Las 5 Mejores Películas de Diana Bracho

Otra de las musas de Arturo Ripstein, Diana Bracho, ganadora de 2 Arieles y una de las mejores actrices mexicanas desde su irrupción a cargo en aquel siniestro Castillo de la Pureza. Con más de 100 créditos entre el cine y la televisión, y en la actualidad siendo desperdiciada por su trabajo en las telenovelas, Bracho perteneció a esa generación setentera de cambio y transición dentro de la cultura y el estilo fílmico de la industria, la cual se encontraba en estado de supervivencia y sostenida a través del más puro pesimismo de cineastas que simbolizaron la contracultura

Celebramos los 81 años de Diana Bracho con sus Mejores Películas

 

Bonus – Y tu mamá también (Alfonso Cuarón, 2001)

POR EL FETT

Tal vez la road movie mexicana más famosa de la historia (y una de las proyecciones más conocidas de dicha industria en los últimos 20 años). Tomando por segunda vez a su México como plataforma de experimentación, Cuarón comenzaría a implementar el estilo que lo definiría con esta road movie erótica. A través del cuento de la unión espiritual y física de 3 almas errantes, el director desplegaría una gama de secuencias donde se busca (en ocasiones muy forzada) la intimidad de su personaje como si la toma quisiera descubrir no solo el diálogo, sino también el pensamiento en un segundo plano. Diana Bracho tiene una pequeña pero buena actuación como la mamá del personaje de Diego Luna

 

5 – El Santo Oficio (Ripsten, 1973)

Por El Fett

Otro de esas punzantes críticas de Arturo Ripstein hacía el sistema totalitario y manipulador de la religión, solo que aquí excento de metáforas o simbolismos, yéndose directamente a la yugular histórica del asentamiento del catolicismo en la Nueva España (después llamada México) y uno de los hechos poco relatados en los libros de texto, que es la persecusión ideológica y física que sufrieron los judíos también por estos lares. Ripstein destruye a la Santa Inquisición, principal juez y jurado, a través de la historia de una familia que sufrirá prisión, violencia, abuso y violaciones por solo “pensar diferente”. De una excelente recreación histórica, no cabe duda que Don Arturo sabe filmar encerrado en 4 paredes, revelando la verdadera maldad humana y de nuevo con la pobrecita de Diana Bracho como su musa víctima

 

4 – Actas de Marusia (Miguel Littin, 1976)

POR JOSE ROBERTO ORTEGA

El director chileno exiliado en México, explora los temas sociales y políticos con una maestría innegable. Desde la ambientación árida y agreste que se vuelve un personaje más, hasta el ritmo cadencioso de su narrativa. La historia de los obreros del salitre y sus intentos por sindicalizarse, siendo reprimidos por los empresarios (extranjeros) con la venia del gobierno y la milicia, resulta una de esas tramas tan descorazonadoras como incendiarias. Littín logra no sólo una denuncia histórica, sino también un acto de valentía desde su exilio en México, con una obra que reflejó su postura política al darle simbolismos y hacer un paralelismo con los abusos del gobierno de Pinochet. Buena intervención de Diana Bracho en un reparto internacional

 

3 – La Tía Alejandra (Ripstein, 1980)

Por Flaco Cachubi

Una verdadera curiosidad resulta esta película mexicana de horror dentro de la filmografía “Ripstein”. En ella, la pariente del título de apariencia apacible pero con siniestros “hábitos”, interpretada por una soberbia Isabela Corona, llega a la casa de su sobrino envuelta en un halo de misterio destruyendo poco a poco la tranquilidad del hogar que ha formado con su esposa y tres hijos, hasta llevarlos al límite de la desgracia. Cinta que si bien toca el tema de la magia y la brujería, se aproxima más al thriller psicológico que al horror sobrenatural. Destaca la creación de una atmósfera asfixiante pese al austero diseño de producción y el trabajo actoral de la ya citada primera actriz Isabela Corona, Manuel Ojeda y Diana Bracho.

 

 2 – Las Poquianchis (Cazals, 1976)

Por Edgar del Valle

En el mismo año que “El apando” y “Canoa”, y basada en un hecho real que conmovió a la sociedad mexicana. La cinta nos relata la historia nefasta de tres hermanas apodadas las poquianchis que mantienen una red de prostitución en el Estado de Guanajuato con la complacencia de las autoridades locales, que se ve descubierta ante la aparición de cadáveres de mujeres mandadas a asesinar por ellas. Un relato crudo y sin concesiones sobre la prostitución en los estratos más desprotegidos de la sociedad, verdaderamente sobrecogedora. Una de esas cintas que ningún espectador se atreve a ver dos veces, por no confrontar una realidad evidente. Sin duda alguna uno de los mejores trabajos de Felipe Cazals, con una atmósfera muy densa, muy oscura.

 

1 – El Castillo de la Pureza (Ripstein, 1972)

Por Cat Movie Lee

En los 50, la prensa mexicana sacó a la luz uno de esos casos que sacudió a la sociedad de aquel entonces, la policía había arrestado a un hombre que durante casi 20 años, había mantenido encerrada en su casa a su familia bajo la premisa de que el mundo exterior era malo y que él sería una especie de dios que los mantendría. La historia era tan impactante que fue imposible resistirse llevarla al cine. Originalmente pensada en ser protagonizada por Dolores del Río, las diferencias entre ésta, Ripstein y el enorme José Emilio Pacheco (encargado del guion) cambiaron los planes para sus figurantes, pero no así para hacer de esta cinta un referente que junto a otros ejemplos como El apando, o Las poquianchis encontraron en la vida real, inspiración pura y dura. La inocencia e intensidad de Diana Bracho se roba la película en un inmejorable debut

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