Las 5 Mejores Películas de Elem Klimov
Otro caso de un cineasta opacado por su obra más conocida, ya que aunque Elem Klimov es reconocido por haber filmado la mejor película bélica de la historia, el impacto que dejaría sería tan grande que rezagaría al olvido al resto de su trabajo (que tampoco es mucho). Para entender su forma de pensar, es necesario dividir su vida en 2 períodos importantes.
Nacido en Volgogrado (antes Stalingrado) el 9 de julio de 1933, Elem Klimov, su madre y su hermano menor evacuarían su ciudad para escapar de la Segunda Guerra Mundial. Terminado el conflicto, estudió en el Instituto de Cinematografía Gerasimov, donde conoció a su futura esposa: la directora Larisa Shepitko. Esa alegría que ella le generaba explicaría por qué sus primeras obras son tan diferentes a lo esperado: comedias que ocultaban cierta crítica al gobierno totalitario detrás de sus chistes. Aquí se vislumbra su característico uso de primeros planos, siempre enfatizando el rostro del actor mirando a la cámara con tal de provocar una reacción. Todo indicaba que veríamos el nacimiento de un nuevo genio de la comedia.
Lo que no esperaba fue la repentina muerte de su esposa en 1979. Ese día algo cambió dentro de Elem Klimov, algo se quebró. La felicidad que antes tenía se desvaneció e hizo la transición al tono sombrío y deprimente por el que se le suele ubicar. El dolor de perderla, junto al resurgimiento de los traumas bélicos sin sanar, causaron una inclinación a explorar en distintas obras el lado oscuro de la humanidad, y a la larga derivó en la realización de la joya por la que siempre será recordado. Sin embargo, esa misma obra le quitó todas las ganas de seguir dirigiendo, retirándose casi de inmediato. A pesar de eso, se mantuvo como Primer secretario del Sindicato de Cineastas durante un tiempo y fue miembro del jurado del Festival Internacional de Cine de Berlín. En una entrevista le preguntaron sobre su retiro, según sus propias palabras: “Perdí el interés en hacer películas. Sentía que ya había hecho todo lo posible.”
Se reuniría con ella el 26 de octubre de 2003. En su honor, recordémoslo con sus mejores películas.
P.D. Todas las películas vienen adjuntas para que no tengan ni una pinche excusa en no verlas. Agradezco a Mosfilm por su contribución a este Top.
Bonus – Sport, Sport, Sport (1970)
POR URIEL SALVADOR
Este documental aporta una perspectiva interesante al usar el testimonio y significado cultural e histórico del deporte en la vida de atletas, entrenadores, comentaristas y fanáticos. La edición se alterna con imágenes de eventos deportivos reales (sobresale la hazaña de Jesse Owens) y abre cuestiones relacionadas a la evolución deportiva, su intervención en la política, el arte y la ética y el futuro del medio. Sin embargo, el mismo compendio de imágenes hace que el tono propagandístico se le salga de las manos a Elem Klimov, y pese a los esfuerzos de Georgiy Svetlani como personaje guía, no hay una narrativa más concisa que ate mejor al proyecto.
5 – Adventures of a Dentist (1965)
POR URIEL SALVADOR
Una comedia que oscila entre escenas cotidianas y detalles oníricos que esconde detrás de su banda sonora alegre una crítica hacia la envidia y el conformismo. Elem Klimov usa el talento natural de un dentista para sacar muelas sin anestesia ni dolor como planteamiento del dilema atemporal entre encajar y destacar: ¿Por qué las personas con dones extraordinarios deben desperdiciar su potencial rebajándose al mismo nivel de la gente promedio? La corta duración la hace compacta y permite ajustarse a sus ideas fácilmente, y comprender que, aunque se tenga el poder de cambiar el mundo, los celos colectivos y la presión por ser validados pueden diezmar a muchos prodigios.
4 – Agony (1981)
POR URIEL SALVADOR
Elem Klimov retrata la caída de la dinastía Romanov y la pronta llegada de la Revolución Rusa a través del punto de vista del hombre más atípico: Grigori Rasputín. Con una puesta en escena barroca y vibrante que logra una precisión histórica casi perfecta, da rienda suelta a varios momentos de tensión provistos por la excelente actuación de Aleksei Petrenko como el místico titular. Aunque en su tiempo el gobierno trató de enlatarla por su carga sexual y caracterizar a Nicolás II como un hombre débil de carácter y fácilmente manipulable (razón por la que tardó 6 años en salir después de terminada su filmación), es un buen ensayo para entender su cambio de tono.
3 – Welcome, or No Trespassing (1964)
POR URIEL SALVADOR
Resulta insólito que Elem Klimov haya debutado con una comedia y un tono tan diferente al que se le suele ubicar, en una ingeniosa sátira política sobre el autoritarismo, la disciplina y la rigidez de la adultez contra la magia y creatividad de la infancia. Así, la burocracia autoritaria gubernamental (simbolizada en el estricto y cuadrado director del campamento) se contrapone a la mentalidad de los niños, que sólo piensan en divertirse y pasarla bien. Una burla hacia quienes se obsesionan por controlar y tener ordenado todo, que por si fuera poco, sería la principal inspiración y base de toda la carrera de Wes Anderson (sólo que con una mayor variedad de movimientos de cámara).
2 – Farewell (1983)
POR URIEL SALVADOR
Originalmente dirigida por Larisa Shepitko y retomada por Elem Klimov tras su muerte, la consumación de su conocido tono oscuro concluye con esta elegía fúnebre a la tradición y el antiguo modo de vida. Más allá de los simbolismos que hacen ver a este proyecto como concientización del medio ambiente, resalta una crisis existencialista sobre la supervivencia y trascendencia humana, pero también un apego nostálgico hacia el lugar de origen mediante las distintas actitudes de cada habitante del pueblo. Una metáfora sobre aprender a soltar, así como intentar resguardar (o al menos despedir con dignidad) el espíritu de un mundo que el avance tecnológico y el cambio climático se encargaron de desaparecer.
1 – Come and See (1985)
POR URIEL SALVADOR
Tan brutal y cruda como imposible de olvidar, Elem Klimov hace sufrir, palidecer y llorar al destrozar la mente y razón de su protagonista y del público, mostrando la podredumbre ocasionada por una inevitable horda que arrasa con todo lo que tenga en frente. Llena de simbolismos, compuesta en su mayor parte de primeros planos y complementada por una edición de sonido impecable, fomenta la sensación de miedo por el constante estado de shock que somete a cada hombre, mujer y animal. El más realista retrato del horror que verdaderamente significa la guerra: un infierno que causa devastación, dolor y muerte a su alrededor, sólo otro capítulo de una pesadilla de la que no puede despertarse.