Las 5 Mejores Películas de Darren Aronofsky
Surrealista contemporáneo, ocho películas le han bastado para volver loca y dividir tanto a la crítica como a la audiencia, siendo uno de los cineastas más polémicos, mediáticos y aclamados en la actualidad.
Como su obra, la vida de Darren se puede resumir bajo un contexto surrealista; de ascendencia judía, nunca profesó ni indicó ningún interés hacia las creencias de sus antepasados, sin embargo desde muy joven llenó aquel hueco espiritual y emocional demostrando un fervor hacia la antropología y el comportamiento humano. Como si la religión fuera algo insuficiente para su búsqueda por el conocimiento y entendimiento de la existencia, Aronofsky desarrolló a la par de sus labores como biólogo en Kenia y Alaska un gusto artístico y cultural que tempranamente lo llevarían a abordar algunas corrientes plásticas para proyectar sus sentimientos tales como la escultura, pintura y el grafiti, pero no fue hasta su llegada a Harvard que su futuro se esclarecería y tomaría el rumbo del séptimo arte, graduándose con honores de la carrera de cinematografía en 1991, claro, sin dejar de lado un posgrado en su amada antropología social.
Su obra ya podría ser remembrada como un pedazo de historia contemporánea fílmica, pues a pesar de su intermitencia (irónica y curiosamente provista en mayor grado por ese agregado académico), no cabe duda que Aronofsky se ha representado como una pieza fundamental del cine de nuestra era; con su tono surrealista e interesante propuesta narrativa y visual, nos guste en supremacía o nos desespere en plenitud máxima, el cineasta ha marcado una vertiente única digna de ser analizada, tomando como punto de partida su apego por la autodestrucción humana, por la dualidad de la mente, por las emociones exacerbadas fuera del control emocional y por último y quizá más importante, por ese elemento místico que ronda en mayor o menor grado cada una de sus obras.
Tan excéntrico como egocéntrico, Darren en los últimos años ha mostrado un cambio de ideología que lo ha llevado a convertirse en un simbolista del espiritualismo profesado por la fe católica bajo cierta adaptación según sus bases antropológicas, por lo cual resulta imperativo analizar el proceso, evolución y obra de este director – autor escritor – productor más allá de su controversia o simple “gusto”.
8 films traducidos en más de 40 premios (de entre los que destacan mejor dirección en Sundance y León de Oro de Venecia), celebremos los 55 años de Aronofsky con sus 5 Mejores Películas
Bonus – The Whale (2022)
Existen dos elementos que de manera morbosa sostienen el interés de este irregular “tragedy porn”; el primero, Fraser, que logra una sensacional actuación bajo las órdenes del “resucitador de carreras” Aronofsky, que vuelve a agarrar del fonde del mar a otro actor caído para llevarlo hacía su mejor actuación; dos, el propio director, que dota de un excelente ritmo al relato a pesar del manejo de un solo escenario. Sale de sus mejores películas debido a su inclusión forzada y ridícula bíblica, que bien pudiera haberse extirpado del guion y llegar hacía la misma conclusión o mensaje. Sin embargo, cuenta con los suficientes valores técnicos y actorales para tenerla en cuenta dentro de su filmografía
5 – Pi: Faith in Caos (1998)
Opera prima que institucionalizaría su estilo, Pi denota una pericia narrativa exquisita que convierte un tema muy complejo en algo alcanzable para el entendimiento en un contexto fílmico incluso comercial. A pesar de sus ligeras inconsistencias (principalmente su falta de ritmo), la cinta es una revolución entre su debate interno de ficción y realidad, donde un matemático busca la razón de la existencia a través de un elemento numérico que llevará al espectador a cuestionarse entre la demencia o el posible encuentro con una realidad alterna a nuestro burdo paso por la vida. Repleta de elementos que resaltan su crítica social y su conocimiento sobre el comportamiento humano al borde de la aniquilación emocional, Pi es una verdadera obra de autor
4 – Black Swan (2010)
Ciertamente el cisne peca de morboso y su giro de tuerca de inverosímil, pero nadie puede negar que su trepidante tratamiento capta todos los sentidos durante tres cuartos de su metraje, en donde Darren logra sumergir al espectador en un juego mental tortuoso y hermosamente exasperante al conjugar sus recursos sexuales (para crear los nexos y retener al espectador) con la forma avasallante de dirigir sus secuencias de baile, las cuáles terminan por acaparar la atención y finalmente solventar las debilidades de su complejo retrato sobre la obsesión , perfección y la locura. Quizá Black Swan no tenga mucho que contar, pero Aronofsky se las ingenia con mucha astucia y oficiopara completar 108 minutos de portentoso, expresivo, bueno y entretenido cine.
3 – Requiem for a Dream (2000)
Surreal como desgarradoramente veraz ejercicio de un trasgresor director, sediento de impactar no solo con virtuosa crueldad narrativa, sino también deseoso en dicho objetivo por repetir la dosis de manera visual ¡No hay nada que perder! (es apenas su segundo film). Darren presta una atención particular a los detalles de la aniquilación humana (física, emocional y espiritualmente) a través de un fastuoso desempeño actoral, extensión que da como resultado uno de los testimonios fílmicos más cercanos en esa caída ante las adicciones. Director e histriones son parte de metáforas sexuales y animales que reducen al humano a una nada, perdiendo todo orgullo y decencia hasta encontrarnos con secuencias difíciles de olvidar… y superar.
2 – Mother! (2017)
Para su servidor, la mejor película en su año. La controversial propuesta surrealista es una metáfora de registro espiritual y social, donde su lógica emana de la comprensión de dichos temas gracias a una simbología que progresivamente va creciendo y obviándose, dejando que el espectador resuelva sus dudas dependiendo de su nivel de raciocinio, apertura o negación. La ignorancia no es una opción, pues a pesar de su abstracción, en la fábula especulativa hay momentos reflexivos que otorgan la oportunidad de aceptar o rechazar el contenido, pues si bien el gusto no es debatible, la calidad es ineludible en todos los sentidos. En otras palabras, esta es la Biblia según Aronofsky, y es un logro fílmico mayúsculo.
1 – The Wrestler (2008)
Una joya del cine contemporáneo, no solo significa la pieza más equilibrada de su director, sino también una de los mejores desempeños actorales de los últimos tiempos, icónica y curiosamente adherido a un actor que en la vida real se encontraban tal y como el personaje, errante y en el sendero de la auto destrucción. Una obra de redención, Darren encontraría que ciertamente un poquito de esperanza y emotividad, un libreto alejado de toda pretensión y elementos surrealistas y un cuidado minucioso en el desempeño actoral, serían la fórmula perfecta para levantar un clásico. Perfecto drama de registro deportivo y una exploración desgarradora e íntima hacía esa auto destrucción, la ganadora del León de Oro es una pedazo de obra maestra
5 Comments
Otro caso en el que las mejores obras de un director, digamos, “pretencioso” son las menos pretenciosas jaja. Pues sus mayores estandartes, y mis favoritas, son definitivamente Requiem for a dream y The Wrestler.
Pues sus relatos surreales no son precisamente de mi gusto; y hablando de Mother!, si bien estoy de acuerdo en que su calidad es indiscutible también entiendo algunas de las quejas para con ella; pero me pareció excesivo que la vapulearan pero no concuerdo en que haya sido la mejor de ese año jaja. Bueno, sería cuestión de que la vea nuevamente para poder opinar a plenitud, pues ya tiene varios años que no la veo.
Gracias por comentar
Wonderful blog!
Artista tremendo que no ha sido reconocido lo suficiente. Saludo desde la reseña de Remitly.
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