Las 5 Mejores Películas de Demi Moore
Una vida de tragedias, excesos, redenciones y vueltas de tuerca, literalmente de película, pero una de muchos altibajos. Demi Moore sería abandonada por su padre antes incluso de nacer, maltratada por su adicta madre (la cual incluso llegó a recibir 500 dólares de un extraño para poder violar a su hija) y finalmente afectada por el suicido de su padrastro. Esta vida llevaría a la propia Moore a caer en las drogas, pero no sin antes ser convencida por su amiga, Nastassja Kinski, de convertirse en modelo e intentar suerte en la actuación.
Y así lo hizo, Demi Moore comenzaría como modelo, pero en revistas para adultos (Penthouse y Playboy principalmente) usando un pseudónimo, para después comenzar a aparecer en algunas películas a principios de los 80. Sería su participación en la serie “General Hospital” la que la daría a conocer para ser seleccionada por algunos directores que buscaban nuevas estrellas para sus dramas adolescentes ochenteros, y fue así como Demi Moore se convertiría en uno de los miembros del llamado “Brat Pack”, dejando incluso las drogas en esos momentos tras ser corrida del set por Joel Schumacher en plena filmación de St. Elmo’s Fire, su primer hit fílmico que recuperaría tras ingresar a rehabilitación y comprometerse con el director de no tocar de nuevo la cocaína.
De 1985 a 1995 Demi Moore llegaría a ser la actriz mejor pagada de Hollywood, pero todo eso cambiaría tras recibir 12 millones de dólares para volverse a desnudar, pero en esta ocasión en una de las consideradas peores películas de los noventa: Striptease.
Alejada durante mucho tiempo de la pantalla y apenas con algunas apariciones para sostener su recuerdo, Demi Moore regresaría a la fama apenas este año, con la que quizá sea la mejor actuación de su carrera.
Celebremos sus 62 años con sus mejores películas
Bonus – Indecent Proposal (Adrian Lyne, 1993)
POR KIM TOBIAS
He aquí mi bodrio romántico favorito. Llámenme ridícula, si quieren, pero es que encuentro en esta historia de amor un sentimentalismo que me mueve fibras. Claro, hay quienes pensarán que la historia ni siquiera resulta creíble: un multimillonario ofrece un millón de dólares por pasar una noche con Diane, la esposa de David (Demi Moore); un matrimonio joven pero sólido que necesitan urgentemente el dinero para salvar una cuantiosa deuda. Y quién haría algo así, ¿cierto? Cualquiera podría afirmar que jamás dejaría que el amor de su vida estuviera con otro hombre ni por todo el dinero del mundo; pero como dice John Cage “es fácil decirlo porque es una situación hipotética”. Y por supuesto está el otro factor, un Robert Redford que se roba la película
Bonus – The Joneses (Derryck Borte, 2009)
POR EL FETT
Si comparamos términos de calidad cinematográfica, esta comedia negra sobre el consumo palidece de forma agravante frente a todas en esta lista, sin embargo, es en su libreto y la proyección de los valores comerciales donde sobresale frente a otros ejercicios de esta materia. Centrada en una familia ficticia que es patrocinada por una corporación para comercializar productos y servicios a su vecinos y allegados, dado su estatus y confort de vida, la trama trasciende de manera mercantil al exponer dos importantes elementos de dicho ramo profesional: la experiencia, base aspiracional de todo consumidor, y el “product placement”. Lastimosamente hay mucho argumento para tan pobre dirección.
5 – We’re No Angels (Neil Jordan, 1989)
Por Uriel Salvador
Valiéndose de la institución eclesial como base, Neil Jordan balancea el respeto y la burla hacia los valores católicos de forma escrupulosa. De esta manera, cualquier creyente o experto en la materia puede reconocer que las situaciones que tanto conmueven a las personas son meras coincidencias, y a partir de ellas, uno carcajea porque sabe que así es la realidad, evidenciado en el discurso final (aunque esto no excusa que todo el pueblo se crea cada cosa que le dicen). Los nervios y la tensión por evitar la captura son sometidos a prueba en cada momento por ese toque de ironía que provee la tercia de Robert De Niro, Sean Penn y Demi Moore
4 – Ghost (Jerry Zucker, 1990)
POR EDGAR DEL VALLE
Comedia dramática sobre una pareja que ve interrumpida su vida cuando el marido es asesinado por un ladrón. La necesidad de salvar la vida de su mujer provoca que el pertenezca a este mundo en forma de fantasma e intente advertirla del peligro que corre, teniendo como único contacto con una pretendida vidente. Esta cinta le permitió a Patrick Swayze y a Demi Moore consolidar sus carácteres de estrellas a nivel mundial, pues se trato de un éxito comercial y de crítica que sigue sosteniendo su culto y fandom hasta nuestros días. Hay varias escenas que han quedado en el memorial de la cultura pop, como aquella del barro y las posesiones en una hilarante Whoopi Goldberg en su interacción como Moore.
3 – Deconstructing Harry (Allen, 1997)
Por El Cine Actuario
En su homenaje a Ingmar Bergman(especialmente a Fresas Salvajes), tenemos la versión de Allen más irreverente con una historia acerca de un escritor que en un libro personal ha dejado a sus allegados mal parados y por consecuencia nadie lo quiere acompañar un premio. Haciendo prácticamente una auto referencia a su carrera, con una puesta surrealista acompañado de un humor absurdo y ácido, Woody Allen nos enseña que la gente nihilista, sin valores, cínica, sarcástica y orgásmica también sufre y puede llegar a ser presidente en Francia. Especial atención a la presencia de Demi Moore tras dos descalabros importantes en su carrera, demostrando que aún tenía buena madera como actriz
2 – A Few Good Men (Reiner, 1992)
POR EL FETT
Quizá la cinta más atípica de su carrera, Reiner encausa con creces un drama bélico que a pesar de ciertas inconsistencias en el guion y un sentido patriotero por momentos rebasado, sale avante por sus extraordinarias actuaciones; Demi Moore, que por ese año era la actriz mejor pagada de Hollywood, daría un necesario y buen equilibrio a la testorena de un film que debe manejar una única verdad, una en la que una sola secuencia en un tribunal (y en particular una sola línea) puede llegar a convertirse en historia gracias a una mera interpretación y su respectiva buena dirección, un fenómeno pocas veces visto donde el autoritarismo histriónico puede hacer crecer a una cinta. Para repasar de vez en cuando.
1 – The Substance (Coralie Fargeat, 2024)
POR EL FETT
The Substance acaba de ganar hace nada el premio ‘Midnight Madness’ en el Festival de Toronto y de guion en Cannes, pero lo más importante es que quizá esté a un paso de aprobación para convertirse en una obra de culto del body horror. A pesar de que Coralie Fargeat se le desmantela la narrativa hacía el último acto, la solidez de su planteamiento crítico y metafórico hacía el star system y la perpetuidad de la belleza, ofrecen un asomo tan cruento como revelador (y visualmente abrumador) sobre la presión en mantener la “juventud eterna” en un espectáculo donde es prohibida la caducidad. Excelente aporte de la directora francesa que conlleva también la revitalización que necesitaba Demi Moore en su carrera