Las 15 Mejores Películas de Brian Cox
Actor de origen shakespereano, Brian Cox se ha vuelto sinónimo de garantía televisiva y fílmica. A pesar de también incurrir en un montón de bodrios, el veterano actor de 76 años ha demostrado a través de 6 décadas de carrera y más de 230 títulos, ser uno de los más solventes y sobrios histriones dentro del entretenimiento audiovisual, distinguido mayormente por su faceta de villano frío, calculador y sin escrúpulos.
Nacido un día como hoy, el escocés comenzó su carrera en el teatro a los 14 años, para tan solo una década después ya ser un rostro reconocido bajo el telón. Se establecería en la televisión a partir de los 60, viendo su oportunidad fílmica hasta finales de los 80. Sorteando su edad a base de puro talento, Cox se haría de variadas apariciones donde destacaría su versatilidad al servicio de varios géneros y formatos.
Sin dejar nunca de trabajar, actualmente vive un repunte en su carrera gracias a su participación el serie “Succession”, la cual le ha acarreado quizá las mejores críticas en su carrera. Dejando la serie de lado y haciendo honor a su amplia carrera fílmica, celebremos a Cox con sus Mejores Películas
15 – Rushmore (Wes Anderson, 1998)
Basada en las vivencias del propio director, podríamos decir que Wes Anderson es, sin encasillarse, ni serlo, una de las tesis del cine hipster. Sus valores radicarían más en sus labores histriónicas que en su tratamiento en sí, haciéndola un producto bastante disfrutable y ágil pero con ciertos baches en la estructura de sus personajes. Los esbozos de su patente se comenzarían a distinguir, la relación artística con Murray comenzaría con el pie derecho y Schwartzman por su parte haría los honores con la mejor inclusión de su carrera como un líder estudiantil revolucionario. Brian Cox tendría un excelente rol secundario, siendo sino uno de los recurrentes del cine de Wes, si parte de su club actoral
14 – 25th Hour (2002)
POR JOSE ROBERTO ORTEGA
Monty ha sido condenado a 7 años de cárcel y cuenta con 24 horas antes de ingresar a prisión. En esas horas intentará una reconciliación con las personas cercanas a él: su padre, sus dos mejores amigos y su novia (de quien sospecha lo haya delatado). Recargado en una fotografía envolvente y en una edición propositiva que obliga al espectador a ver distintos ángulos de lo que sucede, Lee escribe una carta de amor y odio a la ciudad de NY, tomando como base el derrumbe de su estructura y su modo de vida, poniendo a prueba sus fortalezas, su resiliencia, exponiendo sus heridas y deseando su reconstrucción, reflejando en el destino de Monty el porvenir de una ciudad que recién había sufrido el 9/11.
13 – Zodiac (David Fincher, 2007)
POR EL FETT
Con Zodiac Finher alcanzaría un clímax demasiado alto, tan tétrico como cautivador y acorde a toda la progresión del caso y/o investigación alrededor del famoso caso del “Asesino del Zodiaco”, ofreciendo lo que en realidad es una pieza inclasificable, compleja, y que ensancha al cinéfilo de tal manera que sus 157 minutos de metraje parecen instantáneos y dignos de un análisis interminable. Una pedazo de obra maestra, que también destaca por la precisión dramática de sus actores, que se adhieren casi a un tono documental y en donde Cox, a pesar de tener una pequela participación, imprime una credibilidad y naturalidad increíble a su personaje, uno con el cual el Zodiaco se puede confesar.
12 – Match Point (Woody Allen, 2005)
POR CLEMENTINE
Alejándose un poco de su querida Nueva York y de su estilo cómico, una de sus primeras historias rodadas en Europa fue este drama romántico con tintes de humor negro y suspenso ambientado en Londres. En un tono burlón hacia la alta sociedad, la ambición, las pasiones y la suerte, se mezclan magistralmente en este thriller, donde vemos a un instructor de tenis que por azares del destino pasa a formar parte de una familia muy acaudalada (Brian Cox es el patriarca, por cierto). Sin embargo, el deseo y la pasión que siente hacia su atractiva y misteriosa futura cuñada, lo pondrán a prueba para saber hasta dónde es capaz de llegar para satisfacer esas pasiones sin sacrificar su nuevo e idílico estilo de vida. Un título imprescindible.
11 – Braveheart (Mel Gibson, 1994)
POR EL FETT
Una de las épicas más infravaloradas; una aventura que a pesar de tomarse varias libertades históricas, alcanza picos de excelencia dramática, romántica, actoral y visual en mucha parte gracias al obsesivo y técnicamente brillante trabajo de Gibson como narrador supremo. Si bien el relato usa el viejo truco del sacrifico emocional, es el bien estructurado héroe y su historia de amor y venganza el que brindan la base “sentimental” necesaria para que el espectador comparta la travesía y hasta el dolor de su último grito. La batalla de Sterling sigue siendo uno de los hits directivos más grandes de los 90 y de las batallas en el cine. Cox aparece fugazmente en el primer actor ¡Pero que aparición! Conmovedor personaje que forjará al guerrero protagonista.
10 – Adaptation (Spike Jonze, 2002)
POR EL FETT
Un drama que al borde de lo surreal, que logra encausar uno de los mejores, más entretenidos y complejos auto relatos en la historia fílmica. El majestuoso libreto de Kaufman es una auto sátira al proceso creativo fílmico y de la escritura, de donde el afamado guionista divide su personalidad entre el cine de autor y el comercial a través de dos personajes, dos gemelos interpretados con una impresionante solvencia, versatilidad y credibilidad por un tremendo e irreconocible Cage, el cual logra captar ambas extensiones de Kaufman. Cox, como de costumbre, tiene un fugaz pero clave personaje para el desarrollo del protagonista, y en donde recae una de las mejores explicaciones de guion sobre guion.
9 – Troy (Wolfgang Peters, 2004)
POR EL FETT
Dista de ser un producto de calidad narrativa, pero aludiendo a su espectacularidad, Petersen logra grandes y bellos momentos épicos, en un marco que si logra captar y evolucionar ciertos rasgos del cine épico – clásico de Hollywood. Petersen se luce no solo en las batallas campales o cuerpo a cuerpo (la de Pitt contra Bana es excelsa), sino también dentro del encausamiento actoral, que con todo y sus extravagantes tintes de cabello y maquillaje, logran la pasión y la solemnidad necesaria para crear buenos héroes y villanos, regalando a a Bean y a Pitt buenos papeles, pero principalmente ensalzando a un siempre preciso Peter O’Toole y a un Brian Cox con tremendo villano. Más allá de sus libertades narrativas, Troy es un gran entretenimiento fílmico
8 – The Boxer (Jim Sheridan, 1997)
POR EL FETT
Una crítica socio – política enfocada en las secuelas sociales e interpersonales de su víctima, un irlandés que tras 14 años de cárcel (debido a sus actividades con IRA), busca rehacer su vida con su ex novia y la apertura de un nuevo gimnasio. Tanto el narrador como su fetiche histriónico logran así el equilibrio de apreciaciones frente al complicado ambiente burocrático de Irlanda, sacando Lewis el mejor partido de esto con un rol asombroso e inolvidable. Pero no olvidemos a la pareja en cuestión, una despampanante Emily Watson que logra una química natural con Daniel, misma que los llevará a uno de los mejores desarrollos y finales en la historia del cine. Brian Cox interpreta con maestría al líder de IRA
7 – Rob Roy (Michael Caton-Jones, 1995)
POR EL FETT
Otra de esas grandes épicas históricas olvidadas por el tiempo, todo un clásico de la televisión noventera que resultó en su tiempo una verdadera cátedra de historia, entretenimiento, actuación y desarrollo narrativo de parte del desconocido director, que proveyó al relato del rebelde escocés varios momentos de alto suspenso y calidad dramática, sobre todo en ese clímax y gran pelea final, donde en verdad se cierne la amenaza del antagónico como pocas veces en el cine comercial se ha logrado. Si bien todo el mundo recuerda al hijo de puta de Tim Roth, no hay que olvidar que detrás de él hubo otro tétrico antagónico en la piel de Brian Cox, complementando un magnífico trabajo villanesco
6 – The Bourne Supremacy (Paul Greengrass, 2004)
POR EL FETT
Candidata a la mejor película de espionaje de todos los tiempos, el título mismo es irónico en muchos aspectos, el primero y más obvio, que estamos ante el tratamiento clímax del personaje, en donde Bourne, conociendo más allá de su identidad, nos lleva a un tenso torbellino de sus emociones e impulsos, que nos llevarán a una expiación en un final bellísimo para el género. Greengrass deja casi de lado el diálogo para infiltrarse en una poderosa dirección de acción y constante tensión, en lo que es básicamente una cacería humana y una lucha por la supervivencia. También tiene que ver mucho el villano y principal artífice de esta persecución, un villano sin escrúpulos típico de Brian Cox, pero no por eso menos magistral
5 – The Autopsy of Jane Doe (Andre Ovredal, 2016)
POR EL FETT
Uno de los más destacables ejercicios del cine de terror en los últimos años, que a pesar de que en su acto final se hace de ciertos trucos reciclados y predecibles, es en su impresión del misterio y en su realista incomodidad estética donde Ovredal y sus dos actores sorprenden con sobrada credibilidad. El cadáver se convierte en el símbolo del horror psicológico, tanto a nivel de diálogo como en una simbología siniestra, son las dos víctimas los que incitan al espectador a un constante cuestionamiento sobre el origen de “aquello”, que si bien se puede deducir con mucha previsibilidad, no deja de ser un relato muy fresco en torno al tópico de la brujas. Cox se encuentra magnífico, intentado ser el bastión de cordura frente a aquel tétrico suceso
4 – Succession (Tv)
POR IVANO
3 – X2 (Bryan Singer, 2003)
POR EL FETT
Una aventura altanamente entretenida y bien narrada, consecuencia de un previo rico en trasfondo y con un bagaje mayormente dramático. Singer denota una naturalidad opulenta en la continuidad psicológica de sus personajes sin abandonar de manera astuta la progresión político y gubernamental, en lo que ahora se tornará no solo en la exclusión definitiva de un grupo social discriminado por ser diferente y la respuesta de este ante una amenaza llamada exterminación, Este equilibrio entre la misma calidad dramática e histriónica y el emergente elemento de acción, es ensalzado por el que ha sido el mejor villano de la saga, un Brian Cox soberbio y detestable que se roba la película en cada una de sus escenas incluso frente a Stewart y McKellen.
2 – Manhunter (Michael Mann, 1986)
POR FLACO CACHUBI
Cinco años antes de que Jonathan Demme realizara su obra maestra El silencio de los inocentes, Red Dragon Productions dio en el clavo llevando al cine la novela Dragón Rojo de Thomas Harris de la mano del realizador Michael Mann. Esta primera versión protagonizada por William “CSI” Petersen y en donde por primera vez conocemos a Hannibal Lecter (aquí es Lektor) es notoriamente más oscura y realista que la filmada en 2002. A falta de un gran presupuesto, Mann le imprime tensión, suspenso y una buena dotación de intriga dando un giro dramático a la premisa del policía atormentado persiguiendo a asesino serial. Destacadas las actuaciones de Tom Noonan (más aterrador que Ralph Fiennes) y Brian Cox, éste como el doctor Hannibal.
1 – Hidden Agenda (Ken Loach, 1990)
POR EL FETT
El tema social en torno a IRA será el que con el tiempo le regale su primer máximo galardón, pero 16 años antes, recién salido del veto y dando el paso hacia la internacionalización, Ken Loach construiría un thriller tan sobrio como calculador, una pieza perfectamente escrita, actuada, dirigida y cuadrada, para contraatacar a su archienemiga, La Dama de Hierro, cuando dos abogados americanos descubran el maltrato a los prisioneros de la facción y varios documentos que incriminan por supuesto a la política de Tatcher. Uno de los más provocadores y mejores thrillers los 90, destacan por supuesto las interpretaciones de Frances McDormand y Brian Cox, que logran una gran química investigativa, sobria y sin ninguna indulgencia