Las 5 Mejores Películas de Kristin Scott Thomas
Una actriz sensible y sensual, de impresión frágil, pero también recia y poderosa cuando el papel lo requiere. Británica de nacimiento, francesa por convicción (y con ambas nacionalidades), Kristin Scott Thomas siempre quiso ser actriz, pero el problema fue que a sus 19 años, una profesora le dijo que ella sería una actriz nefasta, renunciando así a la escuela y viajando a Francia, donde se empleó de niñera mientras trataba de seguir su sueño, consiguiendo algún casting que demostrara que aquella afirmación era totalmente errónea.
Sus inicios no fueron fáciles, pues tras aparecer en algunos seriales franceses, llamaría la atención del cantante Prince, el cual la tomaría como su musa y le ofrecería el protagónico de su primera película, la cual le repercutió las peores críticas de su carrera ¡tan solo en su debut! Incluso haciéndose conocida por recibir doble nominación al razzie como peor actriz y peor debut. Todo estaba destinado al fracaso, pero Kristin persistió, refugiándose de nuevo en varios programas y cintas hechas para la televisión, donde comenzó a codearse con estrellas de alto calibre.
Fue entonces cuando llamó la atención de Roman Polanski, la cual le ofreció uno de los protagónicos en la cachonda “Bitter Moon”, y el resto fue historia, una por fin muy feliz, y en donde Scott Thomas demostraría de una vez por todas que era una buena actriz.
Con más de 90 producciones y una buena estela de éxitos en cine y televisión, celebremos su cumpleaños con sus 5 Mejores Películas
Bonus – Darkest Hour (Joe Wright, 2017)
POR EL FETT
Oscar acompañado de decenas de premios, la transformación de Oldman no es solo superflua (aunque dicho factor siempre es remunerado por Oscar), sino intima, psicológica y emocional, convirtiéndose literalmente en el primer ministro británico en una cátedra actoral que hasta Day-Lewis envidiaría. Así pues uno de los momentos más importantes de la historia moderna es la excusa argumental para que Oldman desate una intensa y emotiva interpretación con la misma fuerza y calidad de principio a fin. Pero detrás de todo hombre hay una gran mujer, y esa fue Scott Thomas, que fungió como la esposa del ministro y regaló un papel de soporte fugaz pero igual de sobresaliente, incluso siendo acreedora a varios premios y nominaciones.
5 – Bitter Moon (Roman Polanski, 1992)
POR EL FETT
Tan amarga como su carrera y condiciones actuales, Roman Polanski quizá se haya confesado aquí como ese ser tildado de “perturbador” y/o “perverso”, pero al mismo tiempo obvia tanto su ruina (el personaje y la actuación de Peter Coyote son fabulosas), el amor por su musa (un retrato de Seigner que tal vez no esté muy alejado de la realidad al ser aún su actual amante) y el cínico divertimento de un autor que se sabe un genio fílmico para enmarañar e hipnotizar al espectador con un thriller erótico que en su simpleza esconde un oscuro secreto: dos parejas entrelazan sus moribundas relaciones, una para acabar y otra para renacer. El objetivo no es el cómo, sino el por qué. Scott Thomas se sacudiría sus fracasos y fantasmas con un baile de ensueño.
4 – Four Weddings and a Funeral (Mike Newell, 1994)
POR CLEMENTINE
Un grupo de ingleses solteros y con personalidades dispares encabezado por Charlie (Grant), se reúnen para asistir a una boda donde este conoce a Carrie (MacDowell), una atractiva estadounidense de la que se enamora solo al verla. Después de pasar la noche juntos, Charlie cree que perdió su oportunidad con ella, pero eventualmente se reencuentran en un funeral y en otras tres bodas, y a pesar de que Carrie termina rompiéndole el corazón convirtiéndola en una verdadera villana, MacDowell logra interpretarla de tal manera que la odias y la amas por igual, ayudada claro por su hermosa sonrisa y esa interesante “lista” que vuelve aún más loco a Charlie por ella. Aunque no de protagonista, Scott Thomas regela un gran papel como la primera novia (y boda), suceso en el cual se comienza a construir esta gran comedia romántica.
3 – Gosford Park (Robert Altman, 2001)
POR EL FETT
El anfitrión aristócrata asesinado en su propia casa, premisa por demás conocida, pero que en manos del gran Altman ve su clímax en narración y ejecución con una cinta de maestría irrefutable. Ganadora del Oscar a guion, Altman distribuye un rompecabezas de más de 20 piezas, que bajo su cátedra son estructurados y delimitados tanto en lo individual como en el conjunto para su funcionamiento como thriller, desarrollando no solo una muy entretenida investigación que descubrirá algunos secretos enterrados e intimidantes sobre los implicados, sino que también desenmaraña una red de pasados y relaciones oscuras que al final se tornarán en un excelente giro de tuerca. Ensamble actoral e interpretaciones de primer nivel ¡Una joyita!
2 – Il y a longtemps que je t’aime (Phillipe Claudel, 2008)
POR EL FETT
Pareciera escrito no solo para su talento, sino para su propia personalidad. En su adorada Francia, Scott Thomas daría su actuación más elogiada, premiada y nominada, cuando interprete a una mujer que tras 15 años encarcelada, debe adaptarse de nuevo a una sociedad ajena a ella, pero arraigada en sentimientos y compromisos familiares. Un duro drama psicológico donde la actriz realiza un “tour de forcé” fenomenal, haciendo que la audiencia no solo conecte con su situación, sino con la incertidumbre de la misma, los sentimientos encontrados y la tragedia, muy a pesar de que esta nace de algo cuestionable. Dirigida con gran mano narrativa y mucha sensibilidad (pero sin sensiblerías), sin duda fue uno de los mejores dramas en su año
1 – The English Patient (Anthony Minghella, 1996)
POR EL FETT
La mayor virtud es que Minghella no se deja llevar por los estatutos y clichés del género, pues en lugar de situar su romance en un ambiente bélico, usa su historia como una metáfora del mismo conflicto a través de la expiación de su héroe y víctima, el paciente, el cual con gran dolor y a la vez fortuna y gozo, relata a su cuidadora su sórdida relación en los plenos círculos de la alcurnia inglesa en plena explosión de la segunda guerra mundial. Intensa e intimista, desbordante de pasión, dolor y sacrificio, The English Patient sigue siendo para su servidor, una de las mayores cintas románticas de la historia. La actuación de Scott Thomas es tan sensual como poderosa, y el momento trágico se torna desgarrador gracias a su credibilidad y fragilidad. Gran, gran actuación.