Las 5 Mejores Películas de Ben Foster

Buen actor de reparto, Ben Foster comenzaría su carrera en 1995 en la serie “Flash Forwad”, pero su rostro se haría altamente reconocible gracias a la primera gran ola del cine de superhéroes a mediados de la década 0 con participaciones en cintas como The Punisher y X-Men: Last Stand. Alguien debió haber visto algo en él, para ser precisos James Mangold, por qué cambiaría su registro “heróico” para abordar villanos o personajes emocionalmente complejos a partir de 2007, logrando una alta aceptación como un solvente actor de reparto e incluso solvente cuando se el requiere de protagónico.

Selectivo en su carrera, Ben Foster cuenta con 60 créditos a la fecha y un reconocimiento dentro del público y la crítica que no concuerda con sus palmares, entrando peligrosamente en ese club de buenos “actores desperdiciados”.

Celebremos sus 44 años con sus 5 Mejores Películas

 

5 – The Survivor (Barry Levinson, 2022)

A pesar de su irregularidad, Barry Levinson demostró ser uno de los cineastas más interesantes de los 90, saliendo un poco del molde de Hollywood al saber encausar una crítica al sistema y a los valores de la sociedad gringa. Varios de esas ventajas narrativas se repiten en este modesto pero buen drama, que escapa del “tragedy porn” para llevar a cabo otra  eficaz biopic deportiva (tan solo un poco subida de sensibilidad). La actuación de Ben Foster logra captar el interés y manifestar las emociones de su “underdog”, que en esta ocasión no solo lucha contra el sistema, sino también con su pasado en un campo de concentración. No fue de lo mejor del año, pero si un incremento del ki de su director y una buena opotunidad para que Foster demuestre talento protagónico.

 

4 – The Messenger (Oren Moverman, 2009)

Quizá sea el drama bélico más catártico alrededor de los eventos de la guerra de Irak. Alejado de cualquier artificialidad melodramática, el director expone las consecuencias de la intervención y conflicto estadounidense de parte de una de las labores más trágicas y peculiares dentro de la milicia, enfocándose en dos veteranos dedicados a informar a las familias de los caídos en la guerra. Ben Foster se afianzaría como un talento a seguir fuera de los blockbusters y la acción al hacer un sorprendente protagónico que lucha no solo con su labor, sino con sus propios fantasmas y estrés post traumático después de retornar de medio oriente. Una cinta que debió y debe contar con un mayor reconocimiento debido al frío pero profundo desarrollo de su mensaje

 

3 – Leave No Trace (Debra Granik, 2018)

Granik emerge del bosque para tocar su argumento y atmosfera preferida, un relato paternalista que tiene como hogar las boscosas y recónditas zonas del norte de los Estados Unidos. Es evidente la maduración adquirida en este tiempo, pues no es necesario escarbar dentro del pasado del padre para darse cuenta de su trauma post bélico a través de sutiles símbolos, elementos y evolución de su psique (un extraordinario Ben Foster), que arrastra a su ferviente hija dentro de una vorágine ideológica de auto destrucción. El final, sencillamente hermoso, no necesita de sobrexplotaciones o diálogos innecesarios para asentar una fuerte y dura emoción, sentimiento de aceptación entre dos almas que buscan diferentes destinos y comparten un mismo amor.

 

2 – 3:10 to Yuma (James Mangold, 2007)

El primer remake western de Mangold no fue Logan (Shane), sino esta explosión canónica de los elementos del viejo oeste la cual significó no solo un film lleno de aventuras, persecuciones, duelos, y emocionantes momentos, sino también uno de las mejores segundas oportunidades de la historia del cine (la película original data de 1957). Una historia dinámica y muy entretenida que no se pierde en ningún momento pese a la proliferación de personajes que aparecen y desaparecen, virtud de un guion preciso que logra solventar la pretensión directiva de Mangold, el cual respetando los estatutos tanto narrativos como visuales, culmina su obra con un acto catatónico y emocional. El villano compinche y secuaz de Ben Foster es sencillamente siniestro.

 

1 – Hell or High Water (David Mckenzie, 2016)

Sheridan, un nativo fílmico del western criado en la nostálgica violencia de los parajes desérticos, ha provisto al género de dos excelentes obras, una de ellas este modernista cuento de vaqueros que hace lucir al criminal como víctima del sistema, creando un ente empático resultado de la hostil naturaleza del territorio y de la maldición de haber nacido en él bajo sus peculiares y mismas condiciones de siempre: lo salvaje. Dicha conexión emocional es planteada como el lazo fraternal de dos bandos (dos hermanos y dos rangers) que mantienen de inmediato el interés hacia con relato y que son unidos por la sangre, la violencia y el gusto por la cacería humana. Ben Foster ejecuta a la perfección el lado salvaje de aquellos dos hermanos, teniendo un final épico.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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