Las 5 Mejores Películas de Keith David
Hay actores que has visto en tu vida más de 50 veces y ni sabes como se llaman, pero no solo eso, pues quizá lo hayas escuchado otras 25 ocasiones y ni cuenta te das que quien presta la voz a tus cartones favoritos es ÉL mismo. Uno de estos casos y sin duda también uno de los más prolíficos y con mayor talento es el de Keith David, que comenzara su carrera en 1979 y que a la fecha suma más de 380 títulos entre cine y televisión
Su rostro es altamente reconocible, pero también su presencia, voz y talento, habiendo trabajado en cintas multi premiadas, bodrios y caricaturas por doquier en la mayoría de ocasiones como un importante actor secundario o hasta terciario o en algunos cameos con pocos minutos de presencia (pero que aun así resultan ser inconfundibles bajo su acento e interpretación). Keith David ha ganado tres veces el Emmy por su labor como narrador en especiales o documentales, pero su mayor reconocimiento es sin duda ser uno de los actores afroamericanos más reconocibles en las últimas cinco décadas.
Celebremos sus 68 años con sus mejores películas y/o apariciones
Bonus – American Fiction (Cord Jefferson) – Estados Unidos
La “ficción” referida en su título es el reflejo no solo de la realidad social, sino de la crisis existencial reflejada en la resistencia a expresarse abiertamente, la depresión adulta y una crítica salvaje al consumismo del público. Con cada diálogo y personaje encajando a la perfección, se convertirá en un clásico instantáneo de la comedia americana, pues su sátira es arriesgada e inclemente, pero también sutil y didáctica, y en donde Jefferson crea una rica dualidad en el pensamiento universal en torno a la culpa o la aceptación por los estereotipos no solo raciales, sino de toda índole. Keith David tiene apenas unos minutos en pantalla como un personaje ficticio materializado por la escritura del protagonista, y con eso tiene para robarse la pantalla
Bonus – The Quick and the Dead (Sam Raimi, 1995)
Uno de esos gustos culpables y televisivos por excelencia, y además uno de los pocos roles protagónicos para las mujeres dentro del género western ¿quién no se emocionó con aquellos sobrexplotados estereotipos del género en variados duelos a muerte y un clímax – tiroteo tan trepidante como fieramente empoderado? Raimi y Stone construyeron así una figura de acción femenina, vengadora, errante y salvaje, que irá tras el malvado sheriff con el que guarda un pasado y un nexo mortal. La cinta es mala, pero el absurdo y el sentido paródico de Raimi (además de su gran reparto conformado por Crowe, Hackman, DiCaprio, Sinise, Henriksen y Keith David) la hacen muy divertida de principio a fin.
5 – Requiem for a Dream (Darren Aronofsky, 2000)
Surreal como desgarradoramente veraz ejercicio de un trasgresor director, sediento de impactar no solo con virtuosa crueldad narrativa, sino también de manera visual. Darren presta una atención particular a los detalles de la aniquilación humana (física, emocional y espiritualmente) a través de un fastuoso desempeño actoral, extensión que da como resultado uno de los testimonios fílmicos más cercanos en esa caída ante las adicciones. Director e histriones son parte de metáforas sexuales y animales que reducen al humano a una nada, perdiendo todo orgullo y decencia hasta encontrarnos con secuencias difíciles de olvidar, como aquella en la que Keith David es el culpable de humillar al personaje de Connelly.
4 – The Nice Guys (Shane Black, 2016)
Una ambientación colorida, diálogos y situaciones divertidas, trepidantes secuencias, asesinos a sueldo, persecuciones, una trama criminal en torno a la industria porno y las corporaciones automotrices, una chiquilla encantadora como soporte detectivesco, una química actoral inimaginable entre Gosling y Crowe, y con la participación de un Keith David como uno de los malotes principales de la historia. Todos los elementos se conjugan para el género vuelva a respirar y triunfar. Black ya conocía las bases de la misma gracias a sus guiones de Lethal Weapon, pero nadie esperaba que bajo su dirección una película fuera tan divertida, astuta e interesante, con el valor agregado de volverse más hilarante conforme avanza su metraje.
3 – Pitch Black (David Twohy, 2000)
No son raros pero si escasos aquellos films que se ven beneficiados más por el sistema actoral que por el guion y/o la historia, siendo la llamada primera crónica de Riddick uno de ellos. El misterio que rodea al personaje fue un acierto del guionista-director, imprimiendo un halo de suspenso en su accionar enfundado en una fenomenal presencia y voz de Diesel en el único papel bueno de su carrera. Por otro lado, el bajo presupuesto accidentalmente dotó al film de otro valor, en donde el tono dramático y de horror psicológico pasa a primer plano por sobre los horrendos efectos especiales. Un slasher alien muy infravalorado, Keith David dará vida a uno de los principales elementos actorales de este film de supervivencia
2 – The Thing (John Carpenter, 1981)
El remake de “The thing from another world” (1951), llegó de la mano de Carpenter con una amalgama de recursos que están dirigidos a provocar incertidumbre. Si bien en su versión original la cinta hizo una nueva alusión al miedo colectivo de la Guerra Fría, en su evolución ochentera, el extraterrestre usurpador y sin forma definida, solo sirve de excusa para desarrollar una de las más efectivas y tétricas combinaciones entre la ciencia ficción, el terror y el gore. La imaginería de Carpenter es una progresiva proyección de pesadillas, encausando un visionado que puede estremecer no solo al infante, sino a cualquier adulto en cuestión. Un gore con significado y que se mantiene fresco a pesar del paso del tiempo.
1 – Platoon (Oliver Stone, 1986)
Uno de los relatos anti bélicos por excelencia, de nuevo de no ser por la mediación de sus actores estaríamos hablando de una incursión neorrealista y bastante apegada a la verdad por parte de Stone, en lo que es un relato semi autobiográfico de sus propias vivencias en Vietnam y que juegan sutilmente en el rubro de la ficción al situar al “soldado” entre dos padres: la paz y la guerra, ambos en el mismo bando y con el mismo objetivo: sobrevivir. Sheen, Dafoe y Berenger se funden en dos papeles tan entrañables (Willem) como siniestros (Tom), dando como resultado uno de los mejores villanos del cine de los 80. Por su parte, Keith David está cautivador como el soldado sinodal del protagonista, y que reflexiona en otra tangente sobre como las clases sociales no valen nada en la Guerra