Las 5 Mejores Películas de Kim Ki-duk
Kim Ki-duk comenzó sin ninguna preparación profesional previa su carrera como cineasta a los 33 años. Tan guionista como director y con una docena de filmes, se convertiría no solo en una de las piezas clave de la nueva ola surcoreana, sino también en uno de los narradores clave de la condición humana a través de un cine altamente experimental, que preferiría las imágenes sobre los diálogos y que progresivamente se iría puliendo tanto en narrativa como en técnica para llegar a sus mejores obras, casi todas de estas englobada sen un período de 3 años donde además de ganar el reconocimiento internacional, se ganaría una alta estima de la crítica y la audiencia al plasmar de manera hermosa su visión sobre el significado y propósito de la existencia y vida misma.
Obras maestras resultan al menos 4 en este top, recordando a uno de los genios más fugaces de la historia moderna del cine. Aquí las Mejores Películas de Kim Ki-duk
POR EL FETT
5 – Por amor o por deseo (2004)
POR ADOLFO URIARTE
Inocencia, ambigüedad moral y el eterno y pecaminoso deseo por la carne adolescente, retratada en repetidas ocasiones en su filmografía, Kim Ki-duk recurre de nueva cuenta al recurso de dividir su historia en capítulos. Dos adolescentes incursionan en la prostitución con el fin de conseguir el dinero necesario para viajar a Europa. Lo que sigue no es más que la exposición de perversiones sociales, manipulación, culpas y, porqué no decirlo, el enamoramiento que puede surgir del deseo corporal. Apegando su discurso formal a las reglas del neorrealismo, Kim vuelve a exponer los deseos más oscuros del ser humano, sin ningún dejó de purismo ni falsa moralidad. Estupendo trabajo del koreano que para entonces ya era todo un establecido en la aldea global cinematográfica.
4 – Hierro 3 (2004)
POR MANUEL ESTEBAN GAITAN
Quizás sea “Hierro 3”, también conocida como “El Espíritu de la Pasión“, su filme más sobresaliente, una cinta en donde Kim Ki-duk narra la historia de un joven que es repartidor y ocupa temporalmente casas en donde sabe que sus habitantes estarán ausentes, y que como consecuencia de esto conoce a una joven que vive encerrada por culpa de un marido que la maltrata, y con la cual sentirá un vínculo especial de forma inmediata. Kim Ki-Duk se sirva de este relato para plasmar su estilo que lo hizo reconocido, con una puesta visual puntillosa, utilización de simbolismos múltiples y silencios y escasez de diálogos.
3 – El Arco (2005)
POR ADOLFO URIARTE
Poética y preciosista, resulta imposible imaginar ésta película siendo estrenada en estos tiempos en que occidente baila al son de la doble moralidad gringa. Mas cercana a las Estaciones de la Vida que a sus películas de tintes neorrealistas, acá el Koreano nos cuenta la incomoda historia de un anciano arquero con ínfulas de músico-profeta, que retiene en su barca a una ninfa con quién espera contraer nupcias. De nuevo la carne adolescente, hermosamente retratada sirve como hilo conductor para que el pintor venido a cineasta nos regale otro discurso sobre la imposibilidad de compaginar deseo, razón y corazón. Visualmente quizás su segunda mejor obra, además de resultar un manjar sensorial y auditivo. Cuando nos dejó en la pandemia el señor Kim Ki-Duk, el mundo se despidió también de éste tipo de cine. Una lástima.
2 – Piedad (Pieta, 2012)
POR EL FETT
La obra maestra (y la más comercial) del difunto Kim Ki-duk, y parte de la nueva ola de cine surcoreano del nuevo milenio, tomó a todos por sorpresa no solo por su polémico y trasgresor relato de índole matriarcal, sino también por su excelso desarrollo de personajes que a través de la figura maternal crea dos tangentes que convergen en un solo sentido: el infinito amor de una madre y las sensaciones, tan cruentas como conmovedoras que este es capaz de causar en cualquier individuo, cualquiera, aún el más ruin y/o tenebroso. Una historia de venganza particularmente morbosa y alegórica, el regreso a los pasos previamente vistos por parte del protagonista complementan una introspección psicológica por demás desgarradora… y genial
1 – Las estaciones de la vida (2003)
POR EL CINE ACTUARIO
De la mano de una fotografía refinada y de la historia de 2 monjes que viven en un monasterio aislado, Kim Ki-duk utiliza estos elementos para sumergir en una narrativa llena de simbolismos al espectador, en un viaje a través de su propia conciencia, trasladándose a través de primicias existencialistas, y haciendo énfasis especial al crecimiento y la madurez. Aunque tiene algunos vicios de las películas de índole contemplativo, y no sea una película sencilla debido a su metáfora, su narrativa sólida, y su excelsa dirección la colocan como una de las mejores películas que dio el cine coreano, fallecido en 2020