Las 5 Mejores Películas de Joel McCrea
El 5 de noviembre de 1905 nace el actor estadounidense Joel McCrea, reconocido sobre todo por su participación en gran número de películas del género Western, aun cuando participó en cintas de comedia y drama.
Joel McCrea trabajó en el cine como extra desde 1927, antes de participar en un papel de importancia en la película “The Jazz Age (1929), consiguiendo posteriormente un contrato con la MGM y después otro con RKO Pictures. A partir de ese momento se convirtió en un galán protagónico de películas del viejo oeste y algunas de otros géneros cinematográficos.
Joel McCrea compartió la pantalla con actrices como Dolores del Rio, Frances Dee (quien fuera su esposa) y Barbara Stanwyck , Veronica Lake y Virginia Mayo entre otras. Trabajando bajo la dirección de Alfred Hitchcock, Preston Sturges y Sam Peckinpah, por mencionar sólo algunos. Colaboró en películas como: “Unión pacífico” (1939), “Enviado especial” (1940), Los viajes de Sullivan (1941), “Un marido Rico”, (1942), “Búfalo Bill” (1946) y “El virginiano, (1946), “Un disparo en la mañana (1953) y “Pistoleros al atardecer” (1962) (película que los amantes del género Western no debe de perderse)
En 1969, fue incluido en el Western Performers Hall of Fame en el National Cowboy & Western Heritage Museum de Oklahoma City, Oklahoma. Joel McCrea fallece el 20 de 0ctubre de 1990. Por su contribución a la industria cinematográfica, Joel McCrea tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Dead End (William Wyler, 1937)
POR EL FETT
Aunque se encuentra dentro de las “películas menores” de William Wyler, este testigo social sobre la pobreza y cómo dicho entorno se convierte en la fábrica de delincuentes y gángsters, se ha convertido en una de las cintas más atípicas y con mayor ahínco crítico por parte del legendario cineasta, pero también un manifesto directivo de excelencia debido a su diamismo pese a que la historia solo se centra en este “Dead End”, un complejo de vivienda donde conviven varios habitantes y de a donde llegarán sombras del pasado. Así mismo, hay que destacar la coralidad de su historia, así como la excelente dupla entre Joel McCrea y Sylvia Sidney, símbolos de honradez dentro de este callejón sin salida
4 – Union Pacific (Cecil B. DeMille, 1939)
POR EL FETT
La primera ganadora de la actual “Palma de Oro” de Cannes es una combinación de western, romance y aventuras donde Cecil B. DeMille pone a dos ferroviarias a competir por la hegemonía de las vías y del amor de uno de los maquinistas, mientras se desata una fábula de complots corporativa que en un segundo plano se convierte también en un baluarte histórico sobre el final de una era, la salvaje, y su traspaso a un mundo de revolución con máquinas. DeMille sabe que los trenes son sus protagonistas, por lo que realiza una salvaje analogía de estos y su competencia con el triángulo amoroso a desarrollar (patente de su narrativa) con una magnífica Barbara Stanwyck que comenzaba su camino hacía el estrellato, y con un Joel McCrea que lograba su consolidación en el paso del cine mudo al sonoro
3 – Foreign Correspondent (Hitchcock, 1940)
POR EL FETT
A su llegada a Estados Unidos y con la Segunda Guerra Mundial en curso, Alfred Hitchcock exploraría un complejo relato periodístico que más allá de sus elementos tradicionales, se convierte en un testigo de como el americano se irá poco a poco inmiscuyendo en la Guerra europea. Por medio del complot de un secuestro, Hitch hace una crítica abierta al fascismo que vuelve a este ejercicio uno de los más curiosos de su carrera, siendo incluso nominado a seis Oscar (incluyendo mejor película). Con una excelente actuación de Joel McCrea, quedará en esa línea que separa lo bueno de lo genial (el tono patriotero es por momentos molesto), pero es de notarse como a partir de aquí Hitch perseguiría la historia americana del conflicto bélico al conflicto frío y su consecuente paranoia
2 – Ride the High Country (Peckinpah, 1962)
Por El Fett
Soberbio y olvidado western, que toca algunos tópicos delicados en cuando a la impresión de violencia (en un rubro más del índole sexual y el abuso), pero sobre todo en su nostalgia por la época y la redención dela figura del “vengador”, en esta ocasión representado por dos viejos sheriffs que deben cuidar oro para el banco en una peligrosa travesía de ida y regreso a un pueblo minero. Destaca esa camaradería y el elemento del cambio generacional (el viejo muere, el nuevo se enamora), sin embargo es su clímax y final secuencia que la que se ensalza como uno de los duelos y tiroteos más destacables que se han visto dentro del género, con una maravillosa mancuera de héroe y antihéroe entre Joel McCrea y Randolph Scott, respectiamente.
1 – The More the Merrier (George Stevens, 1943)
Por Jose Roberto Ortega
Una deliciosa comedia romántica de enredos de entre las que Columbia solía producir en sus primeros años. Aprovechando la explosión demográfica de Washington DC y la insuficiencia de alojamientos, nos cuenta la historia de una joven mujer y su alegre nuevo inquilino, quien preocupado por la suerte de un joven militar a punto de embarcarse a la guerra, le subarrenda su cuarto a espaldas de la dueña, de quien espera se enamore del joven en cuestión. Situaciones cómicas con los horarios para convivir en el apartamento y los correspondientes enredos amorosos hacen de esta una muy disfrutable comedia. Stevens se vale de un guion inteligente y mordaz, de trucos de pantallas divididas por las paredes del apartamento, pero sobretodo del carisma de su reparto, desde una impecable Jean Arthur hasta un divertido Charles Coburn (quien ganaría el Óscar à Mejor Actor de Reparto) y a un atrayente Joel McCrea.