Las 5 Mejores Películas de Julian Sands
Sands comenzaría su carrera a principios de los 80, y rápidamente encontraría el estrellato junto al debut de Helena Bonham Carter en la cinta de James Ivory, A Room with a View (1984). Dicha fama lo llevaría rápidamente a instalarse en Hollywood, donde comenzaría a posicionarse como un buen actor secundario. A la par de su pasión por la actuación, Sands practicaría principalmente el senderismo como deporte y exploración, actividad que desgraciadamente lo llevaría a su muerte hace apenas un año
Sands completaría un currículo de más de 150 participaciones entre cine y televisión. Lo recordamos con sus 5 mejores interpretaciones – películas.
5 – Warlock (Steve Miner, 1989)
POR EL FETT
Niveles básicos de terror, gore y brujería en una historia folclórica llevada a la actualidad (de aquellos 80) y en donde un brujo hijo de puta necesita reunir tres partes de un libro para conquistar a la Tierra, obvio, perseguido por un cazador que solo tendrá la ayuda de una previa hechizada por su enemigo. Por momentos llega a ser muy divertida gracias exclusivamente a la gran, grata y villanesca presencia de Sands como el brujo del título en cuestión, tan disfrutable que incluso logró poner una secuela en circulación a pesar del bajo nivel de la película en términos generales. Uno de sus papeles más recordados, tanto para bien como para mal
4 – Leaving Las Vegas (Mike Figgis, 1995)
POR EL FETT
La cruda degradación del alcoholismo retratada es tan asombrosa que quizá pudiéramos estar ante una de las más grandes actuaciones masculinas ¡de la historia! Oscar, Globo y San Sebastián estuvieron de acuerdo, pero la realidad es que cualquier premio se queda corto ante tan poderosa y empática interpretación. Los motivos de su personaje son difusos, pero el gran acierto de Figgis es agregar a la narrativa una especie de “falso documental”, característica que dota de una conexión y veracidad al relato fuera de lo común, haciendo que la audiencia se centre en la degradación y su inminente final. Para soportar a un gran Cage, eran necesarios actuaciones secundarias de gran nivel, donde Shue y Julian Sands (como el “padrote” villano) ejecutan sus personajes de maravilla
3 – The Killing Fields (Roland Joffé, 1984)
POR EL FETT
El inmejorable debut de Joffé como cineasta se dio gracias a un sádico y brutal drama bélico y periodístico centrado en la masacre “y limpia de extranjeros y civiles” que llevó a cabo el nuevo Gobierno de Camboya tras la retirada de los Estados Unidos y la ONU. El testimonio fílmico es tan necesario como horrendo, pues Joffé pone de relieve las dos perspectivas víctimas, por un lado, el periodista del “New York Times”, y por el otro un camboyano que se quedará con él para seguir ayudándolo como guía, ambos sin conocer el destino que les depara. Las dos visiones se enriquecen así mismas y por ende otorgan al relato una dura introspección psicológica ante la tragedia, la amenaza y la pérdida. Sands encontraría uno de sus mejores papeles secundarios en un drama de alto nivel actoral.
2 – Vatel (Roland Joffé, 2000)
POR EL FETT
Entrañable relato dramático de época, auspiciado por una enorme dirección de Joffé, un gran score de Morricone, y por último, pero no menos importante, una increíble labor actoral de nombres como Roth, Thurman, Depardieu, y un fugaz pero monumental Sands como el cínico pero permisivo monarca Luis XIV de Francia. Un romance imposible de clases enmarcado en una situación altamente espectacular y estresante: la recepción que un Conde hace al rey para ganar sus favores. Joffé lleva a cabo una melodía equilibrada entre romance y thriller, manejando una catedrática impresión de suspenso en el lugar que uno menos piensa: la organización de una fiesta.
1 – A Room With a View (James Ivory, 1985)
POR JOSE ROBERTO ORTEGA
Una historia de amor y de confrontamiento al sistema y a la rigidez de las “buenas costumbres” llevada a niveles de exquisitez por la siempre recomendable mancuerna Ivory/Merchant. Un elenco de primer nivel, donde Julian Sands y Helena Bonham Carter brillan gracias a sus arquetipos de jóvenes libres, inteligentes y atrevidos, quienes durante un viaje a Florencia, se conocerán para originar un romance inadecuado para las buenas costumbres. Romántica y divertida, elegante e ingeniosa, pasional y encantadora, este estudio de comportamiento de los estratos altos representa una crítica mordaz a la sociedad y se convierte en una oda romántica a aquellos que se atreven a romper convencionalismos.