Las 5 Mejores Películas de Jane Campion
Nacida el 30 de abril de 1954 en Wellington, Jane Campion ha pasado a la historia como la única mujer en ser nominada dos veces al Oscar por Mejor Dirección (ganando una vez), y la primera mujer en recibir la Palma de Oro. Inspirada por Frida Kahlo y Joseph Beuys para su formación artística, aunque inicialmente quiso dedicarse al teatro y la pintura, los resultados no se le dieron y optó por el cine como alternativa.
Puede vislumbrarse en su filmografía un estilo visual impactante que explora las presiones sociales y experiencias femeninas a través de las complejidades psicológicas de sus personajes, sobre todo de los marginados sociales o que luchan contra las expectativas de clase, creando un lenguaje cinematográfico etéreo y poético. Con esto en mente, celebremos el cumpleaños de uno de los mayores íconos feministas del cine con sus mejores películas.
Bonus – Two Friends (1986)
POR URIEL SALVADOR
A menudo ignorada por ser una película para televisión, el verdadero debut de Jane Campion utiliza la narración invertida para explorar las amistades femeninas y el sofoco de una sociedad que las valora sólo su apariencia. Transmite con naturalidad la monotonía de la vida cotidiana de unas chicas que aún no están listas para dejar el hogar, pero se achican por un mundo que no está diseñado para que destaquen. Quizás las actuaciones denotan novatez y la estructura narrativa está un poco forzada, pero es un inicio prometedor para la directora. Después de todo, ¿cuántas películas para televisión pueden presumir haber competido en Cannes?
5 – Sweetie (1989)
POR URIEL SALVADOR
La exageración con la que Jane Campion explora los sentimientos humanos de forma intimista y muestra la retorcida y satírica mirada a la dinámica familiar con la relación entre 2 hermanas claramente afectadas. Pone a cuestionar las nociones éticas mediante la aparición de Genevieve Lemon como una inestable narcisista con severos delirios de grandeza (increíble que hoy en día hay muchas personas iguales, convencidos de su propia brillantez). Aunque es incomprensible cómo puede calificar como comedia (los supuestos chistes son pobres o se tornan desesperantes rápidamente) es audaz en entender lo agotador que es lidiar con un potencial psicópata.
4 – Bright Star (2009)
POR URIEL SALVADOR
Considerada el regreso de Jane Campion (su película mejor recibida desde El Piano), deja el melodrama y los efectismos de lado para contar el romance entre los poetas John Keats y Fanny Brawne. Acierta y enmarca con gran maestría el significado de una palabra que se ha desgastado con el uso y da pauta a entender el amor de una manera tan sutil como natural. La banda sonora es exuberante, pero no abrumadora, y la fotografía consigue un deleite entre la frialdad victoriana y la pasión contenida, pero palpable. Una representación tierna de la vida y la pérdida que pasó desapercibida en su estreno, pero ha envejecido mejor con los años.
3 – An Angel at My Table (1990)
POR URIEL SALVADOR
Estructurada en 3 actos bien diferenciados que abarcan la infancia, adolescencia y adultez de la escritora Janet Frame, Jane Campion prueba talento y rigurosidad a la hora de retratar el tambaleante vacío de su solitario mundo y que la literatura ayudó a aliviar. Visualiza un optimismo placentero luego de presenciar una vida afligida por la muerte de dos hermanas a temprana edad, la marginación causada por un diagnóstico errado de esquizofrenia y una promesa amorosa no cumplida. Por momentos el ritmo se cae y puede sentirse algo larga, pero plasma cómo el entorno y las circunstancias pueden tanto alzarnos como hundirnos.
2 – The Power of the Dog (2021)
POR EL FETT
Es importante no catalogar a esto como un western. Jane Campion usa dicho entorno, pero se aleja completamente de él para crear un punzante drama que disecciona el arquetipo del “cowboy”, llevándolo a terrenos que aunque ya explorados, logran una complejidad psicológica – emocional tan perfectamente estructurada que el espectador se torna incapaz de no ser partícipe de esta “deconstrucción”. Así pues, usando no uno, sino un par de elementos distractores (la relación e interacción fraternal así como el asomo de un “engañoso” thriller), Campion se exhibe majestuisa al encausar y enmarcar sus “trampas” hacía un mismo contexto, que recae en el increíble desarrollo de su protagonista y “antihéroe” interpretado de manera soberbia por Cumberbacht
1 – The Piano (1993)
POR EL FETT
Hay algo en El Piano de Jane Campion que la convierte en una película incomparable, y eso es el contraste que logra a partir de lo exquisitamente visual que es, a la par de la intensa violencia que narrativamente sugiere, forjando un cuadro románico erótico, trágico e inexplicable, nacido del chantaje y del abuso, y que poco a poco se va trastornando en placer, sumisión, obediencia y por supuesto… obsesión. El amor queda tan varado como el piano en una primera instancia, mera excusa para desarrollar un trío romántico con una sola y real víctima, la inocencia (metáfora también del amor), encarnada en una Anna Paquin tan adorable como inmersa en su papel, quizá regalando la mejor actuación que una niña haya logrado en la historia.