Las 5 Mejores Películas de Anatoliy Solonitsyn
Anatoly Solonitsyn fue un conocido actor ruso, consentido y favorito del director Andrei Tarkovsky, el cual lo refirió prácticamente como la persona que más comprendía su lenguaje fílmico, siendo una extensión de sus ideas en su objetivo por comunicarse hacía con la audiencia.
Anatoly Solonitsyn fue descubierto por el propio Tarkovsky cuando el “poeta del cine” lo debutara en plan grande en 1966 al interpretar a Andrei Rublev. A partir de aquí no solo se convertiría en el protegido del director, sino en un actor de mucho prestigio al actuar de manera ininterrumpida en 44 largometrajes hasta su prematura muerte en 1982. En ese tiempo Solonitsyn conseguiría el premio a mejor actor en el Festival de Berlín, pero sobre todo el reconocimiento de Andrei al este incluirlo en sus siguientes filmes sin saber que fallecería mucho antes de comenzar la producción de estos.
Recordamos a este bien actor ruso, sinónimo del cine de Tarkovsky, son sus mejores películas
Bonus – El Ascenso (Larisa Shepitko, 1977)
Quizá no sea el entorno adecuado, pero la guerra puede ser el plano terrenal óptimo para trascender, pues dentro de toda la escoria alrededor del conflicto, la relación con la muerte y con la humanidad nunca tendrá un lazo afectivo tan estrecho como este. ¿Han sentido como se acongoja el corazón cuando se es testigo de las imágenes en torno a la muerte, a los campos de concentración? Quizá no haya un estrujamiento más grande que presenciar la tortura psicológica y juicio de dos soldados y una madre partisanas frente a la maquinaria de horror nazi (Anatoly Solonitsyn aparece como el siniestro interrogador alemán). De ahí su título, una emotiva y cruenta alegoría a la trascendencia en donde el humano siente un verdadero arrepentimiento y amor por el prójimo.
5 – El Espejo (Andrei Tarkovsky, 1975)
Joya, un agasajo narrativo, visual y sensorial que sirve al poeta como una surrealista auto biografía, donde los parajes, momentos y simbolismos desfilan creando de manera inmediata una conexión íntima hacía con los recuerdos y traumas de su infancia y de la evolución de la propia URSS. En su momento la calificaron como “incomprensible” gracias a que su montaje no responde a ningún estándar temporal, pero la perspicacia y amor al cine hacen que la audiencia cree su propia percepción sobre la mirada al espejo del poeta, siendo precisamente eso, una de las más bellas poesías llevadas al celuloide, y donde Anatoly Solonitsyn com el físico, consciente del lenguaje de maestro, es una mera y extraordinaria extensión de su andar y pasado.
4 – Solaris (Andrei Tarkovsky, 1972)
Sin dejar de lado su toque surrealista y discurso existencialista, Tarkovsky baja de su pedestal metafísico para comunicarse con el mortal de la manera más sencilla que le es posible, a través de una oda espacial de aspectos psicológicos; en otras palabras, Andrei se dignó a llevar a cabo su película más despersonalizada y menos compleja, desde el término abstracto, para que todos nosotros le entendiéramos… desde la naturaleza abstracta de la misma cinta ¡Locochón! Solaris es como el traductor e introductor de toda su obra, algo imperioso para tratar de comprenderlo. Anatoly Solonitsyn es uno de los tripulantes científicos de la compleja estación, dedicada a acercar al hombre a su humanidad a partir de un reflejo de su propia soledad.
3 – Stalker (Andrei Tarkovsky, 1979)
Nuevamente Tarkovsky acudiría a la ciencia ficción para tratar de romper su convencionalidad narrativa (cosa que no logró del todo con Solaris). Aunque de nuevo la suerte no estuvo de su lado, pues el negativo original se perdería a causa de un incendio (haciendo que Andrei volviera a filmar con menos de la mitad del presupuesto original), el poeta logra imprimir su prosa en el género a través de una poderosa alegoría al origen de la humanidad, a partir de un mundo distópico y en extinción donde los “stalkers” son los encargados de llevar a los aventureros a una travesía hacía “La Zona”, lugar donde se estrelló un misterioso meteorito. Una poderosa actuación de Anatoly Solonitsyn, donde se obvia el por qué era la extensión actoral del director (como “el escritor”)
2 – 26 días en la vida de Dostoyevsky (Aleksandr Zarkhi, 1981)
Por si tienen curiosidad de apreciar este intenso drama sobre un fragmento de la vida del escritor Fyodor Dostoyevski, se encuentra disponible en youtube de manera gratuita. Pasando a la actuación de Anatoly Solonitsyn, la interpretación es tan perfecta que pareciera una auténtica mirada al pasado, casi documental, sobre un período en el que Dostoyevski, al tener que entregar un nuevo escrito, se hace de la ayuda de una joven taquigrafista con quien comenzará a surgir un sentimiento más allá de lo laboral. Filmada en la intimidad de los cuartos y el trabajo conjunto de estos dos, la interacción, tan tensa como apasionante, es pilar para que el ruso se hiciera de la mejor actuación en el Festival de Berlín. Altamente recomendable en especial para los fans de Dostoyevski
1 – Andrei Rublev (Andrei Tarkovsky, 1966)
Una cinta que le significó enemistarse con su régimen político, Tarkovisky usará al monje pintor e iconoclasta, Andrei Rublev, como una especie de su extensión e injerencia ideológica – artística, trayendo la incertidumbre social, la falta de libertad de expresión y las torturas del Siglo XV a su actualidad, donde las reglas de la URSS prohibían a su hijo fílmico más talentoso, el uso de símbolos y narrativas espirituales. Por tal razón la cinta fue prohibida hasta 1971, siendo proyectada en Cannes solo a las cuatro de la mañana y bajo petición y supervisión del gobierno soviético (fuera de competencia, pero aun así granaría el premio de la prensa). Considerada una de las mejores películas biográficas del todos los tiempos, la actuación debut de Anatoly Solonitsyn es PERFECTA.