Las 5 Mejores Películas de Kiefer Sutherland
El 21 de diciembre de 1966 nace el actor británcio canadiense Kiefer William Frederick Dempsey George Rufus Sutherland conocido simplemente como Kiefer Sutherland, hijo del legendario actor Donald Sutherland y nieto del político Tommy Douglas.
Debido a la influencia de la actividad de sus padres, ambos actores, se inició con un pequeño en la película de su padre titulada” Hola, Mr. Dugan” y posteriormente con la cinta “El chico de la bahía” logró una candidatura a los Premios Genie, los premios de la Academia de Cine Canadiense.
Posteriormente se traslada a los Estados Unidos en donde participa en filmes como “The Lost Boys” y el clásico de 1986 “Cuenta conmigo”. Rebelándose como un actor de carácter, especializado en representar villanos de manera categórica. En 1990 logra un gran éxito con la película” Línea mortal” donde interpretó a un científico egocéntrico junto a Julia Roberts, con la que vive un efímero romance.
Le seguirán en su carrera, estupendas actuaciones en las películas “A Few Good Men”, “Los tres mosqueteros” y “Tiempo de matar”. Sin embargo, su mayor triunfo en el ámbito artístico lo logra mediante la serie de televisión “24”, que es alabada por lo críticos, lo que lo lleva a ganar un Globo de Oro y un premio Emmy a mejor actor por su papel del agente federal Jack Bauer.
Celebremos su cumpleaños con sus mejores películas
Bonus – Flatliners (Schumacher, 1990)
POR EL FETT
Tras una dispar doble función “coming of age” con la efímera St. Elmo’s Fire y la loable Lost Boys (de la que hablaremos más tarde), Schumacher se convirtió en un imán de jóvenes promesas, rostros mediáticos que de alguna manera justificaron ante los productores una serie de decisiones narrativas un poco idiotas y hasta mal dirigidas, pero con cierto encanto juvenil que Joel sabía encausar de una manera muy superficial, pero también taquillera. Así pues Sutherland, Roberts, Bacon, Baldwin y Platt se convierten en estos estudiantes de medicina que juegan al horror psicológico y a la ciencia ficción, creando uno de esos ligeros y hasta cierto punto interesantes clásicos noventeros (destinados a la televisión).
Bonus TV – 24 (2001- 2010)
POR EL FETT
El papel que llevaría a la fama al Junior sería irónicamente uno alejado de su arquetipo de villano o loco maniático adolescente (vampiro, científico, vaquero). Como el agente Jack Bauer, esta serie en su inició no solo revolucionó la acción y la intriga televisiva, sino que también propuso con su formato de 24 horas – 24 capítulos uno de los ensayos narrativos más arriesgados y originales de todos los tiempos. Sutherland haría suyo el papel de este agente anti terrorista, mitad padre, mitad super hombre, dotándolo de un carisma que incluso llegaría a borrar su nombre de actor para sustituirlo en la cultura pop como “Bauer”. Lástima que como muchas series de los 90 y principios del milenio, los productores exageraron su formato y tiempo, bajando notoriamente su calidad
5 – Stand by me (Rob Reiner, 1986)
POR EL FETT
Además de Darabont, Reiner ha sido el otro director que más ha comprendido la obra de King, ajustando ciertos elementos de las fuentes originales para que funcionen en pro de lenguaje fílmico ¿Han notado que muchos o la mayoría de los escritos de King contienen en menor o mayor grado una naturaleza “coming of age”? It, The Shining, Pet Sematary, Carrie, The Green Mile, Children of the Corn, The Dark Tower y por supuesto esta, una de los relatos fílmicos por antonomasia de dicho tópico, donde gracias a Reiner, la narrativa de King es tan respetada como perfectamente nutrida por el excelente trasfondo y lazos juveniles entre sus entrañables protagonistas. Quizá sea verdad, pero para el cine King vale más como dramaturgo juvenil.
4 – A Few Good Men (Rob Reiner, 1992)
POR EL FETT
Quizá la cinta más atípica de su carrera, Reiner encausa con creces un drama bélico que a pesar de ciertas inconsistencias en el guion y un sentido patriotero por momentos rebasado, sale avante por sus extraordinarias actuaciones, en especial la de Jack Nicholson, que se lleva de corbata a sus co-protagonistas como el antagónico, un militar que nos recuerda que no podemos manejar la verdad, la verdad en la que una sola secuencia en un tribunal (y en particular una sola línea) puede llegar a convertirse en historia gracias a una mera interpretación y su respectiva buena dirección, un fenómeno pocas veces visto. Sutherland tiene un excelente papel como el compinche antagonista.
3 – Melancholia (Lars Von Trier, 2011)
POR EL MARKOVICH
Por más que intenté evitar hablar sobre filmes del fin del mundo, me resulta imposible descartar esta pieza ya que no es el bodrio cliché catastrófico hollywoodense. Demandante como siempre, von Trier plantea la llegada de un elusivo planeta a nuestra órbita, que poco a poco toma el curso de colisión inminente contra la Tierra. Por más espectacular que suene, ese no es el tema principal de la obra. El verdadero foco son las emociones y conflictos de una familia y la manera en qué cada uno de sus miembros lidia con la cercana aniquilación. Quizá te lleve a preguntarte cuál de ellos serás tú si este lío se agrava aún más. Sutherland sale de su zona de confort en uno de sus mejores y más complejos papeles
2 – Lost Boys (Schumacher, 1987)
POR EL FETT
Una de esas cintas a las que el tiempo les ha hecho un favor, y es que a pesar de que la combinación de horror y comedia puede parecer ridícula, esta no debe ser tomada desde los términos del “terror”, sino más bien como una sátira y/o metáfora sobre la juventud y sus cambios, funcionando mejor bajo la etiqueta de una curiosa “coming of age”. De manera irónica, en este paródico desperfecto es en donde más se asoma “un estilo directivo” (si es que alguna vez existió uno para Schumacher), y para desgracia también en donde podemos encontrar la respuesta al “¿qué intentó hacer con Batman?”. Pero ¿Por qué funcionaron estos murciélagos y no aquel? Simple, y es que como su título lo indica, esta cinta va de chicos perdidos, mucho más reales que imaginarios.
1 – Dark City (Proyas, 1998)
POR TONA. A.R.
Llena de matices, simbolismos, y una fuerte filosofía que parte de la cueva de Platón y del famoso “pienso, luego existo” de Descartes, Proyas comulga la ciencia ficción y el noir para generar una atmósfera asombrosa y un mensaje sobre el uso de una realidad sistémica e inexistente para el control humano. Quizá su mayor pecado sea haber coexistido con la otrora aventura de 1999 (fueron producidas al mismo tiempo), más explosiva, mediática y de una acción más atractiva, sin embargo, dentro de su “olvido selectivo”, se esconde una pieza más compleja y arriesgada, y que dentro de su propositiva ambigüedad invita al espectador más que a una revelación impuesta por la narrativa, a cuestionarse y elegir sobre “su realismo”.