Las 5 Mejores Películas de Jude Law
De origen teatral y televisivo, el inglés Jude Law se ha posicionado desde finales de los 90 como uno de los actores de catálogo más solventes y funcionales de las últimas 3 décadas. Con casi 80 títulos en su haber entre cine y televisión, y mejor posicionado como actor de reparto, a Law no le son indiferentes tanto los héroes como los villanos, sin embargo son estos últimos los que se han adherido de mejor manera a su personalidad y registros, entregando seres despreciables en varia de las líneas y/o géneros a través de estos años.
Nominado a 2 Oscar y ganador de un BAFTA (que ya quedaron muy atrás), quizá sus mayores reconocimientos vengan irónicamente del plano televisivo, cuando del 2016 al 2019 interpretara al polémico “joven” y “nuevo” Papa de Paolo Sorrentino, haciéndolo acreedor incluso a un reconocimiento del Festival de Venecia.
Versátil, Law puede entregar antagónicos detestables como héroes benevolentes, siendo su más reciente papel como Dumbledore un ejemplo de quizá esa “doble cara”. Aquí sus 5 Mejores Películas
Bonus Curioso – Dom Hemingway (Richard Shepard, 2013)
El papel de un ex convicto hostil, sucio y detestable experto en el saqueo de cajas fuertes es a la fecha quizá no solo su mejor trabajo, sino también su más desconocido. Law quizá sacrifique su aspecto físico, pero lo que queda inerte es esa cierta personalidad “infumable” que rodea sus personajes, inyectando a este truhan de un excelente carisma antagónico muy en la línea de la comedia negra del director Richard Shepard, del cual habíamos ya escuchado The Matador (2005) siendo lo más relevante de su filmografía. El mejor valor de esta cinta es que el relato no busca la redención del personaje (como en el detestable remake de Alfie), sino que busca hundirlo más mientras pasan los minutos
Bonus – A.I. (Steven Spielberg, 2001)
¿Se imaginan que habría sido de este relato si Kubrick hubiera alcanzado a dirigirlo? Conocido por sus adaptaciones libres, Kubrick pasó la batuta a Spielberg, el cual aunque cae en ciertos “sentimentalismos” forzados, logra captar la esencia del relato de Collodi y llevarlo hacía un terreno insospechado: al del futuro y la ciencia ficción, con algunos elementos ancla que conectan de inmediatamente con el “cuento de hadas”. Lo único que quizá Kubrick no hubiera hecho sería contratar a Law ¡Punto para Spielberg! Ya que el robot prostituto no solo es el mejor personaje, sino que también es poseedor de los mejores diálogos y momentos del film, manteniendo el interés de un film que poco a poco lo va perdiendo.
5 – Gattaca (Andrew Niccol, 1997)
Ficción especulativa y de impacto social adelantado a su tiempo dentro de la idea del control natalicio en pro de una mejora en estilo de vida y la innovación médica y tecnológica (combinado con las tendencias adoptivas – abortivas, feministas y LGBT, temas hasta cierto grado impuestos por una esfera mayor para el control socio cultural reflejado también en el consumo). Temas de interés para una sociedad milenaria donde convergen la aceptación y presión por grupos sociales que reflejan las preocupaciones de una generación que conserva como culto este pequeño gran film. Para resaltar el elemento noir que juega como macguffin y su gran banda sonora. Law comenzaría a despegar a partir de aquí, teniendo un cierre de década inmejorable
4 – Road to Perdition (Sam Mendes, 2002)
Uno de los relatos gansteriles por excelencia y que a poco a poco se ha posicionado como lo que se merece, una pieza ya de culto en el subgénero. Mendes a través de su increíble dirección y ritmo hacen que la más rotunda tragedia se convierta en un vehículo de redención paternal con tonos que incluso alcanzan el más fino cine de aventuras ¿Lo más impresionante? Es que a pesar de la brutalidad de su contexto, Mendes se las ingenia para contar todo como si fuera una fábula apta para chicos y grandes. La última y catedrática secuencia tome un significado superior, siendo ya uno de los más bellos momentos visuales, narrativos y actorales del séptimo arte. Law por su parte logra un villano de categoría, un sicario medio caricaturizado, pero tétrico y amenazante
3 – Enemy at the Gates (Jean-Jacques Annaud, 2001)
Relato bélico y de índole fraternal que a pesar de romantizar con el soldado ruso y de cierta manera con el “sacrificio” del ejército rojo en la Segunda Guerra, encuentra en la pericia visual y en algunos excelentes momentos de tensión dramática la brújula ideal para convertirse con el paso del tiempo en un producto mejor valorado y lo bastante interesante para crecer en complejidad y suspenso conforme se acerca a su final. Annaud exagera de manera propositiva, por un lado pone de relieve un triángulo amoroso que desdibuja la realidad, pero por el otro el factor de la guerra entre “francotiradores” surte un efecto de suspenso elogiable, en mucha parte también gracias a su buen ensamble y química actoral, liderado por el creíble héroe ruso de Law
2 – Closer (Mike Nichols, 2004)
Clásico anti romántico. Un caos en la historia de 2 parejas infieles que bajo la dirección de Nichols y el rico libreto de Patrick Marber (adaptado de su misma obra), se convierte en una armoniosa odisea de gritos, coqueteos, sensualidad e infidelidades por doquier. El director respeta la naturaleza teatral de la película al punto que los sets y la fotografía salen sobrando cuando el desarrollo del film se centre en la interacción con los 4 protagonistas, logrando que la cámara explore y explote sus más íntimos deseos y más desgarradoras discusiones. La virtud del film radica en la naturalidad con la que se plantean dichas situaciones, pero también en ese cierto aspecto mágico que solo el cine y la ficción le puede agregar con la mano de un buen director.
1 – The Talented of Mr. Ripley (Anthony Minguella, 1999)
Quizá la historia no haya analizado correctamente esta cinta y su serie de grandísimas actuaciones, y es que no cabe duda que estamos hablando de una de las mejores adaptaciones noventeras, pero también de uno de los villanos más tétricos y astutos de dicha década. La construcción y desarrollo de Minguella y Damon hacen que Ripley se convierta en una amenaza constante, un ser indescifrable, impulsivo y terroríficamente inteligente que provee de un suspenso constante al relato. La supuesta ingenuidad convertida en una sed de poder y reconocimiento marcan el nacimiento de este monstruo. Law por su parte es una víctima magnífica y despreciable, la herramienta ideal para de manera irónica empatizar con el villano (y ganar su nominación al Oscar)