Las 5 Mejores Películas de Ernest Lehman

Ernest Lehman, guionista de cabecerade Robert Wise, no solo fue el encargado de tres de los más grandiosos musicales en la historia, sino también de tensos thrillers y dramas que se han quedado enmarcados como joyas del séptimo arte. 18 libretos bastaron para escribir en letras de oro su nombre como uno de los mejores en su rubro, y aunque fuera nominado en seis ocasiones al Oscar, solo de dieron un mugroso mono dorado de manera honoraria, en otro de esos casos donde la máxima genialidad no fue premiada por la Academia

Retirado en 1979 como todo un gigante, y fallecido en el 2005, recordamos a Ernest Lehman con sus mejores películas

 

Bonus – Executive Suite (Wise, 1954) 

POR EDGAR DEL VALLE

Historia sobre la confrontación de dos empresarios, uno de los cuales pretende hacer negocios, pero con ética y su antítesis es otro que solo sabe de números y dinero. Robert Wise en su primera colaboración con Ernest Lehman logran una muy buena película sobre los valores humanos, con una actuación sumamente convincente de el gran Fredrich March, en otro de esos papeles de odioso que le quedaban como anillo al dedo (de ahí su gran versatilidad, pues también podía interpretar la antítesis de dichos arquetipos). En medio de estos dos empresarios, existe también un gran reparto en donde el director reparte una variante de personalidades que coexisten en una torre de codicia y ambición, poniendo de manifiesto uno de los primeros esbozos del cine coral

 

Bonus – Sweet Smell of Success (Alexander Mackendrick, 1957)

POR EDGAR DEL VALLE

La acción tiene lugar en New York y  narra las peripecias de Sidney Falco (Tony Curtis), agente de imagen ambicioso y sin escrúpulos, que trabaja para J.J. Hunsecker (Burt Lancaster), columnista del diario de distribución nacional “The Globe”, y que tiene controlado bajo sus columnas a millones de lectores. Entre los dos comenzará un conflicto cuando Falco comience a cortejar a la hermana de su jefe, el cual hará lo posible para evitarlo. Una excelente película, con grandes actuaciones y que logra proyectar la manipulación de la media, un símbolo que se mantiene como un remanente aún en nuestro días. Alexander Mackendrick comenzaría con el pie derecho en Estados Unidos, siendo también una de los trabajos más personales de Ernest Lehman, pues basó mucha de su escritura en sus vivencias cuando escribía radionovelas y artículos sobre famosos de Broadway.

 

Bonus – West Side Story (Wise, 1961)

POR EDGAR DEL VALLE

Dirigida por Robert Wise y escrita por Ernest Lehman, dos pandillas rivales de la ciudad de Nueva York afectan el amor que existe entre un joven hombre y una mujer que pertenecen cada uno a uno de los grupos. Con música compuesta por Leonard Bernstein, fue nominada a 11 premios Óscar y ganó 10, incluido el de mejor película y mejor director, siendo el primero que recibiera Wise dentro de su carrera (y del género). Considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry, esta readaptación cultural de Romeo y Julieta se conserva como uno de los mejores musicales en la historia.

 

5 – The King and I (Walter Lang, 1956) 

POR EL FETT

Basado en una obra teatral, Ernest Lehman no se despega mucho del material original para que Lang encause un romance casi de telón, en una de esas cintas que parecen haberse filmado sobre el escenario y no en un estudio. La gran ventaja pues, recae en la labor actoral, en una de las químicas románticas más naturales y románticas entre Yul Brynner y una despampanante Deborah Kerr, que despliegan un entendimiento muy elevado y adelantado a su época. Segunda de tres versiones (y la mejor) sobre la célebre novela de Margaret Landon, Brynner lograría su primer y único Oscar ¿Y Kerr? etcetera, etcetera, etcetera

 

4 – The Sound of Music (Wise, 1965)

POR EDGAR DEL VALLE

La vida de María, una joven novicia austriaca, cambia cuando tiene que cuidar de los siete hijos del capitán Von Trapo, del que se enamorara profundamente, todo ello durante la segunda guerra mundial. Nuevamente Ernest Lehman y Robert Wise en su clímax nos sorprenden una película musicon una de las grandes películas musicales, candidata a 10 premios Oscar y ganadora de 5 de ellos, incluyendo mejor película y mejor director.  Por mucho tiempo fue considerada la cinta más taquillera de la cinematografía mundial, logrando el segundo premio Oscar para este histórico director. En 1998, el American Film Institute la enumeró como la quincuagésima quinta mejor película estadounidense de todos los tiempos, y la cuarta mejor película musical.

 

3 – Sabrina (Wilder, 1954)

POR EL FETT

Una de las comedias románticas más elegantemente actuadas y dirigidas, pero también injustamente olvidadas, Billy Wilder se encuentra en completo dominio de su entorno y con la agilidad narrativa que lo caracteriza, para que el triple duelo actoral delante de la pantalla tome el mando en una de las químicas más deliciosas y divertidas de la época de oro. Aunque nadie compite con la presencia de una enorme Audrey Hepburn en todo su esplendor, es en encontronazo entre Bogart y Holden en donde radica toda la genialidad de su guion, complementado por un Ernest Lehman que sufriría ansiedad y crisis nerviosas en su colaboración con elmismo Billy Wilder

 

2 – Who’s Afraid of Virginia Woolf? (Nichols, 1966)

POR EL FETT

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Brutalidad absoluta y uno de los mejores retratos anti relacionales enfundados en la historia de cómo una pareja alcohólica comienza a destruirse usando de por medio a unos pobres diablos recién estrenados en el aspecto matrimonial. La piedra angular de este hermoso desastre es sin duda Elizabeth Taylor, la cual regala su mejor actuación destruyendo la pantalla con su intensidad y química que forja con un Richard Burton, el cual sobrevive a esta tóxica hembra. Lo mágico es que estamos hablando del debut de Mike Nichols (y sin ningún previo ejercicio), denotando las cualidades del cineasta suscritas mayormente al excelso guion de Ernest Lehman y su respeto por la comunión entre los lenguajes cinematográficos y teatrales. Un clásico de culto

 

1 – North by Northwest (Hitchcock, 1959)

POR EL FETT

Este film ejemplifica por qué Alfred Hitchcock es un grande, y es que es capaz de crear, plantear, construir, desarrollar y concluir una historia cimentada en la progresiva y genial nada del guion de Ernest Lehman con resultados tanto excepcionales como tensos: Un ejecutivo publicitario es confundido con un agente gubernamental por una asociación de espías extranjeros, comenzando así una persecución de más de 120 minutos alrededor de todo el suelo norteamericano. Una odisea que sin duda no solo significa el relato más complejo en forma y contenido del cineasta, sino también el más divertido y entretenido, pues el mismo desarrollo repleto de elementos macguffin (¡Pero repleto!) hace notar a un Hitch suelto, relajado y brillante, proveedor tanto de humor y sarcasmo elegantes como de secuencias de acción – suspenso ¿la combinación? secuencias como la del aeroplano, minutos y minutos de suspenso y misterio en un desierto con un preámbulo silencioso y auspiciado por sus elementos visuales y auditivos naturales. En definitiva el mejor ejercicio de este Maestro del Suspenso

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