Las 5 Mejores Películas de F. Murray Abraham
Uno de esos actores de gran envergadura, pero marcado por la industria, actores y directores por su “mal carácter”, pésima relación con sus compañeros y por su narcicismo, el cual irónicamente está ligado al haber ganado el Oscar por una de las consideras mejores actuaciones de todos los tiempos.
Nacido del teatro, F. Murray Abraham pasaría a la pantalla chica de manera natural y rápida, sin embargo abandonaría la actuación en un momento impulsivo debido a “que no apreciaban su talento”, molesto por ser relegado a personajes menores. Pasó a convertirse en “amo de casa”, mientras su esposa se encargaba de traer pan a la mesa, pero convencida por esta de perseguir su sueño, fue contratado por Brian De Palma para interpretar a uno de los principales rufianes en Scarface, papel que lo lanzaría a la fama y que consecuentemente le abriría la puerta para sus dos personajes inmediatos más populares.
Desgraciadamente y debido a su conducta, tras ese lapsus de gloria F. Murray Abraham iría cayendo nuevamente de la gracia de la industria, destinado otra vez a interpretar papeles secundarios y de relleno hasta que irónicamente en los últimos años, encontrara otra vez refugio para su talento en la televisión.
Celebremos los 85 años del pesado de F. Murray Abraham con sus mejores películas
Bonus – Inside Llewyn Davis (Hermanos Coen, 2013)
Por El Fett
Si existen películas sobre la mediocridad, el íntimo retrato sobre este músico, ni lo suficientemente bueno para encontrar una oportunidad, ni lo suficientemente malo para compadecernos de él, sería una de las piezas clave en donde se cimente dicho tópico; de ahí en más esta sería fuera de toda mezquindad, una de las piezas más infravaloradas y geniales de los Coen, una patada para entender que la vida no solo no es perfecta, sino que es brutal y posiblemente la peor barrera de tu mediocre ser. Lo genial de este cruento cuento musical es Llewyn y su andar errante por el mundo, que se resume como una metáfora hacía con un gato callejero. Por su parte F. Murray Abraham tiene una aparición, casi cameo, formidable hacía el final de la cinta, muy fiel a su estereotipo de sangre pesada
5 – Finding Forrester (Van Sant, 2000)
POR FLACO CACHUBI
En Finding Forrester de Gus Van Sant, de manera “coincidente” son las apariciones de F. Murray Abraham y Sean Connery las que ofrecen más sal y pimienta a una obra que engrosa la larga lista de cintas sobre el triunfo del espíritu, con su respectiva cuota de sentimentalismo, pero no por ello dejando de ser rescatable. En su penúltima aparición en pantalla, Connery interpreta a un anciano escritor recluido en un departamento, cuya vida se cruza accidentalmente con la de un muchacho afroamericano con quien desarrolla una amistad basada en el gusto de ambos por la literatura. Por su parte, Abraham encarnará al profesor que acusará de plagio al muchacho, otro personaje odioso, de esos que le quedan como anillo al dedo al Salieri
4 – Mighty Aphrodite (Allen, 1995)
Por Clementine
Un disfuncional matrimonio neoyorkino comienza a distanciarse. Tienen un hijo adoptivo, en el que Lenny, el marido (Allen), vuelca toda su atención y entusiasmo. El chico es muy inteligente, lo cual lleva a Lenny a obsesionarse con encontrar a sus padres biológicos. Vaya sorpresa se lleva cuando descubre que la madre es una prostituta boba e iletrada, misma que Lenny intentará ayudar y “pulir” al mismo tiempo. Las situaciones que se vendrán a continuación se desenvolverán al más puro estilo de la comedia ágil de Allen, mezcladas con un tono teatral y contadas a modo de episodios divididos por la intervención de unos coros que parodian a la clásica tragedia griega. Y por cierto, hablando de griegos, la aparición de F. Murray Abraham es de destacar como el líder del coro
3 – Scarface (De Palma, 1983)
POR EL FETT
Mentiría si digo que la película me llena del todo (concuerdo con la crítica de 1983, que la destrozó en su estreno), pues mientras el ritmo es aletargado y por varios momentos redundante, la actuación de Pacino me parece un poco caricaturesca y forzada. Aún así la cinta se mantiene a flote por la inclusión de muchos ingredientes y personajes en una especia de progresión coral de donde destaca el dinamismo de De Palma y un par de histriones, entre ellos F. Murray Abraham en el papel del traficante Omar, interpretación que básicamente lo regresó a la actuación y que este aprovecha para ser gala de su sofisticación antagónica, teniendo por supuesto una de las escenas de muerte mejor logradas de la película
2 – Der name der Rose (Annaud, 1986)
Por El Fett
La obra cumbre de Jean-Jacques Annaud fue también una prominente adaptación de la afamada novela de Umberto Eco, engalanada con la presencia del mejor Sean Connery, de un siniestro villanazo de F. Murray Abraham y con un relato tan oscuro como entretenido que enfrenta a la hipocresía religiosa con la propia naturaleza de la fe, poniendo en contraste una trama “detectivesca” y al conocimiento como principal amenaza muy por encima de la cruenta y tal vez muy realista impresión de una sanguinaria “Santa Inquisición”. Un thriller de índole espiritual que crece en suspenso hasta llegar a ese explosivo y desalentador clímax, el viaje en el tiempo y la maravillosa ambientación hacen que el espectador sea otro testigo de aquella muy cuestionable intimidad monasterial – cristiana. Una joya
1 – Amadeus (Forman, 1984)
Por El Fett
Estamos hablando de una de las mayores piezas fílmicas de todos los tiempos. Su puesta escena, reconstrucción de época, sublimes actuaciones y quizá la mejor comunión musical – visual en la historia, escapan de los estándares de Hollywood con la construcción de un “ficticio” e inmaduro Mozart que en su momento afectó la visión de los puristas, pero que a la postre solventarían una narración perfectamente delimitada por los traumas paternalistas y esa responsabilidad hacía la perfección, dote que Forman se encarga de proyectar no solo de parte del genio, sino también por parte de la envidia del rival, dos vertientes que comulgan en un exquisito elemento emocional que hasta la fecha brindan secuencias complejas, grandilocuentes y catedráticas en lo que se refiere a la labor histriónica y al leguaje fílmico en general. Por cierto, si, F. Murray Abraham como Salieri logra una de las mejores actuaciones de TODOS LOS TIEMPOS