Las 20 mejores composiciones musicales para el cine (3 de 3)

Seguimos con los primeros 6 lugares de este glorioso TOP, no sin antes, poner un merecido Bonus

Bonus Track. Jurassic Park (Jurassic Park, 1993) – John Williams

Es simplemente maravilloso el acompañamiento que hace el Maestro Williams a una obra que mas allá de sus impresionantes efectos, no significó ninguna pizca de calidad narrativa para Spielberg. Una hermosa melodía que nos transporta a una odisea hacia la peligrosa naturaleza que significa una visita a ese Parque Jurásico, equiparable a la misma emoción que causa ver a ese primer Tiranosaurio. Con tonos que añoran la infancia, Williams alcanza una magnificencia absoluta con varios clímax donde las trompetas se anteponen a todo el gran acompañamiento (Atención en los minutos 2:10 y 3:30), erizando los vellos y recordándonos que los dinosaurios antes de ser peligrosos, son bellos, muy bellos.

6. Superman (Superman, 1978) – John Williams

Wiliams le compone (como nadie nunca lo ha hecho) al superhéroe ¿Qué hace a esta pieza tan sublime?  En primer lugar la captura misma de la esencia del personaje, la cual con sus notas reproduce los valores y el heroísmo que lo identifican ¿la segunda? Ese viaje espacial inicial a Krypton, mientras una serie de créditos azules aparecen y se difuminan ante nosotros. Las notas musicales simplemente nos dicen “Superman”. Desgraciadamente los mejores títulos y los originales de 1978 no están disponibles, pero el arreglo en la segunda parte son muy decentes.

Ahora que si como su servidor, usted prefiere darse cuenta de la excelencia del héroe a través de la música y de la Boston Pops Orchestra, que mejor que el mismo creador para recalcar la maestría de su obra, pues el tema de Superman además de ser una combinación perfecta, es también lucimiento de cada instrumento que la conforma, pues el compositor a través del viaje sideral ha dado vital importancia y un espacio reservado a sus cuerdas (violín) y viento (trompeta y flauta) para ser protagonistas en el transcurso de su melodía ¡Bravo, maestro!

5. Ecstasy of Gold (The good, the bad and the ugly, 1966) – Ennio Morricone

Éxtasis, palabra exacta para describir, sin temor a equivocarme, la mejor pieza musical compuesta para un western. La mística obra mimetiza la antesala del clímax y el fin de la odisea por el oro en carne de un carismático feo (Elli Wallach). Las percusiones dan paso al piano, y el suspenso y el apuro por la encontrar la tumba de Stanton es inminente; el piano da el paso y se acompaña del oboe, reproduciendo la calma del ambiente y del logro por haber llegado por fin al destino; los tres prosiguen a  acompañar a la magnífica tenor y los violines, que antes del clímax, nos dicen que la esperanza y la próxima culminación del viaje están por llegar. La unión se da por fin y es imposible no sentir el mencionado éxtasis colarse por todos nuestros sentidos cinéfilos y musicales.

La secuencia de Sergio Leone es precisamente traducida, la ansiedad y el carisma de la cinta se transforman en notas musicales de la más alta estirpe y Morricone en este TOP, aún con esta joya, tiene algo más que decir al respecto de su genialidad y maestría artística. Les dejo al mismo Maestro en el concierto de Viena, para después seguir con la secuencia original

4. Gonna Fly Now / Going the distance (Rocky, 1976) – Bill Conti

Felicidad y nada más que alegría le pueden causar al cinéfilo escuchar la siguientes notas que, así como su contraparte visual, han sido relegadas y castigadas injustamente como algo populacho y de mediana calidad ¡Que ignorancia! Pues basta ver a la Korean Pops Orchestra interpretar la variación del famoso tema para darse cuenta de la maestría y genialidad de su manufactura. Las trompetas son parte de la cultura pop y la melodía de Bill Conti da paso con una colectividad de instrumentos grandilocuente y excelsa.

El cordial y más conocido tema, da paso  (minuto 1:40) a una variación de la misma banda sonora que debe ser considerada como una de las mejores obras de arte musical en el cine; la emoción es llevada al tope con el sonido de las cuerdas del violín, que son antecedidas por las percusiones y los sonidos del viento resaltantes del trombón para así alcanzar el arrebato de gratas y encontradas sensaciones y recuerdos para el minuto 2:23 ¡Magnifico! El tema se extiende a tonos más dramáticos, pero no menos geniales, para concluir de forma épica. Rocky, una película castigada por sus mismas secuelas, fórmula y su comercialidad, significa un producto infravalorado, de muy buena calidad solo equiparable a su fabuloso tema. Por favor, háganse el favor de regocijarse, para luego recordar la escena original de Going the distance

3. Clash of lightsabers (The Empire Strikes Back, 1980) – John Williams

Williams llega su pináculo no con algún otro tema principal (E.T., Indiana Jones, Memoirs of a Geisha, Munich o Harry Potter), sino con una pieza que funciona como el perfecto contexto musical del clímax del episodio más soberbio de la saga espacial, reproduciendo la misma esencia de la mitología y siendo el elemento que complementa y que se necesitaba para combinar la oscuridad, la aventura y la el momento épico y romántico del mismo relato.

Williams simplemente comprendió que ese era el mejor momento para mostrar su genialidad y su composición maestra, no habría otra oportunidad para lograr el clímax auditivo que requería la saga, que necesitaba compaginar el lado oscuro del padre y el enfrentamiento con el hijo con la acción y aventura avasallante de la oda espacial. Las chillantes cuerdas y las trompas sirven de base para el oscuro trombón y su tropa de trompetas, y la transición se da con naturalidad, las percusiones anuncian el escape de la ciudad de las nubes y son ellas mismas las que ensalzan la melodía hacia la derrota y exilio de la rebelión y de los héroes de la historia. Todo fanático de Star Wars y de la música misma debe alegrarse mientras ve las imágenes ausentes de efectos y solo con la obra de Williams. A esto le prosigue una versión auditiva remasterizada que deja en claro lo magistral de la pieza.

2. Gabriel’s Oboe / On Earth as it is in Heaven (The Mission, 1986) – Ennio Morricone

La pasión por el cine va del mano con el arte auditivo, y cuando este colectivo alcanza limites gloriosos y perpetuos, uno puede entender el porqué el arte puede expresar toda gama de emociones y sensaciones humanas. Morricone se encarga de ilustrárnoslo con el tema de The Mission, en la cual estas dos melodías unidas no pueden hacer más que embellecer el quehacer artístico en todos sus sentidos.

La evocación a la perfección y a la paz y tranquilidad, solo son algunas maneras de expresar cortamente lo que conllevan estas notas que dejan a uno plasmado, sin palabras, con ganas de trascender  y dar gracias sencillamente por el momento. El límite de calidad de un genio como este da como resultados una pieza legendaria, progresiva, que causa un impacto y colisión sensitiva a todo ente que se diga amante del arte. Me es imposible describir más esta obra con el temor de que mis palabras provoquen una profanidad e injusticia a lo perfecto, así que mejor, disfrutemos.

1.       Symphonic Suite: On the Waterfront (On the Waterfront, 1954) – Leonard Bernstein

Lo que al parecer puede ser lo más simple, es en ocasiones lo más perfecto y Bernstein, en aquel 1954, simplemente lo logró con esta Suite que consta de 5 partes (Andante, Presto barbaro, More flowing, Allegro non troppo y nuevamente Andante), de las cuales, es la primera (y la última con algunas variaciones) la que significa el tema más conocido de la extraordinaria cinta de Elia Kazan.

Es un verdadero festín, una oda y celebración a la comunión del cine con la música, un himno eterno que en sus notas evocadoras de la desesperación y depresión en los bajos mundos del hampa, también nos responden que siempre habrá una esperanza y revocación a consta de las acciones humanas. La obra de Bernstein es, finalmente, la pieza musical por excelencia del séptimo arte, que acompaña el relato de mafia y de sacrificio con tintes magistrales de de intensidad, progresiones musicales exquisitas e inclusive, el tan característico jazz de la época en su base sinfónica.

La amalgama de los vientos de su introducción no tiene comparación (trompa, flauta, trombón, trompeta y saxofón), así también como todo su desarrollo. Vale la pena prestar sus oídos algunos minutos a la perfección lectores, solo a la perfección.

Espero y hayan disfrutado de este paseo audiovisual, y si no lo han hecho, dense un paseo por la parte 1 y la parte 2 de este especial.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett