parodia a la incompetencia y brutalidad policial con su particular humor negro, pero que gradualmente se va convirtiendo, casi de manera imperceptible ante los ojos del espectador, en un drama asfixiante que se interesa menos en el imposible caso a resolver y más en la agonía psicológica de sus detectives protagonistas y su incapacidad de lidiar con la frustración y el fracaso, ante un ente asesino que parece inalcanzable, o que quizá solo simbolice su porpia desesperanza
I Saw The Devil (Kim Jee-woon, 2010)
POR TEDDYE ZAPATA
Películas de venganza hay una infinidad, pero muy pocas como la surcoreana I Saw The Devil, que logra transitar entre el cine de explotación con la tortura y el gore más visceral y desalmado, y un cine que indaga y profundiza en las emociones de quienes han experimentado la pérdida del ser amado. Los cineastas surcoreanos nunca han tenido miedo de mostrar el lado más oscuro del ser humano (como se muestra a lo largo de este ranking), y este filme de Kim Jee-woon sobre un asesino serial que mata por placer es un testimonio de ello. Por momentos silenciosa y atmosférica, por otros estruendosa e intensa, pero nunca temerosa de ser lo que es, un thriller con mucho gore y venganza
Oasis (Lee Chang Dong, 2002)
POR EL CINE ACTUARIO
Selección Oficial para el León de Oro 2002, la historia gira alrededor del romance entre un hombre llamado Jong-Du con una leve discapacidad, y Gong-Ju quien sufre parálisis facial, marcados por la sociedad como marginados, y con un pasado sumamente oscuro que los une, el romance entre estos dos individuos será un oasis entre el desierto en el que se encuentran sus vidas sentimentales. Con un manejo en la escritura de alto nivel enfocándose primero en el desarrollo de sus dos protagonistas y posteriormente en su relación, Dong termina por crear una historia emocionalmente efectiva. Destacar también el excelente manejo de la cámara que navega entre la fantasía y el realismo
Piedad (Pieta, Kim Ki-duk, 2012)
POR EL FETT
La obra maestra (y la más comercial) del difunto Kim Ki Duk, y parte de la nueva ola de cine surcoreano del nuevo milenio, tomó a todos por sorpresa no solo por su polémico y trasgresor relato de índole matriarcal, sino también por su excelso desarrollo de personajes que a través de la figura maternal crea dos tangentes que convergen en un solo sentido: el infinito amor de una madre y las sensaciones, tan cruentas como conmovedoras que este es capaz de causar en cualquier individuo, cualquiera, aún el más ruin y/o tenebroso. Una historia de venganza particularmente morbosa y alegórica, el regreso a los pasos previamente vistos por parte del protagonista complementan una introspección psicológica por demás desgarradora… y genial
Thirst (Park Chan-wook, 2009)
POR EL FETT
Ganadora del premio del jurado en Cannes, esta imaginativa reinvención sobre el vampirismo brilla por la otra gran y constante capacidad de su director en el manejo y estructura de temas contrastantes, pues al mito sanguinario de dicha criatura se le une la espiritualidad y la religión vistas ahora a través de una transformación kafkiana y una posterior lucha intrínseca de su protagonista en aceptar su nueva y “repugnante” condición. Una metáfora de la dualidad humana frente a la miseria es también un vehículo de terror, romance y hasta comedia negra sobre dichas condiciones. Quizá sangre un poco por su metraje, pues le harían bien un corte de algunos minutos, pero aun así se mantiene fresca y muy fiel al estilo del director.