Las 5 Mejores Películas de Liam Neeson
Liam Neeson fue campeón de boxeo, jugador profesional de futbol, pensó ser sacerdote (conocido por ser de los pocos actores de Hollywood en profesar una fe católica), quiso ser físico e ingeniero de computación, trabajó de camionero y nunca se pudo matricular en alguna universidad o terminar estudios ¿Qué pasó? Su talento nato para la actuación lo llevó desde los 11 años a aparecer en pequeñas obras hasta que dio su paso a la gran carpa inglesa, llamando la atención inmediata de los productores y directores del cine y la televisión gracias no solo a su capacidad, sino también a su gran presencia física.
Nunca ha ganado un Oscar o un Globo, pero si la Copa Volpi de Venecia, pero más allá de sus “fracasos” laborales y universitarios, Neeson llegó a ser: Jedi, maestro y villano de Batman, Dios máximo del Olimpo, vengador escocés e irlandés, superhéroe y héroe del holocausto, mesías, vaquero, ladrón y hoy por hoy uno de las figurillas de acción más notables ¿algo más? Si, estuvo con Helen Mirren durante 4 años (que envidia) y es hoy por hoy uno de los actores más exitosos, queridos y mediáticos desde la década de los 90.
Neeson cumple 70 años, y más vale tarde que nunca, repasemos sus mejores 5 Películas (más dos bonus)
Bonus serie b – Darkman (Raimi, 1990)
La película serie b de culto es la que irónicamente catapultaría a Liam Neeson hacía un plano más comercial y mediático, siendo incluso un precedente de su estado actual en el mundo de acción y a la manera de Raimi, una precursora de las bases argumentales del cine de superhéroes (dicho humor negro se vería reflejado años después en Spider-Man). Como el vengador desfigurado, Neeson pudo hacer valer su presencia física con algunos divertidos gags y sátiras a los propios personajes de DC, que para la fecha eran el mayor referente en el cine. La mancuerna con Frances McDormand es tan peculiar como lo es este muy disfrutable ejercicio, en veces por lo malo que puede llegar a ser, pero también por el carisma de su héroe “tóxico”.
Bonus – Star Wars: The Phantom Menace (Lucas, 1999)
Convertido ya en una eminencia comercial, Neeson sería el encargado de brindarle el peso dramático necesario al cuestionable resurgimiento de Star Wars, adquiriendo el puesto y la responsabilidad que el mismo Alec Guinness adquirió en 1977, y saliendo muy bien librado de tan complicada misión. Guía no solo del adolescente Obi-Wan de McGregor, sino también “niñera” de todos los escuincles inmiscuidos (es un milagro como incluso puede hacer que el mocoso de Jake Lloyd se calle por unos minutos para que funcione “la química”) Qui Gon no solo es el personaje más complejo y mejor estructurado, sino también el que tiene los mejores momentos y líneas gracias a la presencia de Neeson, que comunica esa solemnidad Jedi en cada una de su acciones
5 – Silence (Scorsese, 2016)
Una muy cuestionable cinta (que para su servidor se encuentra en fondo de Scorsese), falta de ritmo y ajena a ese nexo emocional que Martin suele imprimir a sus héroes, en este caso dos sacerdotes que en tierra japonesa buscan a su mentor, del cual se rumora se ha convertido en un apostata. Es de hecho el mentor el mejor y más misterioso personaje, que en manos de Neeson resguarda ese misticismo espiritual que Scorsese intenta imprimir a su relato durante largos 160 minutos, y que solo es capaz de hacerlo hacía la conclusión y de mano del veterano actor y una línea de guion brillante (Scorsese, capaz de salvar sus películas hasta en sus 5 minutos finales). Neeson dio a Scorsese dos fuertes y entrañables personajes, este y el Padre Vallo en Gangs of New York
4 – Les Miserables (August, 1998)
Sobre la afamada versión de la novela de Victor Hugo, y lejos de la sobrevalorada versión musical del 2012, sin duda la dirigida por el danés August es la más sólida tanto narrativa como histriónicamente hablando. La responsabilidad del funcionamiento de sus adaptaciones recae precisamente en la interpretación de la ya conocida triada, que en este caso tiene por delante a Liam Neeson como el legendario Jean Valjean. Vapuleada de manera injusta por el tiempo, la teatralidad propositiva de su director da como resulta un pasional relato que también puso al mismo nivel actoral al rufián de Geoffrey Rush y a la hermosa y trágica Uma Thurman. Tanto la película en general como la actuación de Neeson merecían más.
3 – Rob Roy (Caton-Jones, 1995)
Otra de esas grandes épicas históricas olvidadas por el tiempo, todo un clásico de la televisión noventera que resultó en su tiempo una verdadera cátedra de historia, entretenimiento, actuación y desarrollo narrativo de parte del desconocido director, que proveyó al relato del rebelde escocés varios momentos de alto suspenso y calidad dramática, sobre todo en ese clímax y gran pelea final, donde en verdad se cierne la amenaza del antagónico como pocas veces en el cine comercial se ha logrado (le debemos a Tim Roth un top de sus películas y villanos, siendo este el lugar número uno). Uno de los mejores balances de Neeson entre su presencia física, registro dramático y dotes de acción su Rob Roy es tan romántico como rudo.
2 – Michael Collins (Jordan, 1996)
Una de las cintas más arriesgadas y crudas sobre la historia del “IRA”, y sin duda la más trasgresora dentro del cine de Neil Jordan, Liam Neeson se encuentra inmerso en su papel del revolucionario irlandés Michael Collins, una de las figuras más célebres de aquel movimiento en contra de la ocupación inglesa. Así como lo hiciera Loach con la soberbia The Wind that shakes the Barley, 10 años antes esta cinta no lograría la aprobación de muchos círculos conservadores, relegándola a unos cuantos premios y nominaciones técnicas, pasando de manera injusta y desapercibida tanto la dirección de Jordan como el poderoso protagónico de Neeson, en lo que sin duda es su papel más complejo dramática y emocionalmente, sin embargo…
1 – Schindler’s List (Spielberg, 1993)
No hay actuación que me haga llorar más que la de Neeson en esta gran epopeya y crudo retrato sobre el holocausto. El personaje de Oskar Schindler es tratado por el guion de manera elocuente y soberbia, pasando de un capitalista nazi frio y calculador, a uno de los más entrañables salvadores de vidas en la historia de la humanidad. El punto máximo de esta conversión se da precisamente al final, en ese gran clímax dramático y desgarrador donde Neeson repite esa gran línea cuantas veces sea necesario para expiar sus culpas: “I could have got more”. Su única nominación al Oscar, lo sorprendente es que estamos hablando del mismo actor que 3 años antes había hecho de Darkman ¡De Darkman!
2 Comments
The Lamb no merece un lugar en la lista?
puede ser