Las 5 Mejores Películas de Emir Kusturica
Apodado el Fellini de los Balcanes, Emir Kusturica es un director polémico por decirlo amablemente. Viniendo de la antigua Yugoslavia, ha sido atacado (figurativa y literalmente) por su oposición a las políticas estadounidenses y europeas, criticado por apoyar la invasión de Rusia a Ucrania (pero estar en contra de la guerra entre ambas naciones), y siendo repudiado por croatas y bosnios debido a que gran parte de su obra tiene una postura que podría considerarse pro serbia (nacionalidad que adoptó tras finalizar el conflicto).
Nacido el 24 de noviembre de 1954 en Sarajevo, hijo único de una familia musulmana laica. Durante su juventud estuvo al borde la delincuencia, pero logró conseguir un pequeño papel como actor en “Walter Defends Sarajevo” a raíz de la amistad de su padre con el director Hajrudin Krvavac. Fue quizás experiencia la que lo hizo interesarse por el séptimo arte y llevar a graduarse de Escuela de Cine de la Academia de Artes Escénicas de Praga, comenzando a hacer sus propios cortometrajes para televisión antes de dar el salto a la pantalla grande, tomando inspiración de Federico Fellini, Jean Renoir y Andrei Tarkovsky
Desde su primer largometraje se denotan las características que definirán su peculiar estilo: la calidez de su construcción de personajes, la empatía hacia la miseria cotidiana, la simpatía por los marginados y una perspectiva más cercana al neorrealismo italiano. Esta mezcla entre naturalismo y surrealismo viene acompañada por un humor corrosivo, una banda sonora estrambótica a base de trompetas, una ironía típicamente eslava y mucho simbolismo alrededor de los animales como extensión de la naturaleza humana. Todos estos elementos hacen más evidente algo común entre los ex yugoslavos: el uso de la comedia para sobrellevar la complicada tragedia que significa vivir (no es de extrañar considerando lo que le pasó a su país).
Ganador de 2 Palmas de Oro, un León de Plata, un Oso de Plata y un Premio César, su figura ha quedado marginada en la actualidad (por su falta de adaptabilidad, su interés en otras áreas como la urbanización o la música y sus controversias políticas antes mencionadas). Pero no por eso le quita o reduce mérito ante quién es un firme candidato a ser uno de los mejores directores de la historia. Es por eso que hoy le damos un reconocimiento especial con sus mejores películas.
Bonus – Maradona by Kusturica (2008)
POR URIEL SALVADOR
Conocido admirador de Diego Armando Maradona, Emir Kusturica aborda la vida del astro argentino más allá del deporte, desde su infancia en Villa Fiorito y su carrera como jugador (incluyendo sus 2 famosos goles) hasta sus problemas con las drogas y su postura pro socialista. El material inédito explora una compleja vida pública que nunca tuvo la oportunidad de ser privada, así como explicar qué representa la figura del futbolista para el mundo. Lo que le pesa es la redundancia y reutilización de tantas tomas sobre los mismos temas, resultando en un metraje interesante, pero repetitivo que hace pensar que quizás este proyecto no daba para durar 90 minutos.
Bonus – Arizona Dream (1993)
POR URIEL SALVADOR
Su única incursión en suelo americano es original, extraña e indulgente, pero con suficiente calidez, encanto y humor para superar sus propios excesos. Repleta de detalles que aluden a un postmodernismo surreal, resulta irónico que una de las obras que mejor analiza la mentira del sueño americano también capture el espíritu de lo que significa ser estadounidense mejor que prácticamente cualquier cineasta del país (precisamente debido, tal vez, al estatus de forastero de Emir Kusturica). Una obra menor en su filmografía, pero que denota la versatilidad de su estilo, pues ver a un joven Johnny Depp imitando a un pollo en una patineta no tiene precio.
Bonus – Do You Remember Dolly Bell? (1981)
POR URIEL SALVADOR
El debut de Emir Kusturica revela los miedos y sueños propios de un joven encantador, algo tímido y con cierto gusto por la hipnosis, cruzados con el testimonio trazado de Yugoslavia para crear una atmósfera que oculta la incertidumbre de la vida adulta, aun sí es más exagerada y tiende más a la caricaturización. De ahí que destaque el perfil más realista que aporta Ljiljana Blagojevic como la titular Dolly Bell, difuminando la línea entre actor y personaje. Menos exuberante que sus obras posteriores (más que nada por algunas partes pesadas en la narrativa), pero que habla de sueños frustrados, injusticias sociales y ante todo, el deseo de superarse a sí mismo para crear un mundo menos injusto.
5 – Life is a Miracle (Emir Kusturica,2004)
POR EL CINE ACTUARIO
Con su estilo surreal ya conocido y navegando entre la comedia y el drama, Kusturica crea un retrato de la guerra lleno de claroscuros entre el pesimismo, la positividad, la melancolía y la fiesta. La historia de Luka es un retrato de la guerra emocional desde la perspectiva humana, siendo el personaje un pivote para crear un discurso antibélico que funciona de maravilla. Acompañado en el score con su banda (No Smoking Orchestra) Life is a Miracle es la consolidación de un estilo único, pero jamás igualado. No es Underground, pero si es una obra muy buena de parte del legendario director europeo
4 – When Father Was Away on Business (1985)
POR URIEL SALVADOR
Emir Kusturica nos hace observar las condiciones de vida durante la dictadura de Tito desde el punto de vista del miembro más pequeño de una familia ordinaria. Además de reconstruir y mostrar a profundidad el folclor, la mentalidad y la atmósfera de los Balcanes, impregna un humor que oculta y al mismo tiempo hace más evidentes los problemas adultos: la dura toma de decisiones, el fervor patriótico que emiten los medios de comunicación, las tensiones internas de un país conflictivo y la traición de los miembros más cercanos. Pero es en el frágil optimismo característico de la niñez que se conservan la pasión, la esperanza, el miedo, las diferencias y las expectativas en el mañana.
3 – Black Cat, White Cat (1998)
POR URIEL SALVADOR
Tras la disolución de su querida Yugoslavia, Emir Kusturica entrega la película más loca, mágica y disparatada de su filmografía. Una trama repleta de historias relacionadas al amor verdadero, la amistad y el honor familiar que, en primera instancia, hacen creer que desembocarán en un drama amargo. Pero la irracionalidad humana, el crimen y la violencia adquieren el humor más negro posible hasta resultar en una burla a la condición humana. Llena de simbolismos, junto a unos personajes entrañables y un homenaje a Casablanca, sus continuos chistes tratan de superarse a sí mismos mientras se aguarda a llegar al clímax en forma de una de las bodas más caóticas de la historia del cine.
2 – Time of the Gypsies (1988)
POR URIEL SALVADOR
Originalmente concebida como una miniserie, Emir Kusturica crea no sólo uno de los proyectos más distintivos de su época, sino también algo tan agotador por su larguísima duración, pero igual de gratificante. Divida en 5 capítulos que abarcan varios años de la vida de un niño romaní y su familia, el tono desenfadado encuentra su punto de inflexión al transformar el humor en dolor a partir de imágenes duras que podrían hacerla pasar por una tragedia griega. Pero lo que más resalta es la forma en la que emplea elementos fantásticos para retratar la unión de toda la comunidad gitana, se sumerge tanto en ella que la historia se convierte en un mosaico sobre ella misma.
1 – Underground (1995)
POR EL FETT
De la antigua Yugoslavia, llega esta exquisita puesta en escena donde la tristeza pocas veces había sido tan hermosamente expresada y transformada en alegorías surrealistas llevadas al límite de la extravagancia y la felicidad; una fiesta constante visual y narrativa donde Emir Kusturica exprime las bondades humanas para usarlas al servicio de una percepción bélica y romántica bastante retorcida: Marko se refugia bajo tierra durante la guerra manufacturando armas, pero al final del conflicto, sigue engañando a su amigo convenciéndolo que allá arriba aún no es seguro; cuando el secreto es descubierto, he ahí el final de la rica metáfora ¡Ya no existe Yugoslavia! Una locura tan desgarradora como magnífica, con una ambientación suprema y la imprescindible banda sonora de Goran Bregovich.