Las 5 Mejores Películas de James Gandolfini
Es posible que el público lo ubique más por su personaje, Tony Soprano, que por su propio nombre, James Gandolfini, un buen actor fílmico – televisivo que alcanzó la gloria gracias a una de las series más reconocidas de todos los tiempos, Los Soprano.
Nacido en Nueva Jersey y de padres italianos, James Gandolfini fue educado bajo las costumbres italianas, yendo y viniendo de la tierra de sus ancestros, hablando el idioma con fluidez y profesando la religión y las tradiciones de su familia. Estas bases asentaron su futuro como actor, estereotipándose en personajes italo americanos y casi siempre suscritos a la mafia
Fallecido a los 51 años debido a un ataque cardíaco, recordemos a James Gandolfini con sus mejores roles, teniendo en cuenta su buen registro más allá de Tony Soprano.
Bonus – Zero Dark Thirty (Bigelow, 2012)
Tenía que pasar que, para alcanzar la perfección directiva, Bigelow se juntara con una extensión de su talento en el apartado actoral, una Jessica Chastain que brilla por su naturalidad y enfermiza obsesión por capturar a Bin Laden. Así, Bigelow nos manifiesta quién fue la narradora que durante algún tiempo comprendió la guerra actual de la manera más cruda y natural posible, desde su raíz hasta su conflicto espiritual y existencial, y así poder impartir cátedra de como plasmar suspenso y ritmo a un conciso drama bélico frente a otros nefastos ejercicios que intentaron lo mismo y fracasaron (Nolan y Ridley Scott, por ejemplo). James Gandolfini tiene un fugaz, pero sobrio y excelente papel como el director de toda esta operación
Bonus – Where the Wild Things Are (Spike Jonze, 2009)
Quizá sea, sin ser del todo buena, la mejor adaptación de “Winnie Pooh” a la acción real sin ser “Winnie Pooh”, pero si desarrollando a través de un niño con serios problemas familiares y emocionales (incluso sugiriendo trastornos o enfermedades como el autismo, la bipolaridad o la hiperactividad), un mundo interno donde este tendrá que enfrentarse a una serie de monstruos, sus monstruos, todos ellos simbolizando un rasgo de carácter, emoción o trastorno. A pesar de ser muy inconsistente, el diseño de producción, las voces y los por momentos terroríficos sucesos desatados de las emociones desbordadas (resaltando la de James Gandolfini como el monstruo principal), logran hacer a esta cinta una tan peligrosa como interesante tesis psicológica sobre la depresión infantil.
5 – True Romance (Tony Scott, 1993)
POR EL FETT
90 minutos a cargo de la explosiva dirección de Tony Scott (en su mejor película) y el guion de Quentin Tarantino (el cual sobra decir, es mucho mejor que la mitad de la filmografía de Don Patas, manteniendo la calidad narrativa entre Reservoir Dogs y Pulp Fiction), dan como resultado una tierna y siempre tensa obra coral que se desempeña entre el noir, el thriller mafioso y el romance, desfilando una decena de personificaciones y personalidades que agregan constantemente interés y amenaza a esta gran historia de amor. Es mérito de Tony mantener el nivel de suspenso hasta el final, ayudado por su gran reparto. James Gandolfini regala un siniestro papel como un sicario y golpeador de mujeres.
4 – The Man Who Wasn’t There (Hermanos Coen, 2001)
Una de sus películas más infravaloradas, esta deconstrucción del cine noir es tan provocadora que juega a descomponer los elementos más básicos del género sin que estos sean ajenos a su narrativa. Los Coen así dan un revulsivo que en todo momento es tenso por la serie de acciones idiotas en las que caen sus protagonistas y la propia narración de su odioso, pero a la misma vez encantador y trágico antihéroe (un genial Billy Bob). Frances como la femme fatale, una de esas “raras”, sensuales, con cuestionables acciones y una personalidad que juega con la deriva y designio de los Coen, y por supuesto James Gandolfini como el jefe de praxis cuestionables e infieles, que será el punto de partida del principal conflicto.
3 – Enough Said (Nicole Holofcener, 22013)
La última película en que participara James Gandolfini, permitió al actor mostrar una faceta dramática y romántica poca o nula explorada en su carrera a lado de la siempre simpática y aparentemente neurótica Julia Louis-Dreyfus. En la cinta de la neoyorquina Nicole Holofcener, Gandolfini interpreta a un hombre falto de carácter, dulce, pero también solitario, que comienza un idilio con su masajista, desplegando así un entrañable manifiesto sobre la crisis de mediana edad y varios síndromes que el adulto vive tras la partida de los hijos. Se manejó incuso la posibilidad de una nominación póstuma al Oscar para Gandolfini, pero su excelente actuación solo alcanzó para variados reconocimientos en los círculos de crítica
2 – The Drop (Michael R. Roskam, 2014)
Exquisita y muy olvidada película, combinación de thriller gansteril con sutiles notas de noir, bien compaginado, sencillo, pero a la vez con una chispa provista por la dirección y las actuaciones que despliegan las cualidades de un guion correcto y enmarcado prácticamente en un solo escenario (el bar del primo Marv, un excelente James Gandolfin antes de su muerte). Tom Hardy interpreta al barman y apoderado del “primo”, un personaje “ético” que se mantiene al margen de las prácticas ilícitas y mafiosas de su empleador y amigo. Una pequeña gran actuación y fiel a su tipo de personajes, Gandolfini agrega una bidimensionalidad a su arquetipo de mafioso en un rol mucho más vulnerable. Una pequeña gran película y muy digna para su repentina despedida.
1 – The Sopranos (1999 – 2007)
Globo de Oro, 4 Emmys y la posición como uno de los personajes clave en la historia de la televisión, James Gandolfini dio durante 86 capítulos y 6 temporadas el papel de su vida, el del capo mafioso Tony Soprano, en el intento de equilibrar sus labores criminales y su vida familiar. El mayor valor de esta serie fue la exploración psicológica de este ser a través de la propia terapia, deconstruyendo el perfil del capo para dar una mayor profundidad emocional sin que esto signifique del todo agregar una justificación “humanizadora” hacía este tipo de personajes. Si bien quizá la serie se excedió una o dos temporadas, la presencia de Gandolfini siempre significó un deleite dramático, dando una de las historias más renombradas del género tanto en la televisión como en el cine