Las 20 Mejores Películas sobre Alcoholismo
El alcohol ha sido un elemento inerte dentro de la historia humana. Desde los relatos bíblicos hasta la cultura pop, esta droga socialmente aceptada ha sido patrocinadora y protagonista de algunos de los mejores recuerdos de nuestra vida, acompañante e invitado imperativo en cada evento social. Sin embargo, también dentro de su forma “en exceso”, el alcohol ha sido un símbolo de autodestrucción, muerte, tragedia y por ende en algunos casos también de cambio y/o redención.
En cuestión al cine, mientras el alcohol se mantenga como un elemento de producción, este quizá sea uno de los actores más solicitados a través de la historia, pues basta con recordar tu(s) película(s) favorita(s) y encontrar en tu mente alguna escena con el personaje bebiendo cualquier elixir que el director o la historia convenga; pero en su parte “malvada”, de vicio y/o de exceso, este ha sido a través de la adicción uno de los villanos y protagonistas más viles en la historia, encaminando algunos de los dramas más desgarradores dentro del séptimo arte, y en muchas ocasiones, construyendo clásicos multi galardonados de manera internacional.
Por favor, hoy es fin de semana, así que no se pongan tan “pedotes” y tomen el alcohol solo como lo que es, un sencillo complemento para tu vida social, chispa y carisma personal. Ahora, si eres un alcohólico empedernido y sin remedio, también valdría la pena echarle una revisada a estas grandes películas, y así ver un ejemplo de lo que te podría pasar si sigues tomando como si no existiera un mañana
Bonus – The Hangover (Todd Phillips, 2009)
POR EL FETT
En su momento se convirtió en todo un referente generacional y de la comedia gringa, The Hangover muestra de manera “divertida” las consecuencias del alcohol combinadas con alguno que otro estupefaciente, encausando así una odisea de recordación por parte de los inmiscuidos, que tendrán que seguir sus propias huellas para encontrar a su amigo perdido. Aunque las dos secuelas no ayudaron mucho a su posicionamiento, el humor incorrecto y sus referencias hicieron que la primera parte tomara su lugar como uno de los clásicos del género en la contemporaneidad, en mucha parte gracias a un par de hilarantes situaciones y a la química de entre sus inmiscuidos, un grupo de adultos idiotas tan dispares como unidos
Bonus – Filth (Jon S. Bird, 2013)
POR EL FETT
Infravalorada comedia negra de crímenes, drogas, sexo y alcohol, protagonizada por el encasillado James McAvoy, que aquí interpreta a un detective “repulsivo”, que intentará resolver un caso para conseguirse así mismo una promoción dentro de su departamento. El alcohol es el ingrediente principal del filme y el que corre por las venas de este sucio policía, lo que logra de manera loable exaltar visualmente su director, pues en cada cuadro de la travesía tanto el aspecto personal como el entorno lucen “repugnantes”, fieles y acordes a la auto destrucción de su personaje y la histeria creciente que se forma en torno al caso, resultado también de su estado etílico. Una excelente cinta que merece una segunda revisión (o su descubrimiento).
20 – Crazy Heart (Scott Cooper, 2009)
POR EL FETT
Jeff conseguiría el tan anhelado reconocimiento de su industria con un papel que le permitió sacudirse una seguidilla de intermitencias durante la primera década del milenio. Teniendo también a una Maggie Gyllenhaal en plan grande, el veterano encausa un papel desgarrador en esta especie de “A Star is Born” redentora (y sin aprendiz de por medio). Es de notarse la compenetración dramática en este espiral de auto destrucción, denotando fuertes emociones, frustraciones e impotencia frente a un duro relato sobre alcoholismo. Un justo Oscar, pero también un papel que le permitió explotar todo su potencial y de nuevo tener un tercer aire dentro de su carrera (y que sigue vigente).
19 – Don’t Worry He Won’t Get Far on Foot (Gus Van Sant, 2018)
POR EL FETT
Tal vez la cinta menos conocida y/o ignorada de Van Sant, con la cual logra un equilibrio casi perfecto entre la tragedia y la redención gracias a la colocación de un ser marginal a la triple potencia. Van Sant y Phoenix no solo nos harán partícipes de una espiral emocional sin retorno (donde la empatía se logra a partir de la redención y no de la tragedia, pues es a partir de esta, donde la negación y la culpa se apoderan de un ente desdeñable y en proceso de transformación), sino también de una actuación física por demás conveniente y hasta ese momento inhóspita para Phoenix. La tragedia se convertirá en esperanza y el odioso alcohólico en un icono de fortaleza encantador.
18 – Barfly (Barbet Schroeder, 1987)
POR EL CINE ACTUARIO
En una especie de experimento algo peculiar o en consecuencia de un ego tan grande, Charles Bukowski escribe a manera de catarsis un semi biografía de su vida combinando el estilo romántico pero a la vez sucio de la obra, detalle que se nota en la parte visual de la cinta. El alter ego de Bukowski (Henry Chinaski) es interpretado por Mickey Rourke, quien es el corazón de la cinta y resalta porque a pesar de encarnar a una de las personalidades más extravagantes de la literatura, no se achica y libra el reto. Destacar también la presencia de Faye Dunaway, con la cual Rourke construyó quizá la mejor química actoral de su carrera (los diálogos entre estos son un deleite)
17 – Wake on Fright (Ted Kotcheff,1971)
POR EL CINE ACTUARIO
Nominada a la Palma de Oro en Cannes en 1971, este thriller psicológico acerca de un profesor culto de clase media llamado John, que al llegar a un pueblo de mineros casi desértico comienza a sacar su lado oscuro, se convierte en una especie de película de horror dónde a pesar de que nuestro personaje no es obligado a autodestruirse, este ambiente tiene una aurea atrapante que hará que el viaje de nuestro protagonista se vuelve un auto descubrimiento hasta sus propios infiernos. Con un humor crudo, y una excelente actuación de Gary Bond , Wake on Fright es una cinta de culto que terminó por definir lo que sería el cine australiano: arriesgado, por momentos polémico, pero atrapante
16 – Long Day’s Journey Into Night (Sidney Lumet, 1962)
POR EL FETT
Melodrama sobre la decadencia humana y quizá uno de los testimonios fílmicos más crudos sobre el resquebrajamiento familiar a partir de varios vicios y problemas emocionales, Lumet quizá haya establecido con esta otra adaptación teatral uno de las principales influencias narrativas para varios de los filmes sobre la caída familiar o juvenil de los 90, llevando de nuevo a Katharine a tragarse por completo la pantalla como una madre de comportamientos psiquiátricos y adicta a la morfina, que junto con la depresión del padre, son los principales motivos de la ruina de esta trágica familia. Si bien nuevamente Lumet no puede evitar cierta teatralidad, la explosiva interpretación de Katharine justifica el premio a la mejor actriz en Cannes, asegurando también el nivel necesario para que sus contrapartes masculinas también lo consiguieran
15 – Flight (Robert Zemeckis, 2012)
Tras 12 años de inconsistencias y bonitos pero vacíos experimentos animados, Flight significó el rescate de un naufrago que para ese tiempo se veía casi imposible de salvar. Si cortamos el cliché americano que hacen que la película en ocasiones se asemeje a un documental sobre auto ayuda, quizá estaríamos ante un mejor drama que Cast Away, sin embargo, la secuencia inicial dio ese esbozo narrativo que pensábamos perdido, encausando un relato catártico sobre degradación humana en donde Denzel saca el mejor partido, funcionando mejor y a la par de con Zemeckis cuando la historia se aleja de lo moralino para recrear la cruda realidad del alcoholismo. Una buena cinta que marcó su retorno y nuevo encausamiento dramático, uno más “real” y alejado de toda comicidad.
14 – A Star is Born (George Cukor, 1954)
POR EDGAR DEL VALLE
Protagonizada por Garland y Mason. Basada en una película del mismo Cukor que fue conocida por el nombre “Hollywood al desnudo”, y remake de la película de 1937 del mismo nombre. De interpretaciones soberbias, Mason da vida a un actor en decadencia debida a problemas de alcoholismo, que apoya la incipiente carrera de una joven actriz, con la que además sostiene una relación amorosa. Una de las mejores actuaciones del actor, que le mereció ganar el Globo y una nominación al Oscar, un efecto secundario en la carrera de Cukor que se sacudía ese mote de “director de actrices” (aunque Garland está igual de descomunal). Mención aparte para sus posteriores remakes, que de alguna u otra manera mantuvieron la decencia narrativa de este relato.
13 – El Ángel Borracho (Akira Kurosawa, 1948)
POR EL FETT
Posterior a su etapa experimental, el primer género con el que Akira Kurosawa comenzaría su gran obra y carrera sería con el noir. Aunque la primera de las grandes denota ciertos errores en montaje y continuidad, tanto el aspecto histriónico como el contacto con un Japón arrabal, sumido en la suciedad, el vicio y el crimen, son elementos que proyectan con elegancia un relato tan emotivo como complejo en su estructura humanista. Fiel a su estilo desde esta temprana etapa, los elementos occidentales son matizados y de nuevo transfigurados a la sociedad nipona, en este caso al mundo de la mafia yakuza. Aquí es donde también se comenzará a forjar una dupla actoral legendaria y con gran química, la de Toshiro Mifune y Takashi Shmuira, ambos socios que lo acompañarán en su odisea fílmica
12 – Druk (Thomas Vinterberg, 2020)
POR EL FETT
Una rica exploración a la soledad y a la amistad, Vinterberg abandona su conocido tono trágico (esto consecuencia de la trágica muerte de su hija, a quién le dedicaría su Oscar en el discurso más emotivo de la pasada ceremonia) para abordar un tema por demás interesante y analíticamente bien justificado en torno al alcohol y a sus efectos – consecuencias sociales – laborales y emocionales. Es de notarse la progresión dramática de los hechos tal y como se tratase de una buena borrachera salida de un problema personal, pasando narrativamente por todos los estados que el consumo de dicho elixir suele disparar. Su liberador final quizá se contraponga con su estilo, pero no deja de ser tan alentador como emocionante.
11 – Leaving Las Vegas (Mike Figgis, 1995)
POR EL FETT
De manera unánime, la cruda degradación del alcoholismo retratada por Nicolas Cage es tan asombrosa que sin temor a exagerar pudiéramos estar ante una de las más grandes actuaciones masculinas ¡de la historia! El Oscar, el Globo y el Festival de San Sebastián estuvieron de acuerdo, pero la realidad es que cualquier premio se queda corto ante tan poderosa y empática interpretación. Los motivos de su personaje son difusos, pero el gran acierto de Figgis es agregar a la narrativa una especie de “falso documental”, característica que de manera inmediata dotan de una conexión y veracidad al relato fuera de lo común, haciendo que la audiencia se centre en la degradación y su inminente final. Me pongo de pie Nicolas y te perdono todos tus bodrios por esta actuación.
10 – Harvey (Henry Koster, 1950)
POR EL FETT
Harvey no es un simple amigo imaginario, sino un pooka, una antigua criatura de la mitología griega que ha adoptado la forma de un conejo gigante amable, bonachón y amante de los cocteles, que acompaña a todos lados al querido Elwood (Stewart), al cual su familia ha decidido recluir en un psiquiátrico al notar que la relación con su amigo se ha incrementado. El problema es que Harvey quizá sea más real que todo el mundo que rodea a Elwood. Cautivadora, esta tragicomedia de momentos maravillosos y toques surrealistas se convierte en un análisis social de gran complejidad e inocencia, cuando el pooka de alguna manera se relacione con todo el entorno del supuestamente afectado protagonista, un Jimmy en el papel más tierno de su carrera, y donde con maestría realiza una química extravagante y soberbia con algo que no parece existir ¿o sí?
9 – Sideways (2004)
POR CLEMENTINE
Dos amigos cuarentones y litros de vino tinto; el primero de ellos, un escritor fracasado y con un duelo inconcluso; el segundo un mujeriego actor venido a menos a una semana de sentar cabeza y casarse; deciden juntos emprender un viaje por los viñedos del norte de California. Entre copa y copa se van viendo envueltos en una serie de contratiempos que los hará poner a prueba su amistad. Una pareja de amigos de lo más dispar, que a lo largo de su aventura descubren que además de su amistad tienen en común una serie de ambiciones de juventud fallidas y un profundo temor a la soledad. Aclamado film de 2004 de Payne, quien también es responsable del guion, cuenta con un estupendo reparto y tuvo una buena campaña de premios aquel año.
8 – Whos Afraid of Virginia Woolf? (Mike Nichols, 1966)
POR EL FETT
Brutalidad absoluta y uno de los mejores retratos anti relacionales enfundados en la historia de cómo una pareja alcohólica comienza a destruirse usando de por medio a unos pobres diablos recién estrenados en el aspecto matrimonial. La piedra angular de este hermoso desastre es sin duda Elizabeth Taylor, la cual regala su mejor actuación destruyendo la pantalla con su intensidad y química que forja con su esposo, Richard Burton, el cual sobrevive a una tóxica hembra. Lo mágico es que estamos hablando del debut de Nichols (y sin ningún previo ejercicio), denotando las cualidades del cineasta suscritas mayormente a su excelsa dirección de actores y su respeto por la comunión entre los lenguajes cinematográficos y teatrales. Un clásico de culto
7 – Cat on a Hot Tin Roof (Richard Brooks, 1958)
POR EDGAR DEL VALLE
Adaptación de la obra de Tennesse Williams, esta cinta se convirtió en su momento en uno de los grandes clásicos dramáticos sureños. Si bien la cinta en general denota algunas deficiencias en su ritmo y dirección (por el momento se siente más teatro que cine), las actuaciones literalmente “están que arden”, siendo uno de los ejemplos más evidentes del natural talento de Taylor junto a un excepcional Newman. Logrando una química candente y espontánea, la actriz en el papel de Maggie Pollitt, le permitió una candidatura del premio Oscar como mejor por actriz como la esposa de un hombre derrotado próximo a recibir una herencia. Durante la filmación, Taylor sufrió la pérdida de quien en ese momento era su marido, el productor Mike Todd-
6 – Manchester by the Sea (Lonergan, 2016)
POR EL FETT
La punta de este profundo iceberg es Casey Affleck, el cual confirmaría su inconmensurable talento al proyectar esa faceta de duelo o hielo que por momentos solo se ve por encima del agua. Sin embargo la gran revolución narrativa – dramatica viene de la profundidad con la que el guionista y director aborda dicha pérdida y la capacidad con la que se la comunica al espectador por medio de Affleck. Lonergan expone a su protagónico sumido en una armadura mental frente a una crisis existencial, sin embargo conforme progresan dichos hechos y condiciones, los secretos, traumas, y recuerdos van saliendo a flote gracias a lo que también es un soberbio montaje y una prodigiosa actuación que debe ser considerada como una de las mejores de los últimos 21 años.
5 – The Verdict (Sidney Lumet, 1982)
POR EL FETT
Esta historia de redención alrededor de un abogado sumergido en la vergüenza laboral y en el vicio del alcohol, no solo significó una de las mejores actuaciones de Paul Newman, sino también uno de los más grandes ejemplos narrativos sobre los tribunales en el celuloide. La naturalidad en sus actuaciones y en su desarrollo convierten a este drama en una cinta accesible y alrevesada con respecto a su deshumanización, surtiendo un intenso efecto emocional en la catedra interpretativa de Newman, en mucha parte también gracias al guion y los soberbios diálogos de David Mamet. Lumet cuenta con las armas adecuadas para adentrarse así a uno de los mejores clímax de la historia, que ve en el personaje de Frank Galvin a uno de los antihéroes americanos por excelencia.
4 – Dumbo (Sam Armstrong, Norman Ferguson, Wilfred Jackson, Jack Kinney, Bill Roberts, Ben Sharpsteen, 1941)
POR EL FETT
De alto contenido social incrustado con analogías y metáforas que refieren al racismo, al sistema laboral, el alcoholismo, la pérdida matriarcal y finalmente a la discapacidad, esta revolucionaria joya animada se ha encargado de traumatizar y enamorar a cuatro generaciones desde su estreno en 1941, una contrariedad tan efectiva como emocional y esbozo histórico de un Disney surrealista y escabroso, testigo de un estudio experimental que jugaba con simbolismos de alta complejidad acordes a un tiempo violento, de guerra y de supervivencia del arte. Dumbo es el principio de la estabilidad, del cautivante musical y del trauma paternofilial en el mágico mundo de Disney.
3 – Days of Wine and Roses (Blake Edwards, 1962)
POR EL FETT
Feroz y crudo drama sobre el alcoholismo y la autodestrucción que exprimieron a Jack Lemmon y a Lee Remick hasta la última gota de talento para interpretar a dos amantes arrebatados por el vicio y la obsesión. He aquí el testigo fílmico de que Blake Edwards sabía sobrellevar esa honestidad cómica también a planos dramáticos realistas y brutales; su dirección y química hacía con sus actores fijaron un clásico de poca recordación que quedará como precedente de otras películas similares tales como Leaving Las Vegas. El visionado no es fácil, y menos para alguien con problemas de bebida o bien para los que hayan convivido cercano a estas, incluso llegando a convertirse en una cierta terapia de shock. De nueva cuenta, Henry Mancini se llevaría el Oscar
2 – La Leyenda del Santo Bebedor (La leggenda del santo bevitore, Ermanno Olmi, 1988)
POR EL FETT
Preciosa adaptación que recrea de manera perfecta la devastación del alcoholismo. De un silencio cómplice en dicha degradación, el metraje transcurre de una manera solemne entre su drama y espiritualidad, tocando puntos incluso de comicidad accidental en una odisea trágica y de narración perfecta, y que con el paso del tiempo, se ha quedado varada en un injusto olvido. Una joya que merece ser revisitada y enmarcada como una de las mejores piezas del cine italiano, el acompañamiento y la conexión que logra Olmi hacía con el espectador hace que su natural tensión se viva en cada minuto. Por otro lado, Hauer muestra el clímax de su talento con un personaje tan entrañable como desgarrador, siendo quizá el protagonista de la muerte más hermosa en el cine.
1 – The Lost Weekend (Billy Wilder, 1945)
POR EL FETT
Un estudio psicológico y una odisea de deconstrucción humana verdaderamente impactante y adelantada a su época, Wilder consigue un grado de realismo dramático ajeno y hasta extraño para un Hollywood naciente, donde proliferaban los riesgos (y por ende las joyas). Wilder y Ray Milland entregan uno de los relatos más honestos y brutales sobre el alcoholismo, y de cómo este puede destruir todo a su paso tal y como lo desarrolla esta avalancha de emociones sin concesiones moralistas. Como curiosidad, la cinta se llevaría también el Gran Premio de Cannes (después Palma de Oro) en una ceremonia que incluyó tras la Guerra a otras 10 ganadoras, estrictamente siendo una de las 3 en la historia en lograr Oscar – Cannes (Marty y Parasite fueron las siguientes).