Las 20 Mejores Películas de Paul Newman
Como bien dice mi estimado Edgar del Valle, resulta imposible resumir a una joya actoral como lo fue Paul Newman en tan solo diez películas, ya que para abordar todo su talento y legado deberíamos hacer la menos un TOP 20 o hasta 30 de entre sus 57 películas (con otros 30 créditos en televisión), pero por cuestión de espacio, espero rendir el homenaje que merece a este astro actoral con esta decena.
Nacido un día como hoy de 1925, militar y licenciado en economía, Newman cumplió su servicio militar durante la Segunda Guerra en las bases de Okinawa y Guam, experiencia que le sirvió tiempo después para tomar una beca en el instituto de artes dramáticas y durante una década estudiar el método Stanislavski en el afamado Actor’s Studio.
Tras comenzar su carrera como actor sin mucha suerte y destinado a roles televisivos secundarios y/o terciarios desde 1949 y hasta 1955, la oportunidad fílmica le llegaría para 1956 al protagonizar de manera enérgica y sorpresiva la biopic del boxeador Rocky Graziano en Somebody Up There Likes Me, de Robert Wise. Inmediatamente Hollywood se desviviría ante aquel talento nato poseedor de una presencia, voz y galantería inigualables, pronto convirtiéndose en uno de los camaleones más elegantes y versátiles dentro de la industria: romance, aventura épica, western, drama, thrillers, Newman quizá sea el actor con el clímax artístico más pronunciado, extendiendo su reinado desde los 60 hasta principios del nuevo milenio, siempre con el mismo ímpetu, energía y nivel actoral que lo caracterizaba.
Actor, director, guionista, productor, automovilista y empresario, no cabe duda de que estamos ante uno de los más grandes e influeyetes histirones en la historia del cine. Ganador de 38 premios (de entre los que destaca 1 Oscar, 3 Globos de Oro, 1 Emmy, 1 BAFTA, 1 Oso de Plata y mejor actor en Cannes), recordemos al legendario Paul Newman con sus 20 Mejores Películas.
20 – Torn Curtain (Alfred Hitchcock, 1966)
POR EL FETT
Paul Newman sin duda fue uno de los grandes actores de todos los tiempos, tan grande y comprometido en todos sus papeles, que incluso aquí rebasaría al propio maestro del suspenso en una de las películas más desafortunadas del director, pero no por eso menos interesante debido a su contexto de intriga y espionaje en la Guerra Fría. Varios aspectos fueron determinantes para mandarla al fondo de lo hecho por Hitch (incluyendo hasta la corrida de James Bond en el colectivo popular), pero quizá el principal error sea el no tomarse en serio y dejar que la comedia accidentada absorba una trama de espías, llenándolo de diálogos y momentos absurdos ¿Lo mejor? Sin duda la presencia de Newman
19 – Absence of Malice (Sydney Pollack, 1981)
POR EL FETT
Aunque Pollack se engolosina con su crítica al poder de la prensa y los medios de comunicación (quiere hacer un Network pero termina haciendo de cierta manera el ridículo), de nuevo es la presencia de Paul Newman el que rescata la pretensión del director. Un mcguffin muy mal utilizado, elementos narrativos que van y vienen sin cierre y un desafortunado casting de Sally Field que parece nunca comprender su papel, de una manera aun tanto extraña la cinta logra salir avante por él, un vendedor de licor que solo pro ser el hijo de un conocido gánster, es inculpado por la prensa de ser el responsable de la desaparición y asesinato de un líder sindical. Aquí hay ausencia de dirección, pero Newman de sobra
18 – The Hudsucker Proxy (Hermanos Coen, 1994)
POR EL FETT
Sátira corporativa que desborda originalidad y una terrorífica y vigente realidad burocrática. Una de las piezas más ágiles de los Coen, su valor radica en recrear dos panoramas muy distintos entre sí, pero unidos bajo el mismo concepto del consumismo; dentro de la empresa, plantean una ambientación surrealista, jugando incluso con la ficción entre la corrupción capitalista (un caricaturizado pero soberbio Newman) y el sueño de un ingenuo nuevo inventor (Robbins), mientras que afuera, representan una sociedad tétricamente consumidora. Los resultados de esa combinación desembocan en una de las secuencias más hilarantes de su filmografía, develando el misterio de aquel maldito y misterioso círculo dibujado en un papel y que se presume como el invento del siglo.
17 – Nobody’s Fool (Benton, 1994)
POR EDGAR DEL VALLE
La cinta narra el día a día de lo más tradicional, compartiendo problemas laborales, recuerdos, conflictos familiares y reencuentros de un viejo trabajador de la construcción que sigue siendo tan encantador, adulador y rebelde como cuando era joven. Participan en la cinta actores como Paul Newman y Bruce Willis, con un guion que le permitió a Benton obtener una nominación a mejor guion adaptado en el Oscar, pero también reconocimiento de parte del Festival de Berlín a la labor de un gran Paul Newman, que capturó la esencia del personaje, al igual que la gran adaptación que hace Benton en lo que es una tragicomedia muy introspectiva sobre la necedad del madurar
16 – The Towering Inferno (John Guillermin, Irwin Allen, 1974)
POR EDGAR DEL VALLE
Protagonizada por Steve McQueen y Paul Newman (acompañados de un gran reparto), la película narra el rescate de unos asistentes a una fiesta por la inauguración del rascacielos más alto del mundo acaba de ser construido en San Francisco, que debido un fallo en la instalación eléctrica provoca un incendio a causa de la corrupción de uno de los constructores. Es del conocimiento público que McQueen siempre quiso emular en popularidad y trabajo actoral a Newman con quien compartió créditos en esta película, pero está visto que nunca lo pudo lograr. Nuevamente un éxito comercial y de crítica para una cinta protagonizada por el actor, nominada a ocho premios Oscar y ganadora de tres, además de otros premios cinematográficos.
15 – Harper (Jack Smight, 1966)
POR EL FETT
Un thriller policíaco con toque de noir, el malogrado cineasta, Jack Smight, logra su “one hit wonder” al reincorporar muchos elementos clásicos del cine negro de los 40, a una trama que brilla entre algunos buenos giros de tuerca y una dirección que despliega tensión frente a un caso simple que poco a poco se va tornando más complicado y misterioso. Por supuesto mucha ayuda recibe la dirección del carisma de Newman, que como detective privado despliega su característico cinismo dentro de una historia donde parece todos querer esconder algo. Un guion muy astuto y fresco para el género, resalta la aparición de Bacall, un símbolo presencial de lo que irónica o propositivamente, se asemeja mucho a las cintas protagonizadas por ella y su Bogart
14 – Hud (Martin Ritt, 1963)
POR EL FETT
Una muestra de cine socialmente comprometido por parte del director Martin Ritt, que deja ver el idealismo en contra de un sistema capitalista que propone un choque de intereses. Otra colaboración entre este director y el actor Paul Newman, con quien trabajó en cintas como “Hombre”, “Un largo y cálido verano” y “París de noche”. Ritt, hombre de un virtuosismo y de una sensibilidad a toda prueba, se ha servido de sus habituales colaboradores, Irving Ravetch y Harriet Frank Jr., para dejar plasmada una historia profundamente humana; un drama sureño con ciertos toques de western que deja en claro la sensibilidad y gran conexión actoral que mantenía hacía con sus actores, en especial con un impresionante Newman.
13 – Sweet Bird of Youth (Richard Brooks, 1963)
POR EDGAR DEL VALLE
Nuevamente en un drama de Tennese Williams, y teniendo como base histriónica a una Geraldine Page (que ya había interpretado este mismo papel en la versión teatral), la historia va de una actriz madura que vive una relación con un hombre más joven (Paul Newman), y que se convierte en su amante. Una verdadera obra clásica del cine y sin duda uno de los mejores y más intensos dramas en la historia, que dotó a la actriz su tercera nominación al premio Oscar. Cabe destacar la química con un creciente Paul Newman, que por esos tiempos se encontraba también en plena construcción de sus dotes a la orden de relatos dramáticos y sureños de esta índole. La fuerza de las actuaciones es el secreto para escapar del melodrama
12 – Exodus (Otto Preminger, 1960)
POR EL FETT
Una de esas superproducciones que, en su objetivo por ser “tan épicas”, resultaron un poco cansinas, pero que ciertos detalles la sostienen aún con el mote de imperdible y espectacular: el primero de ellos, el reparto, de donde destaca un aún naciente Newman en un papel que denota su capacidad para la aventura y el romance, este último con una química que escurre ternura con la también fastuosa (pero siempre infravalorada) Eva Marie Saint; el segundo, su tema ganador del Oscar para Ernest Gold, grandiosa pieza que destaca como uno de los grandes composiciones del séptimo arte (de verdad que esos 200 minutos valen solo la pena por esa majestuosidad). Valdría la pena rescatarla, sobre todo por su tema en torno a la creación del estado de Israel.
11 – Slap Shot (George Roy Hill, 1977)
POR EDGAR DEL VALLE
Una película incomprendida del director George Roy Hill, teniendo como protagonista nuevamente a su fetiche, Paul Newman, como un veterano jugador que entrena a un equipo de hockey sobre hielo que decide aplicar las peores tácticas, con tal de elevar la popularidad de su equipo, perdiendo todo sentido de equidad y usando la violencia como arma principal para la victoria. Una estupenda comedia negra, muy disfrutable. y que es considerada por algunos como una de las mejores cintas deportivas de todos los tiempos. La actuación de Paul Newman, como es de costumbre, es de primer nivel, en lo que denota una química madura entre director – actor, forjada desde los dos títulos anteriores (y de los primeros del ranking).
10 – Hombre (Martin Ritt, 1967)
POR EL FETT
El pasar de Newman por el western no es menor, siendo una de las figuras más destacables dentro del género americano como complemento y resistencia del espagueti italiano de Leone y el surgir de Eastwood. Si bien faltarían dos años para que su andar por el rubro diera su fruto más destacado, en este soberbio drama sobre el salvaje oeste, Newman ejecuta a la perfección la metáfora social y crítica hacía el clasismo y eterno racismo de los pueblos americanos desde aquella época, dignificando al nativo y ejerciendo como una especie de vengador hacía el giro de su trama. Con referencias al cine de Ford, pero denotando una evolución narrativa con mayor registro dramático, estamos hablando de uno de los western más olvidados de la historia
9 – The Long, Hot Summer (Martin Ritt, 1958)
POR EL FETT
La película que separó al novato de la leyenda, al joven enérgico de la leyenda dramática, sin duda se dió bajo el apadrinamiento de Ritt, y donde Newman no solo conoció como establecerse como un actor de método, sino también de donde tomó su estilo directivo en una faceta que se originaría 10 años después. Basado en los relatos de William Faulkner, este drama sureño expone un reparto y personajes repletos de profundidad, de nuevo destacándose Newman por encima de figuras como Lansbury y Orson Welles. Así pues, no solo se haría del premio como mejor actor en el Festival de Cannes, sino también del amor de su vida, al casarse un año después con su co estrella (y musa) Joanne Woodward, romance que duraría hasta la muerte de Newman en 2008
8 – Cat on the Hot Tin Roof (Richard Brooks, 1958)
POR EL FETT
Ese verano del 58 significó para Newman su confirmación como un alumno aventajado del método, compartiendo en el mismo año dos dramas sureños y de orígenes literarios o teatrales, como este es el caso. A la fecha me parece uno de los ejemplos más evidentes del natural talento de Newman al verse el demás reparto totalmente rebasado por su espontaneidad y credibilidad dramática ¡incluso con Taylor! La cual a pesar de sostener una química candente y explosiva, se ve rebasada por el que también es uno delos manifiestos más enérgicos sobre el alcoholismo – obra de Paul. Si bien la cinta en general denota algunas deficiencias en su ritmo y dirección (por el momento se siente más teatro que cine), las actuaciones están que arden
7 – The Sting (George Roy Hill, 1973)
POR EL FETT
El jamón del sándwich entre los dos Padrino de Coppola en los Oscar, fue este divertidísimo y original thriller gansteril que confirmó en una segunda corrida a una de las parejas y/o mancuernas histriónicas más entrañables en la historia: Newman- Redford; el primero siendo aquí una especie de sinodal criminal que junto con un paria timador, buscarán vengar la muerte de uno de sus colégas al ingeniarse una estafa maestra en torno al mundo de las apuestas clandestinas. Una joya de dos géneros, comedia y el corte mafioso, la química entre estos dos es tan evidente que incluso hay pasajes en donde se puede hasta vislumbrar un halo de improvisación, suficiente para que Roy Hill solo tenga que preocuparse por establecer un excelente ritmo
6 – The Verdict (Sidney Lumet, 1982)
POR EL FETT
Esta historia de redención alrededor de un abogado sumergido en la vergüenza laboral y en el vicio del alcohol (ingrediente que era parte de muchos de los personajes de Newman), no solo significó una de las mejores actuaciones de Newman, sino también una de los más grandes ejemplos narrativos sobre los tribunales. La naturalidad en sus actuaciones y en su desarrollo convierten a este drama en una cinta accesible a todos los gustos; desde la cátedra interpretativa de Newman, al guion y los soberbios diálogos de Mamet, Lumet cuenta con las armas adecuadas para adentrarse a un progresivo y emocional discurso burocrático que ve en el personaje de Frank Galvin, a uno de los héroes americanos delos 80 por excelencia.
5 – Cool Hand Luke (Stuart Rosenberg, 1967)
POR EL FETT
Uno de los dramas carcelarios por excelencia, en donde Newman regala un “tour de forcé” tan impresionante como trágico. A pesar del tono edulcorante alrededor de ciertos personajes, y que su director promueve para equilibrar el sentido pesimista de la cinta, la actuación de Newman siempre mantiene una misteriosa y sórdida personalidad alrededor de su antihéroe, el cual será el vehículo de transición para todos los demás personajes alrededor de él. Mientras Newman dice más con silencios y con esa fría pero triste mirada, los diálogos y las situaciones de su entorno crean un entorno de alta tensión y falsa esperanza en esta imposible odisea de escape, que se verá coronada por un trágico, pero gran final
4 – Butch Cassidy and the Sundance Kid (George Roy Hill, 1969)
POR EL FETT
Sin lugar a duda la mejor tragicomedia del género gracias a la picardía y química de sus dos maravillosos protagonistas y la perspicacia de su director en el permiso que otorga su inicial leyenda: “Casi todo lo que se narra aquí es verdadero”. Roy Hill construye una cinta centrada en su par de antihéroes en lo que en esencia es un relato de supervivencia y fin de época, que va desde los Estados Unidos hasta Bolivia. El comedy relief no solo se da gracias a una serie diálogos extraordinarios, sino también a su atípico ritmo engalanado con una tripleta de pistas musicales que innovaron la estructura en la narración del western para su tiempo. Todos ya sabemos cómo acabará esto, pero aun así sigue siendo gratificante y encantadoramente trágico seguirlo viendo.
3 – The Hustler (Robert Rossen, 1961)
POR EL FETT
No lo sé, quizá debería estar en el lugar uno al ser una superior cinta, pero la emancipación de su personaje en este crudo relato de degradación son tan fastuosamente abordados, que 15 años después le hicieron la chamba tanto a Scorsese como a Newman (ya todos saben el cómo y con qué). Uno de los dramas deportivos por excelencia, tras su actividad “sureña” con Ritt, Newman ejerce un poder histriónico poco antes visto al impregnarse con el ego, inseguridades y autodestrucción del prodigio del billar Eddie Felson, solo que esta vez en armonía y surtiendo un mismo y gran nivel histriónico con todos los de su reparto, tarea que el director Rossen edifica de manera soberbia. Como ya lo dije, Rossen le hizo 80% de la película a Scorsese.
2 – Road to Perdition (Sam Mendes, 2002)
POR EL FETT
Qué manera de despedirse (aunque su último crédito sería como voz en Cars de Pixar), como una verdadera deidad de la actuación. Newman debió ganar todos los premios aquel año con su notoria y compleja actuación de reparto, regalando uno de los villanos más entrañables, conmovedores (pero también en un segundo plano, sanguinarios) en al menos dentro del cine de corte gansteril. La conexión emocional con Tom Hanks es fastuosa, logrando que esa última y catedrática secuencia tome un significad superior y se posicione a la par como una de los más bellos momentos visuales, narrativos y actorales del séptimo arte. Si no han apreciado esta cinta como se debe, les sugiero hacerlo una, dos, tres y cuantas veces deban y merezca.
1 – The Color of Money (Martin Scorsese, 1986)
POR EL FETT
¡Vamos! Una de las menores películas de Scorsese es también en términos generales quizá la más débil de las 11 en este ranking, pero como se trata de calificar mejores actuaciones en mejores películas, la evolución del campeón del billar, es poco más que brillante y merecedora del Oscar. Un drama de tintes deportivos, de estafadores y de traición fraternal, ese joven Cruise funge como el perfecto socio actoral de Newman, pareciendo que incluso la enseñanza dentro del argumento se traslada hacía su registro o método actoral, haciendo una loable reproducción del carisma y la desfachatez de aquel más joven Newman en la que sería la original The Hustler (1961). Aquí ya siendo el guía y sinodal, Newman exhibe todo su carisma, madurez, naturalidad y excesos de manera absorbente