Las 5 Mejores Películas de Catherine Breillat

Para hablar de Catherine Breillat tenemos que dejar en claro una máxima: el feminismo en el cine (el verdadero feminismo) sí existe, y desde los años 70s ha tenido en la francesa a una de sus más valientes, descarnadas e incomodas representantes. En alguna entrevista en donde se le preguntó sobre los movimientos feministas modernos, la Breillat declaró: “una violación es una violación y eso implica violencia, pero cuando esto sucede en un hotel, ahí no hay violación; todas estas actrices que dicen haber sido violadas en los hoteles porque no podían negarse por miedo a no quedar en la película, eso no es violación, eso es prostitución, y eso no es el me too”. Sirvan estas palabras para dejar en claro el tipo de mujer que es Catherine Breillat, su feminismo nada tiene que ver con tendencias “instagrameras”, doble moralistas y convenencieras. Lo suyo es el entendimiento total de la complejidad de las relaciones humanas, sobre todo entre hombre y mujer, y toda la ambigüedad que estas conllevan.

Esto no significa que su cine, erótico en esencia, sea indolente o ajeno a las injusticias o sometimientos que las féminas han tenido que sortear desde el inicio de los tiempos por parte del género masculino, todo lo contrario, en sus películas el hombre es retratado a rajatabla en todas sus aristas: el sometedor, el depredador sexual, el vividor aprovechado del privilegio siempre heredado; el egoísta sexual o dependiente de un ente a cuál controlar. Pero en la misma medida las mujeres en el cine de la francesa son sometidas al análisis arrojando resultados que el feminismo moderno ha olvidado subrayar: la mujer manipuladora, la que es consciente del poder que le otorga su físico, la que se autoengaña diciendo que “no” cuando lo que desea es el “si” pero bajo su propio término y control, la que niega el deseo de ser sexualizada, aunque todos sus actos digan lo contrario. Por eso bajo la lupa de Breillat nadie es bueno ni mala, solo hay ambigüedad y subjetividad. Su cine es amoral, sabe que, en los sucesos entre hombre y mujer, sobre todo en los sexuales, hay imponderables, y profundizar en ellos es la máxima valía y valentía de su trabajo y la razón por la que es fácil intuir que el feminismo de Breillat no tendría lugar en la caprichosa sororidad moderna, al menos de este lado del charco.

Su cine no pretende ni procura el reconocimiento académico; Catherine Breillat nunca ganará un Oscar ni romperá la taquilla; no hay valor estético en sus películas que valga más que el ejercicio de conocer la psique femenina a través de una revolucionaria que cambió la pluma por la cámara y que no muestra el menor empacho en retratar el erotismo que le quema por dentro. Su feminismo no quiere cambiar vidas ni erigir una sociedad utópica en la que el ser humano deje de sentir deseos, deje de equivocarse, deje de babear y deje de defecar. La melancolía en las mujeres que retrata proviene de su descubrimiento de la imposibilidad del entendimiento pleno entre ambos sexos y la eterna ausencia de una sincronía que permita una plenitud sentimental total.

Subrayémoslo entonces: el feminismo real si existe en el cine, y no, no es el de Greta Gerwig, ni de cerca. Feliz cumpleaños a Catherine Breillat, a la que le dijeron que una mujer no podría dirigir cine en Francia y a la fecha ha filmado mas de 15 películas, a la que quiso ser cineasta después de ver “Noche de Circo” de Bergman, a la sobreviviente a un infarto cerebral. A la feminista que podemos sentar al lado de Duras, Beauvoir, Anais Nin, y demás referentes. El feminismo no se postea, se lleva a cabo, se hace y se ES. Revisemos sus 5 mejores películas:

 

5 – Sex is Comedy (2002)

Catherine Breillat expulsa los fantasmas que le legaron casi 30 años de experiencia filmando películas de tintes eróticos, a través de la historia de una directora de cine y los problemas con la pareja protagónica de su último trabajo. A la manera de P.T Anderson en Boggie Nights, la película pone su mirada en la soledad a la que se somete el creador de cine, abusando incluso de su posición en una batalla en la que la mayor perdedora siempre es la mujer. La más “light” de sus películas en cuanto al erotismo, pero con un dejo de expiación de culpas entre las cuáles se encuentra, porqué no decirlo, la aparentemente prohibida tensión sexual que puede surgir en un set de grabación. La protagoniza la bellísima Anne Parillaud

 

4 – 36 Fillette (1988)

No deja de ser curioso que este argumento esté inspirado en un intento de abuso sexual que pudiera haber sufrido la directora en su juventud, pues, con una mirada certera y totalmente desapegada, Breillat retrata sin miramientos las contradicciones de una joven desesperada por perder su virginidad y un cuarentón con la realidad distorsionada, ambos viviendo en el más puro de los autoengaños abrazados por la siempre erótica vida nocturna francesa. Ya lo dijo alguno de sus personajes: “el antagonismo es un tónico para el deseo”

 

3 – La Belle Edormie (2010)

Una muy particular visión del famoso cuento de hadas que la Breillat usa para subrayar el romanticismo mágico adherente a la espera eterna del príncipe azul por parte de algunas mujeres. La historia de una niña sometida a un hechizo por parte de sus tías, mismo que la lleva a viajar por el tiempo y conocer al aparente “amor de su vida”, nos evidencia a una cineasta en plena madurez. Estéticamente estamos ante una de sus mejores obras, aunque a juzgar por los resultados, hubiera sido más conveniente que el filme se quedara en su parte de “cuento de hadas”. La Breillat insiste en pitorrearse de las esperanzas utópicas en materia de relaciones.

 

2 – Une Vraie Jeune Fille (1976)

Luego de colaborar en la filmación de “El Último Tango en París” de Bertolucci y de publicar 2 novelas, Breillat recibe la oportunidad de llevar a la pantalla grande una de ellas, para consolidar un debut por demás trascendente y perturbador, al grado de hacer ver a la referenciada película del italiano como un jardín de niños. Se trata de la historia de la joven, Alicia, hermosa hasta la incomodidad, que regresa a casa a de sus padres a pasar vacaciones, poniendo de cabeza con sus formas, no solo a su propio padre sino también a todo masculino del pueblo que pone sus ojos en su humanidad. Aquí surge uno de los estereotipos mas presentes en la filmografía de la directora, las denominadas por ella misma como “Virgenes Locas”, chicas menores de edad con enormes deseos de contacto sexual pero incapaces de consolidarlo por su propia timidez y desconocimiento del tema, eso sí, no sin antes calentar una que otra bragueta.

 

1 – Romance X (1999)

 

 

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Acerca del autor

Adolfo Uriarte     instagram.com/_mascine_/

Fotógrafo por necesidad y hambre, cinéfilo por las mismas causas. Coincido que las buenas películas te marcan, pero las malas son mas divertidas. Mi mayor pecado: odio Star Wars.


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