Las 35 Mejores Películas sobre Emprendimiento y Marketing
Ser tu propio jefe y emprender un negocio propio jamás será una tarea fácil; de entrada el levantarte, darte a conocer, generar confianza entre el mercado y los clientes será un reto difícil que podría dejarte algunas meses sin ganancias; añade la parte administrativa, el cobro de impuestos (Hola SAT, te amamos), los permisos para operar (Hola SEDECO), el buscar un espacio físico o virtual, entre muchas otras viscitudes que te harán preguntarte sino no es “menos pesado” emplearte.
Es por eso que ser un empresario es prácticamente un aventura de película, que merecía su propio top, así que para fortalecer tu “mentalidad de tiburón“ y celebrar el día de la Mercadotecnia, te dejamos las mejores películas de emprendimiento y Marketing para que despiertes al Arturo Elías Ayub que hay en ti y (te cases con la hija del hombre más rico del mundo ) y comiences un negocio que te hará millonario.
Citizen Kane (Orson Welles, 1941)
POR EL FETT
Siempre será complicado hablar sobre ella, pero es innegable la calidad e influencia narrativa que significó para su tiempo, centralizando todo el poder autoral y surtiendo así una fresca innovación dramática que revolucionaría el lenguaje desde el punto de vista de ciertos elementos tales como: el uso de “flashbacks” y distintas líneas cronológicas, su tono semi documental (¿o precursor del mockumental?), la sátira política, comercial y la punzante crítica hacía el sistema gubernamental y hasta el cuarto poder, y por supuesto la evolución actoral del mismo Welles en esta historia de deshumanización y redención que pudo haber inspirado incluso a Mario Puzo. Una obra magna y la mayor contribución de Welles a la cultura pop.
Una Familia de Tantas (Alejandro Galindo, 1949)
POR EL FETT
El protocolo de una estricta y familia mexicana es sacudido por la presencia de un inalcanzable vendedor de aspiradoras. La venta así se convierte en el elemento que dispara el enfrentamiento de las costumbres machistas y del yugo patriarcal contra la evolución del pensamiento mexicano, el rompimiento de un esquema primitivo y tradicional y uno de los primero ejemplos de la liberación femenina en el cine mexicano. Original drama y romance donde la fuerza actoral de un genial y repugnante Fernando del Soler se confronta a un entrañable príncipe azul mexicano sin capa ni espada, pero si con labia, aspiradoras y refrigeradores soberbiamente interpretado por David Silva. En el rubro de las ventas y la mercadotecnia, un deber para cualquier estudiante.
12 Angry Men (Sidney Lumet, 1957)
POR EL FETT
Las ventas son una labor ética, honesta y de grandes objetivos, un don al que muchos no pueden (o no quieren) aspirar y en el que se cimientan las bases financieras de una empresa. Pero ¿Qué tiene que ver un jurado compuesto por 12 hombres a punto de condenar a un niño asesino a la silla eléctrica? Todo. La persuasión de 1 de ellos contra la opinión generalizada de los otros 11, abrirá nuevas ideas y conceptos sobre el producto (el acusado), en un enfrentamiento de argumentos, objeciones, validaciones y actitudes que serán motivadas y/o afectadas en ese lapso de tiempo por distintos factores… tal como la venta, tal como la vida. Una de las mejores películas de la historia, esconde en su fondo una estrategia de ventas sin igual
Network (Sidney Lumet, 1976)
POR EL FETT
Un sumario de terror televisivo en el que Lumet, gracias a su gran experiencia en el medio, proyecta toda la obsesión corporativa por la obtención del preciado rating. Dos diferenciaciones narrativas: en un primer plano estamos ante un apuesta neorrealista, mostrando la crueldad, casi a manera de testimonio o documental, de aquellos inmiscuidos en la manutención de la audiencia a través del cualquier medio; por otro lado, Lumet se sumerge en una ficción compleja a través de la deshumanización de sus personajes, resaltando claramente la demencia del inmerso e inmenso Peter Finch, vehículo para un discurso satírico – crítico que para el director habrá resultado un manjar de dialecto y comunicación de su estilo y discurso. Complementan reparto una competencia histriónica avasallante: Dunaway, Duvall y Holden
Wall Street (Oliver Stone, 1987)
POR EL FETT
Excelente (aunque un poco sobrevalorado) thriller corporativo que marcaría no solo la segunda asociación con Charlie Sheen, sino también el clímax de Michael Douglas y muchos de los estándares narrativos dentro de la conocida interacción entre el novato pupilo y la accidental pero tentadora y siniestra guía paterna del lobo. La dualidad del personaje y la comodidad de Douglas permiten a Stone concentrarse en los aspectos psicológicos del héroe, así como en construir un entorno envolvente dentro del negocio de los valores, que habrá que concederle, nunca antes había sido tan realistamente ejecutado. Un relajamiento ideal después de haber ganado el Oscar en lo que se convirtió en un dúo narrativo de conflicto “paternalista”.
Glengarry Glen Ross (James Foley, 1992)
POR EL CINE ACTUARIO
Con un elenco de lujo, la historia de un grupo de vendedores de bienes raíces dispuestos a todo por cumplir con sus metas es una demostración de la deshumanización y el materialismo excesivo en un mundo salvajemente capitalista dónde la ganancia está por encima de todo y el fin muchas veces justifica los medios. Con un guion ingenioso dónde la base principal son los diálogos con mucho ritmo, lo cual permite generar remates de impacto entre cada participación. A pesar de que quizás su “stopper” sea una dirección más mesurada, la cinta no desmerece y termina por ser un retrato crudo de un mundo donde a veces maximizar una ganancia propia puedes ser sinónimo de minimizar el bienestar de los demás.
Quiz Show (Robert Redford, 1994)
POR EL FETT
Potente thriller corporativo y publicitario de Redford. La imagen de la ética y la inocencia frente al oportunismo y la falsedad del sistema televisivo, hacen que Redford exponga un complejo dilema moral y de competencia entre dos arquetipos “seleccionados” como eslabones mediáticos de un show de preguntas y conocimientos manipulado a través de los años. Así mismo mientras el Van Doren de Ralph Fiennes representa lo mediático de la clase alta, y al personaje de Turturro le toca la de clase media baja (en lo que también es un hábil discurso – crítica sobre las clases sociales), a Redford le alcanza para imprimir un tono de tensión sobresaliente y que acompaña a este accidental conflicto durante todos su desarrollo y formidable desenlace.
The Hudsucker Proxy (Hermanos Coen, 1994)
POR EL FETT
Sátira corporativa que desborda originalidad y una terrorífica y vigente realidad burocrática. Una de sus piezas más ágiles pero también más olvidadas, su valor radica en recrear dos panoramas muy distintos entre sí, pero unidos bajo el mismo concepto del consumismo; dentro de la empresa, plantean una ambientación surrealista, jugando incluso con la ficción entre la corrupción capitalista y el sueño de un ingenuo nuevo inventor, mientras que afuera, representan una sociedad tétricamente consumidora. Los resultados de esa combinación desembocan en una de las secuencias más hilarantes de su filmografía, develando el misterio de aquel maldito y misterioso círculo dibujado en un papel y que se presume como el invento del siglo.
Jerry Maguire (Camerom Crowe, 1996)
POR EL CINE ACTUARIO
Muy pocas películas deportivas han sido escritas desde el punto de vista del intermediario o de los agentes deportivos, un mundo bastante oscuro, pues en algunos de los casos a los jugadores se les considera más como mercancía que como seres humanos. En Jerry Maguire la cinta retrata esto, pero de manera ágil también es la historia de dos hombres que han sido golpeados por las circunstancias de la vida; un agente deportivo hundido en el fracaso y un jugador de segunda categoría que buscarán hacerse de un lugar en un mundo tan competitivo y feroz como lo es el futbol americano. Por momentos es un poco melodramática pero esas dosis de comedia de situación equilibran el estilo de Crowe.
The Truman Show (Peter Wir, 1998)
POR EL FETT
Weir coquetea con la ciencia ficción en este exquisito ejercicio de crítica a los medios de comunicación, fundamentado en una innovación siniestra en el entretenimiento del show bussiness televisivo y con una metáfora espiritual tan satírica como siniestra. Guion (de Andrew Niccol en su mejor nivel) y dirección convergen en revelar el secreto de inmediato para sembrar un halo de suspenso del que el personaje, bajo su ingenuidad y excentricidad, deberá escapar, teniendo al propio consumismo como agente de un mal mayor: un creador malévolo de un mundo utópico donde la distracción se transfigura en un culto oscuro al entretenimiento que despoja de toda libertad y albedrío. El final es de antología, así como también el querido Jim Carrey
Man on the Moon (Mils Forman, 1999)
POR EL FETT
La verdadera historia del polémico comediante Andy Kaufman, un ente del show bussiness que comprendía de una manera poco ética y con un humor satírico único, la manera de promocionarse así mismo sin afectar el contenido o caer en las repeticiones, siempre innovando en el engaño humorístico incluso hacia a los mismos medios en esta forma de auto representación comercial exquisita. Un Forman en tolerancia directiva extrema para servir a aquella posesión espiritista con los escenarios y desarrollos dramáticos de aquel impactante y subversivo comediante (hablo de Jim y Andy fusionados) ¡Demasiada locura para Milos! Que quizá ya no pudo soportar.
The Insider (Michael Mann, 1999)
POR EL FETT
Obra a la cual su servidor le guarda un cariño especial, pues apenas con 13 años de edad recuerdo haberla visto en el cine en compañía de mi madre; obviamente en aquel momento no comprendí del todo la complejidad del relato, pero con el tiempo pude distinguirla como una de las más poderosas películas sobre investigación periodística. Quizá estemos hablando de la obra más madura de su filmografía, misma que le ayudó con brillantez a darse una salida de su área gansteril – policíaca de confort, y es que no estoy exagerando cuando les digo que esta cinta incluso debería tener mayor respeto que Todos los hombres del presidente, comenzando por la comparación actoral, donde Redford -Hoffman no tienen oportunidad contra Pacino – Crowe
Election (Aexander Payne, 1999)
POR EL FETT
Gran e ingeniosa cinta que posicionó rápidamente a Payne como un narrador crudo y enfocado en analizar no solo la naturaleza social humana, sino también su estupidez. Aunque por momentos el aún novato director cae en sutiles ligerezas y clichés, por medio de las elecciones en cierta universidad americana se desglosa una rica metáfora y crítica sobre el sistema político y burocrático gringo, su sed de poder, pérdida de valores e irresponsabilidad. Tan cómica como incomoda, uno de los mejores guiones de los 90 fue también un reflejo de los vicios de la generación MTV, irónicamente producida por el mismo canal y convertida en un icono de la cultura noventera a finales de su década.
What Women Want (Nancy Meyers, 2000)
POR EL FETT
Mel también sabe hacer comedia, y una muy natural cuando se lo propone. Desde sus inicios hollywoodenses ya había dado muestras de ello al dotar a su detective de “Arma Mortal” de algunas escenas humorísticas, sin embargo, no fue hasta inicios del nuevo milenio cuando necesitado de resurgir en otro estilo histriónico, recurrió a protagonizar un muy divertido relato de lucha de sexos dentro de una agencia publicitaria; un esbozo del machismo y la misoginia que imperaría como tendencia fílmica unos años después, pero que aquí luce y se desarrolla de manera más natural, incorrecta y por ende divertida, gracias también a la química entre Gibson y Hunt. Por cierto, esta película es imperativa para todo estudiante de mercadotecnia y/o publicidad.
Minority Report (Steven Spielberg, 2002)
POR EL FETT
Uno de los últimos aciertos de Spielberg, este thriller de aventuras SF denota un poderoso arquetipo del llamado “product placement”, técnica publicitaria en la que un producto y/o marca es insertado dentro de la narrativa de un show, videoclip, videojuego o en este caso, un film. Hay muchos casos, sin embargo, lo que distingue a este ejercicio es que Spielberg posiciona a las marcas (dos en particular) como elementos protagónicos en el desarrollo y giro de tuerca. Por si esto fuera poco, Steven presentó en 2002 tecnologías e innovaciones publicitarias que ahora ya existen (o que están por existir), como el control manual de una pantalla, o lo más extraordinario, la recomendación de marca a través del escáner de retina.
The Aviator (Martin Scorsese, 2004)
POR EL FETT
La odisea biográfica del extraordinario Howard Hughes significó para Scorsese y para la historia una referencia irrepetible hacia el nacimiento y maquinaria productora de su industria. Esta súper producción con dotes y baluartes artísticos inconmensurables no solo es estéticamente su más poderosa, sino también el más trágico y empático de todos los antihéroes definidos en su filmografía. Apelando nuevamente a un tema demencial, Scorsese se encarga de indagar hasta los confines más íntimos a su personaje para justificar y representar un retrato redondo sobre su revolución física y mental que conmocionaron política, social y culturalmente no solo al mundo de la cinematografía, sino principalmente al de la ingeniería. Obsesión y perfección, manías que en esta ocasión Scorsese comparte en otra de sus obras más bellas e injustamente sobajadas.
The Pursuit of Happyness (Gabriele Muccino, 2006)
Aunque algo melosa y con mucha simpleza en su manufactura, el gran acierto (y motivo por el cual es una película muy querida a nivel mediático) es en el desarrollo de Chris Gardner, resaltando su faceta más humana y su carisma (elemento que resalta más por la actuación de Will Smith), lo cual hace que el público genere empatía y cariño, incrementando cuando el protagonista pasa por situaciones que probablemente una parte de la audiencia haya vivido (desempleo y crisis económicas). Añadan el factor de la niñez (Jalen Smith) dando como resultado una película sumamente sentimental, elemento que su director aprovecha para elevar este biopic
The Joneses (Derryck Borte, 2009)
POR EL FETT
Si comparamos términos de calidad cinematográfica, esta comedia negra sobre el consumo palidece de forma agravante frente a todas en esta lista, sin embargo, es en su libreto y la proyección de los valores comerciales donde sobresale frente a otros ejercicios de esta materia. Centrada en una familia ficticia que es patrocinada por una corporación para comercializar productos y servicios a su vecinos y allegados, dado su estatus y confort de vida, la trama trasciende de manera mercantil al exponer dos importantes elementos de dicho ramo profesional: la experiencia, base aspiracional de todo consumidor, y el “product placement”. Lastimosamente hay mucho argumento para tan pobre dirección.
The Social Network (2010)
POR EL FETT
Una joya totalmente incomprendida, y que quizá deba su infravaloración al tiempo en el que Facebook comenzaba a crecer como el monstruo social y comercial que ahora conocemos (y que nos escucha en todo momento). La base operacional del millennial ve en su relato de origen fílmico una historia perfectamente encuadrada en captar la desadaptación social de sus creadores dentro de una burbuja de traiciones y juicios que a la larga solo se convierte en una deconstrucción excelsa a su complejo antihéroe. Un thriller corporativo que también es dotado de una fabulosa edición y banda sonora, La Red Social es irónicamente un relato de inadaptabilidad, un escape de la realidad que define a muchos de esa generación.
Moneyball (Bennett Miller, 2011)
POR EL CINE ACTUARIO
Tiene la capacidad de plantear una historia y un tema por demás interesante sobre como el uso de las estadísticas y datos puede fungir como método de estrategia deportiva. Sorkin hace una perfecta disección de la premisa sin caer en la monotonía, y de manera comprensible para que la audiencia menos conocedora se meta al campo de Baseball. Una dirección excelente de Miller (especialista en elevar dramas deportivos), y por supuesto los estupendos hits de Pitt, Hoffman y Hill (que cuando no hace comedias tontas puede llegar a sorprender). Con todos estos elementos “Moneyball” hace un juego perfecto gracias al buen pitcheo de Sorkin, que evita los vicios clásicos del subgénero para que el resto del equipo logré carreras
The Ides of March (Clooney, 2011)
POR EL FETT
Como director, guionista y actor, Clooney consigue denotar su madurez narrativa con un thriller político que se aleja del maniqueísmo para asimilarse a la vieja usanza de un Hollywood más clásico y crítico en cuanto a su faceta más “investigativa” y confrontativa se refiere. Si bien cae en ciertos excesos ceremoniales en cuanto a diálogo y exploración del sistema político (puede llegar a ser tan pretenciosamente realista que se aleja de la empatía humana), es evidente que Clooney centra los atributos de su film en el registro actoral gracias al ensamble de un reparto que efectivamente parecen más políticos que artistas dramáticos. No es su mejor ejercicio como director, pero si uno que raya en la perfección técnica y actoral.
No (Pablo Larraín, 2012)
POR EL FETT
Larraín se daba a conocer al mundo al no solo captar de manera abundante todo el proceso en la conceptualización de una campaña publicitaria, sino que tomando una trágica y revolucionaria historia real, deja en claro que una negativa como la palabra “No”, que normalmente es evitada en el mensaje propagandístico (atacar con una negativa al consumidor es sinónimo de fracaso), se convierta en el concepto rector del film, dando una vuelta de tuerca a todos los estatutos teóricos y prácticos en la materia de comunicación y siendo hasta ahora un caso único. Por su parte lo de Bernal es monstruoso, pudiendo adaptar su acento al difícil vocablo chileno, e interpretando a un héroe trágico y complejo con una alta carga de dramatismo y veracidad.
Saving Mr. Banks (John Lee Hancock, 2013)
POR EL FETT
La historia de como Mickey Mouse convenció a Mary Popppins para adaptarla al cine, resultó una cátedra de actuaciones y uno de los dramas familiares más elogiables de los últimos 20 años. Por un lado, el salto del melodrama televisivo a la pantalla de Hancock (un director de marca Hallmark), denota una madurez impresionante en el desarrollo de su argumento y sus personajes, sin embargo, es la capacidad de Hanks y Thompson (que logra un retrato de Travers fenomenal) la que transporta a la audiencia a una época de ensueño, haciendo no solo un certero homenaje a la máquina mágica de Disney, sino también a los relatos del cine dentro del cine. Debió ser mas reconocida en su año, pero afortunadamente se ha revalorado gracias a su gran calidad y equilibrio dramático – familiar.
The Wolf of Wall Street (Martin Scorsese, 2013)
POR EL FETT
Retorcidamente ingeniosa, su más reciente clásico le significó también su obra más siniestra y accidentalmente divertida ¡Pero ojo! Esto no es una comedia, sino el Scorsese en su estado más puro, lleno de ironía, sarcasmo y humor negro del más fino para algunos y más repugnante para otros. Pero la confusión es aceptable, el cineasta pugna por una historia cruel de excesos y autodestrucción dentro de un contexto cómico debido a la gracia y la naturalidad con la que se desenvuelve tanto la historia como sus histriones. Es aquí donde DiCaprio también llegará al punto y clímax de su maduración actoral, y en donde Scorsese se aprovecha de dicho talento para proveer la mejor química actoral de su carrera desde Goodfellas, pero en esta ocasión desde una naturaleza más fraternal.
Steve Jobs (Danny Boyle, 2015)
POR EL FETT
Para su servidor, este clásico moderno del cine aún sin la apropiada valoración (el tiempo me dará la razón), es un fastuoso testimonio generacional y tecnológico que volvió a Boyle a sus orígenes. Con una habilidad que te mantiene al borde de la tensión y el éxtasis, Sorkin y Boyle construyen al mejor Jobs del cine, no solo estableciendo su “yo” estratégico, comercial y hasta maquiavélico, sino también encontrando muy en el fondo al humano relacional y hasta redentor de su propia frialdad (como si se tratase de la extensión de su mismo sistema y aparato). Valor agregado es apreciar el crecimiento dentro de un solo “momento” de este genio de la Generación X, así como también sus fastuosas actuaciones encabezadas por un Fassbender brillante
The Big Short (Adam McKay, 2015)
POR EL CINE ACTUARIO
El salto de McKay a la “creme de la creme” de Hollywood vino con una propuesta contracorriente al biopic tradicional; una cinta sobre las causas de la crisis económica del 2008 aterrizando conceptos técnicos de manera terrenal y con una dosis de comedia. A pesar de una edición al “MTV” (que podrá no gustar a todo el público), encuentra un balance correcto entre el drama, la comedia, apoyado también por un elenco impresionante que van desde Christian Bale hasta un alucinante Steve Carrell (con su interpretación más equilibrada de su carrera), y participaciones discretas pero efectivas como la de Brad Pitt. Una de las mejores películas alrededor del mundo de la economía, negocios y más didácticas.
The Founder (John Lee Hancock, 2016)
POR EL FETT
Como profesional en marketing y docente, esta cinta se ha convertido en un inmediato apoyo didáctico para mis clases de estrategia de mercado y promoción de venta, al mostrar de manera ágil y al pie de la letra el desarrollo, fórmula comercial y crecimiento franquiciatario de la más grande cadena de comida rápida en el mundo; como crítico, digamos que la historia de la creación global de McDonalds no es más que un curioso anecdotario histórico y actoral no muy bien narrado, pero auspiciado por la excelente y carismática presencia protagónica de Michael Keaton como el antihéroe corporativo, del cual el director exprime y combina tanto sus bondades como canalladas para así formar un personaje muy rico y pintoresco.
The Boss Baby (Tom McGrath, 2017)
POR EL FETT
La animación sorpresa del 2017 tocó el tema de la tendencia comercial del “Pet Friendly” de manera tan hilarante como fresca, dejando en claro que la información es poder, pero más importante, que el marketing se alimenta de los gustos, preferencias y tendencias del mismo consumidor y no al revés, como muchos ignorantes piensan. Lógicamente y aunque los animalitos siguen en el gusto, podrán notar en el lenguaje publicitario actual que esto ha evolucionado a un mensaje de empoderamiento femenino e inclusión social como principales tendencias ¿coincidencia? ¿magia? No. Pura mercadotecnia, y por supuesto la voz del Bebé Jefazo, que encontró su tono y personalidad perfectas de la voz de Baldwin
The Boy Who Harnessed the Wind (Chiwetel Ejiofor, 2019)
POR EL CINE ACTUARIO
Un excelente biopic ubicada en África, sobre un niño que, derivado de las sequías producidas en sus tierras, comienza a diseñar un sistema de riego que funciona a través de un molino de viento, con el fin de acabar con el desastre. A pesar de la sencillez de la historia, Ejiofor retrata adecuadamente el contexto ambiental de la cinta; además, crea un buen desarrollo de personajes escapando del estereotipo, lo que la hace ser una epopeya nostálgica e inspiradora dónde a pesar de que el mensaje ha sido retratado en múltiples ocasiones, la ejecución la hace sumamente conmovedora. Uno de los acercamientos más acertados de África desde la perspectiva occidental.
Ford v. Ferrari (James Mangold, 2019)
POR EL FETT
Un ya maduro Mangold consigue un logro del cine estadounidense en todo lo que respecta a su esencia comercial y narrativa, esta aventura biográfica logra de manera emotiva y trepidante transportarnos como nunca al asfalto de las carreras y de las corporaciones automotrices sin que los clichés de superación gringa sean un impedimento para encausar un entrañable clímax y gran final. Las portentosas actuaciones son un bono por default dado su cast, pero su verdadero valor como una de las mejores cintas deportivas de los últimos años es haber logrado la perfecta empatía con personajes fuera del arquetipo del “héroe” de manual. Mención aparte para la secuencia de la carrera, una maldita genialidad directiva marca “Mangold”
Boys State (Amanda McBaine, Jesse Moss, 2020)
POR EL FETT
Ahora entiendo de donde se origina ese en veces retorcido pensamiento político americano y el por qué las buenas voluntades, aunque de mayor fuerza social, siguen incomodando por su estatus de “minorías”. Fascinante y aleccionador, el documental ganador de Sundance es un estudio sobre el poder, el origen de la conciencia política y la psicología del “gringo”, que a través de una increíble dirección a base de thriller político, logra captar el ejercicio universitario de Texas desde sus entrañas, siendo también un didáctico y revelador modelo básico para comprender la “polaca”, desde sus cimientos hasta su avanzada promocional – comercial.
Hater (Jan Komaza, 2020)
POR EL FETT
Algo larga y por momentos con soluciones y tácticas inverosímiles, Komaza construye un thriller corporativo, político y comercial sumamente interesante y perturbador, con un sentido del suspenso encomiable y un protagonista tétrico que comienza a definir la patente del director polaco, con una serie de manipuladores del sistema. Otro valor agregado del film es que desde ya se vuelve un imperativo para el análisis de mercado en cuanto a los alcances y limitaciones de las RRSS, un medio más desinformativo y peligroso de lo que creen, y en donde las llamadas “fake news” pueden ser un arma tan estratégica como mortal no solo para las empresas, sino para las personas que creen tener su control (pues aquí se revela como el mercado es quien en realidad lo tiene).
Don’t Look Up (Adam McKay, 2021)
POR EL CINE ACTUARIO
La tragedia del desastre no recae en el suceso de que un meteorito caerá a la Tierra, sino en como la humanidad en plena era del “click” o de la cultura instantánea reaccionaria ante este evento. A través de un montaje que traduce este “modus” del consumo rápido (vigente en estos tiempo), Adam McKay lanza una serie de golpes a diferentes sectores de la sociedad, desde aquellos que rechazan la ciencia adoptando un negacionismo con positivismo peligroso, los políticos, las redes sociales, los medios de comunicación y su lenguaje infantilizado para comunicar sus mensajes, terminando en la necesidad del ser humano de politizar hasta lo que se come, demostrando que el mayor desastre en la modernidad es la misma estupidez.
Tetris (Jon S. Baird, 2023)
POR EL CINE ACTUARIO
Podría convertirse en otro simple biopic sobre las dificultades de un empresario para conseguir su objetivo, sin embargo, su director aprovecha el contexto sociopolítico del lugar de origen del videojuego (la URSS) para crear un thriller político cuya habilidad es mantener en constante tensión al espectador (no debe haber sido sencillo negociar con los creadores del libre mercado). Con una edición versátil y atrapante, una fotografía impecable con secuencias de 8 bits a live-action y un Taron Egerton en modo crack, Tetris en un excelente thriller con toques de nostalgia ochentera que como libertad creativa funciona bien (Intrigante pensar que un juego podría haber causado la Tercera Guerra Mundial)
Air (Ben Affleck) Estados Unidos
POR EL CINE ATUARIO
Alex Convery genera el contexto de una manera sutil acerca de lo que se rodeaba a la firma de Jordan (en su época de novato) con la división de basketball de Nike, a través de escenas de conversación que son suficientes para describir personajes, lugares y situaciones. Affleck da una cátedra de manejo de edición y fotografía haciendo el ambiente de estás oficinas tan claustrofóbico o abierto como requiera la trama, teniendo una de las mejores secuencias de una reunión de negocios en la historia del cine. A pesar de su sencillez, Air, al igual que un Scottie Pippen o Dennis Rodman, terminan siendo efectivos para elevar la leyenda de su majestad: MJ
Bonus SERIE – The Wire (David Simon, 2002 – 2008)
POR EL FETT
Una de las mejores en la historia, este complejo thriller sobre el tráfico de droga y la corrupción que afectan a todo un sistema, desde los estratos sociales más bajos hasta las altas esferas políticas, se distinguió gracias a la naturalidad de sus hechos y la estructuración y evolución de una serie de personajes tan oscuros como entrañables. Lo que engancha a toda alma del marketing es que en cada una de sus temporadas se toca un elemento comercial en específico. En su primera se presenta el producto y la distribución a consumidor final; en su segunda el abastecimiento; en su tercera las situaciones competitivas; en su cuarta la situación educacional y promoción política; y en su quinta la media, la prensa y la comunicación.
Bonus SERIE – Mad Men (Matthew Weiner, 2007-2015)
POR EL FETT
Un exquisito despliegue no solo de la labor publicitaria en tiempos de la post guerra (lapso en el cual se delimita el origen de los conceptos y la teoría acerca de la mercadotecnia moderna), sino también de la labor de ventas, persuasión y final comprensión de los procesos comerciales para crear y salvaguardar la esencia de las marcas. Desde los Lucky Strikes, hasta el carrusel de Kodak, Mad Men proponía dentro de las distintas personalidades y metas en los tipos de puestos y esferas de una poderosa agencia, el engendramiento del más natural y complejo branding hasta los más ricos conceptos creativos para el funcionamiento mismo de la construcción de la marca y la comunicación publicitaria.