Las 10 Películas más Representativas del Cine Australiano
Aunque el cine australiano podría parecer a simple vista una sucursal más de la industria americana, la realidad es que tiene un sello característico. La mayoría de las películas están cargadas hacía ser una remembranza histórica o crítica social, lo cual ha permitido cierto grado de libertad en la manufactura, y que a diferencia de otros productos provenientes de los Ángeles, California, se siente menos superficial o plástico. Está libertad creativa les permite, incluso en géneros más familiares, imprimir cierta crudeza u oscuridad en sus cintas.
También esta libertad nos ha permitido tener directores que posteriormente han saltado a las grandes ligas de Hollywood y dado grandes clásicos en el cine contemporáneo (George Miller y Peter Weir). A continuación presentamos las 10 películas más significativas que dado este país:
Babe (Chris Noonan, 1995)
POR EL FETT
Rotunda joya y de las mejores cintas fantásticas, ya quisieran muchas películas encausar no solo ese nivel de emotividad progresiva que explota hacía su gran, gran escena final, sino también encantar a chicos y adultos con esa falta de forzamiento o condescendencia, siendo una pieza de lo más ingeniosa, honesta y divertida sobre la aceptación y el esfuerzo. Soportada de manera obvia por esos fastuosos efectos que hacen ver pendejos al live action de Lion King, los diálogos, momentos y el clímax son ya de antología. Nominada a 7 Oscar, hay que resaltar la banda sonora y la cautivante actuación de Cromwell, que logra una interacción fabulosa con su entorno. Por cierto el guion y producción corren a cargo de George Miller.
Picnic at Hanging Rock (1975)
POR EL FETT
La película que comenzó todo su sello autoral, aquella noticia de las jóvenes desaparecidas fue llevada al límite por Weir en un vehículo de suspenso con tintes surreales que mostraría la capacidad del narrador por crear atmosferas de prominente tensión en espacios naturales, abiertos o grandilocuentes, como su posterior evolución lo dictaminará. Así mismo Weir juega con el elemento sobrenatural, dejando que su cinta coqueteé con el género de terror sin la necesidad de sustos, criaturas o sangre, sino simplemente a través de un tétrico escenario de misterio y de impotencia por parte tanto de las víctimas como de sus buscadores, creando y estructurando ese nexo fraternal que también irá evolucionando conforme avance su carrera.
Gallipoli (1981)
POR EL FETT
No solo uno de los mejores ejercicios bélicos alrededor de la Primera Guerra Mundial, sino también uno de los más conmovedores, bellos y trágicos relatos de amistad. Weir se sirve de este homenaje hacía los australianos que combatieron en aquel conflicto bélico, para que en un poco más de tres cuartos de su metraje, construir una camaradería fuerte y palpable entre aquellos jóvenes “idealistas” ¿acto seguido? La batalla de Gallipoli será retratada en 20 minutos que son sinónimo de tensión, un suspenso apremiante de donde Sam Mendes se agarró para construir su sobrevalorada “1917”. Cabe destacar la química entre el desaparecido Mark Lee y un muy joven Mel Gibson, que tendrá cierto efecto “fetiche” en aquella temprana etapa del director.
The Year of Living Dangerously (1982)
POR EL FETT
Recordando el tono de los romances clásicos de Hollywood a la usanza de “Casablanca”, Weir erige un impresionante drama pasional que comparte la misma relevancia narrativa con el conflicto social, político y bélico vivido en la Indonesia de los 60. Por una parte Weir enamora, pero como es su costumbre, también tensa los hilos de su romance con su entorno. Los contrastes son hermosos, pues mientras Gibson y Sigourney Weaver (nunca la verán más bella y radiante que aquí) son embelesados con destellos de luz y una fotografía “radiante”, los pasajes “periodísticos” y bélicos se tornan oscuros y con un ambiente lúgubre, nocturno y claustrofóbico. Cabe destacar la gran actuación ganadora del Oscar de Linda Hunt, interpretando un hombre.
Animal Kingdom (David Michod, 2010)
POR EL FETT
Si tuviéramos que mencionar a las mejores películas gansteriles de los últimos años, sin duda la ópera primera de Michod guardaría un lugar privilegiado, el cual, a partir de un libreto excepcional, construye un ambiente dual donde la narrativa fluye desde dos polos: la actividad mafiosa, y la inocencia e intervención del protagonista y principal afectado. Cinta inteligente que aporta innovaciones al thriller gansteril: la ambientación, situado en un actual Australia y su situación criminal; y el matriarcado, dando un vuelco tan íntimo como intimidante al dotar a este clan del amor de una madre, capo, cuidadora y guía. Pearce por su parte dará vida al detective, hilo conductor que servirá como pivote entre los dos polos del film.
The Proposition (John Hillcoat, 2005)
POR EL FETT
Un terreno que el western ha adoptado debido a su oferta de frescura y salvajismo, el desértico paraje australiano sirve para encausar esta sublime metáfora y transformación musical de la obra de Nick Cave a la pantalla, en una exquisita experiencia basada en el dilema de un pistolero, el cual se resume en rescatar la vida de su hermano menor al buscar, traicionar y cazar a su demente hermano mayor. La cinta funciona gracias a la química narrativa de Hillcoat – Cave, los cuales ponen de relieve la poesía del músico para explorar la disyuntiva del trágico pistolero. Estamos ante el “Apocalypse Now” del western, o mejor dicho ante una libre adaptación de “El Corazón de las Tinieblas” de Joseph Conrad.
Shine (Scott Hicks, 1996)
POR EL FETT
Basada en la vida del pianista, David Helfgott, el director Hicks y el Oscar a mejor actuación de Rush convierten a este drama paterno filial en una de las mejores biopcis de la historia, que a pesar de contener todos los trucos narrativos del manual, escapa de su amenaza artificial y melodramática gracias al soberbio crecimiento y desarrollo de su personaje, que combina con mucha espontaneidad su intenso lado dramático y un humor natural, resultados de una personalidad inocente y entrañable. Así pues, a pesar de encausar una durísima historia sobre la opresión patriarcal, el director escapa de esas trampas moralinas para dejar que Rush crezca con su mismo personaje, logrando una actuación majestuosa.
Mary and Max (Adam Elliot,2009)
POR EL CINE ACTUARIO
Película animada a través de la técnica stop-motion, sobre la amistad por correspondencia entre una chica solitaria australiana y un anciano neoyorquino con problemas de ansiedad. A pesar de su tono oscuro, logró ser conmovedora especialmente por su tema central acerca de la soledad de aquellas personas que por algún trastorno clínico-social les cuesta encajar. De ahí se levanta la importancia de la amistad como un bálsamo para salir de situaciones y condiciones angustiantes. Madura, por momentos extraña, pero donde de cierta manera su director se las arregla para llegar al corazón de la audiencia.
Mad Max: Franquicia (George Miller)
POR EL CINE ACTUARIO
La historia de un futuro distopico contado a manera de “western-punk”, dónde la escasez de gasolina, agua y las crisis económicas terminan por empujar a la civilización a su grado más primitivo. Sin duda una de las sagas de ciencia ficción más icónicas, no solamente por mostrar un futuro que fuera del lado extravagante no está tan alejado de lo que puede pasar si ciertos recursos naturales comienzan a escasear, sino que mostró a una humanidad destruida moralmente y desconectada emocionalmente, con una franquicia que va descendiendo de a poco en la locura y se va volviendo más sucia y decadente en su ambiente.
En el prólogo, nuestro héroe entiende lo inservible de las instituciones en los contextos post apocalípticos, por lo que comienza su transformación emocional llegando al punto dónde se convierte en un héroe solitario, de sangre fría que busca y hace la justicia en un mundo hostil dónde la ley ya no existe. Para la segunda parte se nos muestra el resquebrajamiento de la sociedad donde incluso ciertos sectores han regresado a un lado más primitivo, las acciones de Max de a poco se van difuminado entre el altruismo y la conveniencia. En la tercera parte se plantea la construcción de una utopía guiada por las nuevas generaciones, pero para Fury Road Miller decide enfocarse en el rompimiento del orden social, creando quizás la cintas más oscura, áspera y claustrofóbica de la saga. De a poco la franquicia se ha vuelto mucho más lúgubre en su estética e historia, representando la decadencia de este mundo e indirectamente la deshumanización de la sociedad contemporánea, un genio Miller.
Wake on Fright (Ted Kotcheff,1971)
POR EL CINE ACTUARIO
Nominada a la Palma de Oro en Cannes en 1971, este thriller psicológico acerca de un profesor culto de clase media llamado John, que al llegar a un pueblo de mineros casi desértico comienza a sacar su lado oscuro, se convierte en una especie de película de horror dónde a pesar de que nuestro personaje no es obligado a autodestruirse, este ambiente tiene una aurea atrapante que hará que el viaje de nuestro protagonista se vuelve un auto descubrimiento hasta sus propios infiernos. Con un humor crudo, y una excelente actuación de Gary Bond , Wake on Fright es una cinta de culto que terminó por definir lo que sería el cine australiano: arriesgado, por momentos polémico, pero atrapante