Las 15 Mejores Películas de Edward G. Robinson
El 12 de diciembre de 1893, nace el actor estadounidense de origen rumano Edward G. Robinson o Edward Goldenberg Robinson, llegando a ser enormemente popular en los años 30 y 40 con una carrera de más de 90 películas en 50 años de profesión. Sin duda alguna uno de los mejores actores de carácter de su generación
De familia judía, durante su infancia Edward G. Robinson vivió en una comunidad Yiddish. En 1903, emigró a Nueva York con su familia, en donde consiguió una beca para entrar en la Academia Americana de Artes Dramáticas, donde transformaría su nombre por el de Edward G. Robinson.
La interpretación que le lanzaría a la fama a Edward G. Robinson sería la de Rico Bandello en “Little Caesar” de Mervyn LeRoy lo que le llevaría a ser el hombre duro de la década de los 30. Durante los años 40 participa en filmes como “Dr. Ehrlich’s Magic Bullet”.,” Perdición” (Double Indemnity, de Billy Wilder, “La mujer del cuadro” (The Woman in the Window) y Perversidad (Scarlet Street), de Fritz Lang y el clásico “Cayo Largo” (Key Largo) de John Huston la última de las cinco películas que haría con Humphrey Bogart.
Para Edward G. Robinson los años 50, fueron más bien complicados, debido a que fue acusado de comunista, prestándose a declarar ante el comité de la famosa caza de brujas en contra de algunos de sus compañeros lo que le traería muy graves consecuencias.
Para finales de los años 50 y principios de los 60 participa en películas como “Los diez mandamientos”, “Millonario de ilusiones” de Frank Capra al lado de Frank Sinatra y “The Cincinnati Kid” de Norman Jewison con Steve McQueen.Su última escena sería un suicidio en el clásico de culto de la ciencia ficción Cuando el destino nos alcance” (Soylent Green, 1973), de Richard Fleischer. Moriría dos meses después de haber rodado esta película y dos meses antes de que se le concediera un Óscar honorífico a su carrera.
A pesar de su grandeza actoral, Edward G. Robinson nunca llegó a ser candidato al Oscar por sus intervenciones, falleciendo el 26 de enero de 1973. Para recordar el nacimiento de tan célebre como inolvidable actor, una muestra de algunas de sus mejores películas.
15 – Mackenna’s Gold (Thompson, 1969)
POR EDGAR DEL VALLE
Un western del subgénero conocido como “Weird Western” (corriente que no progresó y que se caracteriza por ser una mezcla de película de vaqueros con un grado de ficción) en donde Gregory Peck y Omar Shariff, recrean a los antagónicos MacKenna y ‘Colorado”. La trama relata la búsqueda de un nutrido grupo de hombres y mujeres de una veta de oro en territorio indio, guiados por el sheriff MacKenna en compañía del bandido de apodo “Colorado”. Película que se convirtió en su momento en éxito de taquilla y posteriormente en cinta de culto. Como dato curioso, otra de las pocas cintas de esta corriente western es “El Topo” de Jodorowsky. Edward G. Robinson tiene un papel de reparto relevante.
14 – Sammy Going South (McKendrick, 1963)
POR EL FETT
En el ocaso de su carrera directiva y de vuelta a Reino Unido en donde se sentía más libre, Alexander Mackendrick lograría de nuevo mostrar su pericia y versatilidad en esta ocasión en el terreno del cine familiar y la aventura, al narrar la historia de un niño huérfano que en búsqueda de su tía, se topa con todos los peligros posibles en el paraje africano. Aunque ciertamente el cansancio del director se torna por momentos obvio, es gracias a su buena dirección de actores y secuencias (en donde de nuevo vuelve a mostrar y respetar las perspectivas de todos, en este caso del niño y del adulto), pero sobre todo a la inclusión de Edward G. Robinson, que este buen filme logra sobresalir.
13 – The Ten Commandments (Cecil B. DeMille, 1956)
Por El Fett
Por encima de todos los relatos sobre Jesús de Nazaret en el cine y la televisión y los otros basados del libro del cristianismo y catolicismo, sin duda la cinta protagonizada por Heston se erige como la epopeya bíblica más espectacular de la historia (Nota: Ben-Hur no está basada en la Biblia, sino que solo toma algunos aspectos de la misma), en mucha parte gracias a la producción, supervisión y dirección directa de DeMille. Independientemente de su naturaleza religiosa, sus casi 4 horas de duración son un compendio de aventura, fantasía y épica impresionante, también aderezado con las buenas actuaciones de su reparto, de entre las que resaltaba Edward G. Robinson como un capataz doble cara, cínico hijo de puta que se deja odiar durante toda la odisea israelita.
12 – The Whole Town’s Talking (John Ford, 1935)
Por El Fett
Pocos conoces a esta comedia policíaca y gansteril de John Ford, pero vale toda la pena debida a dos elementos: Edward G. Robinson y Edward G. Robinson, el primero como un hombe ejemplar y trabajador que es detenido constantemente por su parecido al jefe de la mafia de su ciudad, por lo que la policía le entrega un documento con el que avalará ser el, y no el criminal; el segundo como el gánster sin escrupulos y que su único objetivo será hacerse de dicha arma para aprovecharse de la sociedad y seguir cometiendo sus fechorías. Una comedia de situaciones muy origina y con mucho encanto, vale la pena ver a Ford en esta etapa de vena más cómica fuera de los toques humorísticos de sus legendarios westerns.
11 – The Sea Wolf (Michael Curtiz, 1941)
Por El Fett
Del experto directivo en las aventuras en altamar, Michael Curtiz, se desprende otro pedazo de gran tensión a bordo de la embarcación del Capitán “Wolf”, un tremendo hijo de puta que al salvar a un trío de fugitivos naufrágos, poco a poco estos darán cuenta que no son tripulantes, sino de nuevo prisioneros bajo el tiránico mandato del Capitán. Por supuesto que este gran villano es interpretado por Edward G. Robinson, en un papel hecho a su medida y de donde se desprende también una crítica social cuando ninguno de los personajes cuente con un perfil heróico, siendo seres oscuros y perseguidos que tratarán de sobrevivir a la maldad suprema. Curtiz, uno de los mejores directores en utilizar el entorno y el clímax para cristalizar la psique de sus personajes, rodea a esta aventura de una niebla constante que refleja la oscuridad de todas las almas a bordo
10 – All My Sons (Irving Reis, 1948)
Por El Fett
Reflejo de uno de los pecados quizá más constantes, pero mejor escondidos de la Segunda Guerra Mundial, donde cientos de empresarios sin escrúpulos vieron una oportunidad de enriquecerse a costa de las vidas humanas. Uno de ellos será interpretado de manera solemne por Edward G. Robinson, causando más de 20 muertes por la venta de un avión defectuoso y enfrentándose al juicio social cuando su hijo quiera contraer nupcias con la hija de aquel socio al que echó la culpa, viendo amenazado su secreto y libertad. La dirección de Reis es magnífica, en lo que se desarrolla como una montaña rusa de emoviones y confrontaciones coronados por la intensa actuación de Robinson. Por si esto fuera poco, la presencia de Burt Lancaster hace de este duelo padre – hijo una delicia dramática.
9 – Key Largo (John Huston, 1948)
Por El Fett
En el ocaso de la época dorada del cine noir, su propio padre (Huston) daba una última nota al cambiar ciertos arquetipos pero sobre todo entornos de su género, pero sin perder ni la esencia ni mucho menos sus elementos sensuales, criminales y visuales. Lo de Bogart y Bacall ya era una fórmula más que probada y efectiva, pero ojo con el antagónico de Robinson, un amenazante y sofisticado mafioso que tomará de rehén a todo un hotel durante una larga y simbólica tormenta. La combinación de suspenso con su cuadro romántico – dramático hacen que Huston construya una de sus más interesantes obras a nivel visual y actoral (en ocasiones carente de ritmo), mientras que Edward G. Robinson sentaba las bases para personajes como los de Joe Pesci
8 – Soylent Green (Rchard Fleischer, 1973)
Por Dr. Dark
Año 2022, la humanidad vive en la miseria gracias a una catástrofe ecológica. La única fuente de nutrición para la población son unas galletas llamadas “Soylent”.Recientemente llega al mercado una variante, “Soylent Green”, más nutritiva y de mejor sabor, supuestamente elaborada con plancton. El detective Thorn (Charlton Heston) investiga la muerte de un influyente miembro de las industrias Soylent, lo cual lo llevará a descubrir perturbadoras verdades sobre la manufactura de estos alimentos. Una historia sórdida, llena de desesperanza y escalofriantemente realista y cercana, combinación de ciencia ficción, thriller y ciertos elementos noir. Edward G. Robinson daría su última actuación, la cual sería tan emotiva como memorable dadas las circunstancias de su personaje.
7 – The Cincinnati Kid (Norman Jewison, 1965)
Por Edgar del Valle
Dirigida por el gran Norman Jewison, con la participación de Steve McQueen, Edward G. Robinson, Karl Malden, Tuesday Weld, Ann-Margret, Joan Blondell, Rip Torn, Jack Weston, Cab Calloway, Jeff Corey. Finales de los años treinta. Los mejores jugadores de póker compiten por el triunfo en Nueva Orleáns. Un joven jugador (McQueen) se incorpora al selecto grupo de tahúres que se proponen derrotar al rey (Robinson). En esta ocasión encontramos a McQueen, en una de sus mejores actuaciones, compitiendo con leyendas como Edward G. Robinson y Karl Malden. Edward G. Robinson se encuentra formidable como el rival a vencer, un erudito del póker que con su sola presencia en pantalla luce amenazante. El final es de antología.
6 – Double Indemnity (Billy Wilder, 1944)
Por El Fett
Si El Halcón Maltés fue pionera, a esta joya de Wilder se le deben varios de los elementos base (y que se mantienen al día de hoy) del noir. Una mayúscula obra maestra tanto en narrativa como estética, Wilder juega de mantera propositiva con el espectador al vincularlo con la historia y el crimen narrado por su propio culpable, un antihéroe que ve en su femme fatale la tentación definitiva para llevar a cabo un plan macabro que burlará al sistema policiaco y al corporativo, en esta ocasión centrado en una agencia de seguros en donde de manera magistral e juega a ser detectives. Stanwyck es tétrica y fría, pero sin duda son las presencias y carismas de MacMurray y Edward G. Robinson los que proveen a esta historia de un suspenso que te mantienen al borde del asiento
5 – Dr. Ehrlich’s Magic Bullet (William Dieterle, 1940)
Por Edgar del Valle
Historia del doctor Paul Ehrlich, premio nobel de medicina que descubrió el tratamiento contra la sífilis: el suero 606, que fue llamado así por ser éste el número de experimentos realizados hasta su descubrimiento. Drama biográfico en donde Edward G. Robinson da vida al destacado premio Nobel, algunos biógrafos mencionan que esta era una de las interpretaciones favoritas del actor, debido a que la familia del galeno quedó maravillada al ver al Dr. Erlich retratado de una manera tan sobria y apasionada al mismo tiempo. La película fue nominada al Oscar por mejor guion original, pero no así para el actor (una constante desgracia en su carrera), a pesar de ser considerada una de las mejores biopics de la historia
4 – The Stranger (Orson Welles, 1946)
Por Edgar del Valle
Dirigida y actuada por Orson Welles, en esta película Robinson protagoniza a un miembro de la comisión de crímenes de guerra que busca a uno de los cerebros del holocausto que ha borrado todo rastro de su identidad. La única pista que le queda es la fascinación del criminal nazi por los relojes antiguos. Otra impresionante actuación de Edward G. Robinson paralela al trabajo actoral de Wells, en un thriller muy disfrutable del juego del gato y el ratón. La película fue nominada al premio Oscar al mejor guion y al León de Oro del Festival de Venecia. Una de las cintas con mejores escenas y dirección de Welles, y que quedó un poco eclipsada en su currículo previo a La Dama de Shanghái y su Macbeth
3- Scarlet Street (Fritz Lang, 1945)
Por Edgar del Valle
Nuevamente se reúnen los talentos de Fritz Lang, Robinson y Bennette, en esta adaptación del cine negro. La historia versa sobre un cajero infelizmente casado, que cuenta con un gran talento para la pintura, el cual se enamora de una aventurera a la que hace creer que es un pintor exitoso, lo cual es aprovechado por ésta y su amante para explotarlo. La inicial candidez y bonhomía del personaje de Christopher Crosses magistralmente interpretado por Edward G. Robinson se va convirtiendo en un cambio radical de actitud que no demuestra su capacidad histriónica. Por cierto, como dato curioso este es un remake de la cinta francesa “The Bitch” de 1931, dirigida por el también grande Jean Renoir
2 – The Woman in the Window (Fritz Lang, 1944)
Por Edgar del Valle
En uno de los últimos clásicos de la etapa dorada del cine negro americano, dirigida por Fritz Lang en un género que dio sus mejores películas en los años 30. Edward G. Robinson da vida al profesor Wanley, quien se obsesiona con el retrato de una bella muchacha, que está expuesto en el escaparate contiguo al club que frecuenta en compañía de sus amigos y a la que conocerá de manera fortuita y con un desenlace inesperado. La química entre Robinson y Joan Bennette, permite que las actuaciones de ambos protagonistas sean en verdad sobresaliente, en lo que a larga no solo se posicionaría como una de las mejores películas del noir, sino también de la filmografía del prominente Lang.
1 – Little Caesar (Mervyn LeRoy, 1931)
Por Edgar del Valle
Película dirigida por Mervyn LeRoy, basada en adaptación de la historia de Al Caponen en la cual Edward G. Robinson protagoniza la vida de un criminal que termina siendo el Jefe de la más importante banda de mafiosos de la ciudad. La película está considerada como la primera de la época dorada del cine negro de gánsteres, que floreció en Estados Unidos en los años 30, y que sirvió para encumbrar a Robinson como uno de los mejores intérpretes del género, junto con Muni, Cagney y Bogart. Enrico Bandello es interpretado de manera poderosa y harto convincente por el soberbio y menudo actor de bandera que se mueve como pez en el agua en este tipo de argumentos. La película estuvo nominada al premio Oscar por el mejor guion cinematográfico.