Las 5 Mejores Películas de Aurore Clément
Nacida el 12 de octubre de 1945 en Soissons, Aurore Clément trabajó como modelo antes de ser descubierta para su primer papel en una de las cintas más polémicas de Francia. De perfil bajo y más destacada en roles secundarios, toda su carrera la ha hecho en su tierra natal, pero hubo un tiempo donde era convocada por varios directores de renombre, siendo Wim Wenders quien le daría el rol más conocido de su trayectoria. No obstante, la consolidación en el cine se daría tras convertirse en la actriz fetiche de Chantal Akerman, con un total de 4 colaboraciones. Después, encontraría su lugar en la televisión de la mano de Laetitia Masson, donde ha permanecido regularmente.
A manera de homenaje, celebremos el cumpleaños de esta infravalorada actriz con sus mejores 5 películas.
Bonus – Toute une Nuite (Chantal Akerman, 1982)
Por Uriel Salvador
Un homenaje que Chantal Akerman le hace a la ciudad de Bruselas, donde cada personaje (uno de ellos interpretado por Aurore Clément) representa una pequeña parte de un entorno urbano agotado por la rutina, lleno de tensiones sin resolver y sin mucho contacto físico. Simula el estilo de una película muda para que el lenguaje corporal juegue con la certeza de saber si la otra persona ama o siente algo, lo que permite manifestar un tipo diferente de amor que busca hacer un tributo a esos eventos que surgen a la mitad de la noche. Incluso, por la misma temática y ambientación, puede verse cierta inspiración para After Hours.
5 – Demain on Déménage (Chantal Akerman, 2004)
Por Uriel Salvador
A primera vista es una simple comedia romántica, y si bien la historia es más una sugerencia que nunca llega a consumarse, impregna con mucho humor e ironía la temática del amor a través de una relación madre-hija que, pese a que se quieren, denota cierto distanciamiento entre ambas partes. Gran parte del sentimiento y la energía recaen en Aurore Clément como una versión más animada de Natalia Akerman, debido a muchos detalles que ponen a imaginar ese pasado que nunca se muestra. No es de las mejores de Chantal Akerman, pero es de sus más personales porque se da a sí misma el final feliz que nunca tuvo en la vida real.
4 – Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979)
POR EL FETT
El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad nunca verá otra mejor adaptación que esta (aunque en 2019 Ad Astra lo intentó con de medianos a buenos resultados), la mayor épica – odisea de cine bélico donde puede notarse otro de los grandes trucos del Maestro Francis, reflejados en los pequeños detonantes a lo largo de su relato en forma de personajes secundarios y escenas de inmensa calidad que sirven como nexos de su viaje y elementos que alimentan la psique y estructura de su de nuevo “antihéroe”. De nuevo jugando al tópico paterno en una espiral progresiva de demencia, el estilo de Coppola se adapta tanto a Conrad, como sus tinieblas a tono del director. Aurore Clément sería eliminada del corte original, pero reintegrada en la versión Redux al formar parte de la pareja colonialista francesa.
3 – Paris, Texas (Wenders, 1984)
POR EL FETT
Una de las piezas más conmovedoras en la historia, obra que dentro de todo su romanticismo conlleva un giro que corrompe los mismos ideales y sentimientos más afectivos sin dejar de ser tierna y cautivante, y donde el amor queda de lado para transformarse en algo más supremo: un himno de compasión. Su belleza solo es equiparable al tono catedrático de misterio impreso por Wenders, hábil distractor de tanta gracia y espontaneidad para que el espectador se vea envuelto de manera absoluta dentro de una catarsis ajena a todo truco lacrimógeno. Aurore Clément toma el rol de la esposa del hermano de Travis.
2 – Lacombe Lucien (Louis Maille, 1974)
Por Uriel Salvador
Polémica hasta la fecha por desmitificar el heroísmo y el amor por la patria, Malle desata una realidad palpable mediante la actitud de un joven inmaduro, sin criterio propio y satisfecho con su rol como colaborador de la SS en la Francia ocupada por los nazis. No juzga ni condena, sabe de la gravedad de los hechos, pero participa en ellos por un sentimiento de pertenencia y promoción personal. Logra una recreación de la época creíble que es complementada por la música de Django Reinhardt. Más que un interés amoroso, la presencia de Aurore Clément (en su papel debut) simboliza un halo de esperanza, vitalidad y redención para un símbolo de la Francia traicionada y corrompida.
1 – Les Rendez-vous d’Anna (Las Citas de Anna, Akerman, 1978)
Por Uriel Salvador
Aurore Clément es la responsable de establecer y detonar un aislamiento causado por el cansancio de la rutina diaria, lo que deriva en una notable alegoría sobre la añoranza, la identidad sexual y las relaciones maternales. La conexión entre cada pareja cumple el cometido de entender la soledad por la que atraviesa y sirve para aclarar algún tipo de conexión con tal de poder sacarla del encierro voluntario en el que flota a la deriva. Quizás un poco más de contexto y trasfondo hubiera venido bien para tener una mejor delimitación de personajes, pero Chantal Akerman consigue una historia que tal vez es más necesaria para la época actual por el sentimiento de vacío emocional.